El sacerdote Óscar Benavides Gutiérrez, párroco de la iglesia Espíritu Santo, en Mulukukú (Costa Caribe Norte), fue detenido por la Policía Orteguista la noche de este domingo, 14 de agosto, día en que se celebra la llamada Gritería Chiquita.
Según testigos, al sacerdote lo bajaron con violencia de su vehículo y se desconoce su paradero. Cabe resaltar que este es el tercer sacerdote detenido por el régimen Ortega Murillo, además del secuestro del que es víctima monseñor Rolando Álvarez, quien tiene Curia por cárcel en la Diócesis de Matagalpa.
El día de ayer, sábado, la parroquia a cargo del padre Benavides, anunció en sus redes sociales que habían suspendido la peregrinación hacia Managua para despedir a la imagen de la virgen de Fátima que llegó desde Portugal hace 31 meses.
Según una fuente ligada a la Diócesis de Siuna, a la que pertenece Mulukukú, hasta las 9:00 de la noche nadie tenía noticia alguna del paradero del sacerdote.
Por otro lado, el sacerdote Fernando Calero Rodríguez, del municipio Rancho Grande, publicó un video en el que denuncia que la Policía de la dictadura le impidió seguir su ruta hacia Matagalpa, donde participaría en la misa dominical que se realizó a las 10:00 a.m. en la Catedral y que tuvo gran asistencia de feligreses.
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“Nos han revisado a todos de manera incorrecta. Nos revisaron como si fuésemos delincuentes. No nos han permitido el pase a Matagalpa, para participar de la Santa Eucaristía que se llevaría a cabo a las 10:00 de mañana”, dijo el padre. “Hemos quedado sin ninguna documentación para el vehículo, para estropear de esa manera la circulación de mi persona como sacerdote”, aseguró.
Silvio Báez :»Los tiranos no soportan la palabra de la iglesia»
El obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio José Báez, aseguró este domingo que “los tiranos no soportan la palabra profética de la Iglesia que pone al descubierto su maldad y sus crímenes” y para evitarlo recurren a “acusaciones falsas y ridículas”. El mensaje lo da cuando se cumplen 11 días del secuestro policial impuesto por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo contra monseñor Rolando Álvarez y diez de sus colaboradores en Matagalpa.
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“Los poderosos de hoy temen a una Iglesia profética, quisieran ver a la Iglesia encerrada en la sacristía, con la boca cerrada y ojalá doblegada ante ellos. Al no lograrlo, se llenan de rabia con discursos agresivos con los cuales no hacen más que mostrar su propia debilidad y la oscuridad de su conciencia. Pero todo es inútil. No nos dejemos intimidar”, exhortó el obispo nicaragüense.
Monseñor Álvarez está siendo “investigado” por la dictadura por, supuestamente, liderar un plan para “desestabilizar al Estado de Nicaragua y atacar a las autoridades constitucionales”.
