El Consejo Supremo Electoral (CSE) continúa sin convocar a las elecciones municipales en Nicaragua, previstas previstas para el domingo 6 de noviembre próximo.
El órgano electoral, controlado por el orteguismo, no da explicaciones, ni margen a ningún tipo de consulta sobre el motivo del retraso.
Ante este escenario el organismo de observación electoral Urnas Abiertas llamó la opinión pública en un pronunciamiento: «Hasta ahora, dichos comicios no han sido convocados y se desconocen las posibles razones que provocan el retraso, más bien permanece un estado de hermetismo y completo silencio», indicó.
En las elecciones de noviembre los nicaragüenses tendrán que elegir 153 alcaldes, vicealcaldes y más de 6 mil concejales.
La única “novedad” que se ha llevado a cabo es que el pasado cinco de mayo, el Parlamento dominado por el orteguismo aprobó reformas a nueve artículos de la Ley Electoral, las cuales entraron en vigencia seis días después, cuando fueron publicadas en la Gaceta Diario Oficial.
Los cambios a la Ley Electoral incluyen un recorte en el periodo de campaña electoral tanto para los comicios nacionales como para los municipales, además aumentará de 400 a 600 el número de electores en las Juntas Receptoras de Votos, entre otros.
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MAYOR CONTROL
Dichas reformas según Urnas Abiertas solo aumenta el control sobre todo el proceso electoral y no necesariamente “plantean cambios de fondo y en pro de una jornada transparente, legítima e íntegra».
La oposición y la comunidad internacional han señalado que en Nicaragua no hay condiciones democráticas para que se realicen elecciones libres, transparentes y observadas ya que persiste el estado policial, la represión y el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo se han negado a poner en marcha una profunda reforma al sistema electoral.
Por eso Urnas Abiertas considera que «es imposible esperar que las elecciones municipales cumplan con los criterios legitimadores de un proceso íntegro».
«Si el gobierno no demuestra voluntad verdadera para cambiar las condiciones bajo las que se desarrollaron los comicios 2021 este año, podríamos estar a puertas de ver elecciones que otra vez van a carecer de legitimidad, credibilidad e integridad», expone.
CADA VEZ MENOS TIEMPO PARA LLAMAR A ELECCIONES
El organismo además señala que desde que el régimen de Daniel Ortega asumió el poder en el 2007, los tiempos para convocar a elecciones municipales han venido disminuyendo.
“Este ha sido un comportamiento sistemático registrado a lo largo de los últimos tres procesos municipales”, indicó el organismo al repasar que para las municipales del 2008 la convocatoria fue anunciada el 6 de noviembre de 2007, “justo un año antes de la cita en las urnas”.
Sin embargo, para los comicios del 2012 la convocatoria fue hecha el 26 de abril, es decir, siete meses antes de los comicios. En tanto, en 2017 el llamado también experimentó un retraso, llevándose a efecto el 5 de mayo. «Para este 2022, se desconoce cuánto tiempo será reducido el período y cuándo se convocará oficialmente”, anota el observatorio.
El observatorio pone en perspectiva que la discrecionalidad bajo la que el CSE está manejando el proceso electoral municipal afecta fiscalización ciudadana al mismo.
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CSE NO CUMPLE SU TAREA
Según el organismo, el CSE debe de informar a la población y los partidos políticos con personería jurídica “cualquier situación que altere las funciones correspondientes al proceso electoral municipal”.
El retraso de la convocatoria a elecciones también atrasa la publicación del Calendario Electoral, el cual en comicios anteriores se había publicado a más tardar el 11 de mayo del año electoral.
Dicho Calendario, según la Ley, debe ser elaborado en conjunto con los partidos políticos con personería jurídica, “con la debida antelación para cada elección, señalando entre otras actividades: el término, desarrollo, procedimiento de la campaña electoral y el día de las votaciones”.
Según datos de Urnas Abiertas, Ortega tiene el control de 135 alcaldías, las restantes están en manos de partidos liberales. Junto con el avance autoritario del FSLN, la autonomía municipal también sufre atropellos «ya que el control de las alcaldías responde a la estrategia totalitaria del régimen nicaragüense».
Por ejemplo, Urnas Abiertas menciona que desde el 13 de mayo, tras la entrada en vigor de las reformas a la Ley Electoral, los partidarios del partido Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) realizan publicaciones en las redes sociales con la etiqueta “#PuebloAlcalde” para dar a conocer proyectos que ejecutan con fondos públicos en diferentes municipios del país, y “elogiar la gestión realizada por alcaldías sandinistas y anunciar que seguirán ‘luchando por nuevas oportunidades’ y ‘vamos con todo’”.
Las elecciones municipales del 2017, fueron las últimas que observó la comunidad internacional, la Organización de Estados Americanos (OEA), documentó al menos 200 denuncias de irregularidades. Los comicios de ese año dejaron al menos cinco personas asesinadas.
