El dictador Daniel Ortega reapareció este 18 de mayo en un acto en Managua que matizó con erráticos pasos de baile, evidencia de su deteriorada salud y el peso de sus 77 años, con alardes de la represión que ordenó en 2018 para reprimir las protestas ciudadanas.
En el jolgorio que convirtió la conmemoración del 128 aniversario de Sandino desde el Centro de Convenciones Olof Palme, en Managua, le echó lodo al Ejército de Nicaragua al reafirmar que tuvo participación en la Operación Limpieza contra la población atrincherada en todo el país.
Ortega comparó la estrategia que utilizó para desmontar a los tranques con la utilizada por el general ruso Mijaíl Kutúzov para vencer a las tropas del emperador francés Napoleón Bonaparte, en 1812.
Según Ortega, el emperador francés tenía dominada a media Europa y quiso dominar el mundo entero tomándose Rusia, pero Kutúzov habría dejado que las tropas francesas entraran hasta Moscú y después emboscarlos cuando los franceses ya estaban mermados por la dureza del invierno ruso.
Ortega comparó, «guardando las distancias», al estratega ruso con lo que él hizo tras las protestas de abril de 2018, cuando afirmó que los «golpistas» y «tranqueros» estaban seguros de derrocarlo y solo esperaban que él abandonara el poder.
El dictador señaló que dejó que los opositores creyeran que ya tenían ganado el poder y, cuando ya recibía presiones de comerciantes y transportistas porque los tranques estaban arruinando la economía del país, decidió lanzarse sobre los tranques con la Policía y la Policía Voluntaria (a como les llamó a los paramilitares).
Además, dijo Ortega, hicieron todo eso con «el Ejército resguardando zonas estratégicas».
Cuando ya habían levantado los tranques en operaciones que aumentaron a más de 300 la cantidad de personas asesinadas, Ortega dijo que se dirigió a los empresarios para preguntarles:
«Y le digo a los empresarios que llamaron a hacer huelgas después que estaban muy bien haciendo negocios con el gobierno, en alianza: ¿Cuándo estaban mejor, con los golpistas tranquistas paralizando el país o ahora que hemos recuperado la paz?».
ATAQUE A LA IGLESIA
Ortega, quien recalcó que su esposa Rosario Murillo es sobrina nieta de Sandino, arrancando aplausos, inició su discurso después de una hora de música, en la que el grupo musical Liberarte tocó desde canciones de los hermanos Mejía Godoy hasta el tema Soberanía, en el que ofende al embajador estadounidense Kevin Sullivan, quien este viernes se va del país.
Empezó diciendo que Sandino era hijo de una sirvienta en un tiempo en que los gobiernos eran conservadores y entregados a la Iglesia católica, en tiempos anteriores al general José Santos Zelaya, cuando «no había libertad religiosa porque solo se podía practicar el catolicismo».
El dictador, a como ya acostumbra, erra un poco los tiempos, porque Zelaya llegó al poder en 1893 y Sandino nació en 1895.
«Si alguien fallecía no podía ser enterrado sino era bajo los ritos de la Iglesia católica», se quejó Ortega.
Los ataques contra la iglesia continuaron en otro momento del discurso cuando dijo que los curas se prestaron a ser los voceros de «los golpistas» y eran bien beligerantes pidiéndole a Ortega que abandonara el poder ya.
«Ellos decían que ya estábamos montados en el avión… Los que se fueron en el avión estaban ahí sentados (en la mesa de diálogo en mayo de 2018) defendiendo los tranques», comentó.
SANDINO
Al final del discurso, Ortega recordó que la finalidad de su comparecencia era el natalicio de Sandino y le cantó el feliz cumpleaños: «Y al general Sandino le cantamos feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños a ti Sandino, Sandio. Viva Sandino».
También tuvo palabras para la madre de Sandino: «Margarita, gracias querida madre, gracias por darle un hijo a Nicaragua como el general Augusto C. Sandino».
