El obispo Rolando Álvarez ha rechazado, por segunda vez, la oferta de libertad vía destierro que ofrece Daniel Ortega y Rosario Murillo en Nicaragua. En las últimas horas se ha librado una tensa negociación con el régimen que se empeña en forzarlo a dejar el país.
El obispo, condenado a más de 26 años de prisión por «traición la patria», fue sacado de prisión el martes mientras diversas fuentes filtraron que se negociaba su envío a Roma, pero monseñor se negó al destierro.
«Monseñor Rolando Álvarez no quiere salir de Nicaragua. Quiere ser libre, sin condiciones, en su país», dijo el obispo hondureño José Antonio Canales, quien ha dado seguimiento a la situación de su colega.
Según la agencia EFE, monseñor Álvarez a esta hora ya habría sido regresado al penal de máxima seguridad La Modelo, donde ha permanecido recluido en la celda de castigo conocida como El Infiernillo desde febrero pasado.
En la víspera, el cardenal nicaragüense Leopoldo Brenes ofreció una única declaración para negar las filtraciones sobre la excarcelación de Álvarez, obispo de la diócesis de Matagalpa y administrador apostólico de la diócesis de Estelí.
«Es pura especulación», sostuvo Brenes, también arzobispo de Managua, en declaraciones ofrecidas a radio Corporación.
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Según el cardenal, el obispo Álvarez seguía recluido. «Él está allí mismo», aseguró el arzobispo, al tiempo que dijo que no ha hablado personalmente con él.
LA VERSIÓN DIPLOMÁTICA
Diversas fuentes coinciden que el obispo Álvarez había sido excarcelado desde la noche del lunes y desde entonces se encontraba bajo resguardo de la Conferencia Episcopal de Nicaragua en Managua.
Su excarcelación, según las fuentes, había sido gracias a negociaciones entre el régimen de Ortega, el Vaticano y la Conferencia Episcopal, que luego discutieron el destino del alto jerarca.
En las conversaciones se trató la posibilidad de que el obispo Álvarez fuera enviado a Roma o al exilio, o fuera devuelto a prisión en caso de negarse, lo que finalmente ocurrió.
«Parece que la negociación no ha prosperado y que ha vuelto a La Modelo», comentó una de las fuentes.
El obispo Álvarez se habría negado nuevamente a abandonar Nicaragua, como exigía Ortega, «salvo que el papa Francisco lo ordenara», explicó.
¿INTERCEDIÓ LULA?
Las noticias sobre la situación del jerarca católico se dan dos semanas después de que el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula Da Silva, anunciara en Roma, tras reunirse con el papa Francisco, que intentaría convencer a Ortega para que liberara al obispo Álvarez.
Lula explicó entonces que lo único que quiere la Iglesia católica en Nicaragua es que liberen al obispo Álvarez para que pueda viajar a Italia y calificó como «un error» de Ortega el encarcelamiento del jerarca.
«Hablaré con Ortega para que le puedan dar la libertad porque es necesario aprender a pedir perdón (…) y reconocer este error», dijo entonces Lula, que se entrevistó con el papa Francisco durante 45 minutos en el Vaticano.
La semana pasada, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH), con sede en Costa Rica, ordenó a Nicaragua liberar al religioso y que «adopte las medidas necesarias para proteger eficazmente su vida, salud e integridad personal».
En febrero de 2023 el régimen de Ortega excarceló y expulsó del país a 222 presos políticos, que fueron trasladados a Washington en un avión fletado por el Gobierno estadounidense.
El obispo Álvarez se negó a abandonar el país, y como consecuencia fue sentenciado a más de 26 años de prisión, despojado de su ciudadanía y trasladado de su arresto domiciliario a la cárcel.
Además, Ortega ha declarado interrumpidas las relaciones bilaterales con el Vaticano y ha calificado como una «mafia» a la Iglesia.
Nicaragua vive una crisis política y social desde abril de 2018 que se acentuó tras las controvertidas elecciones noviembre de 2021, en las que Ortega fue reelegido para un quinto mandato, cuarto consecutivo y segundo junto a su esposa, Rosario Murillo, como vicepresidenta, con sus principales contendientes en prisión o en el exilio.
(Con información de EFE)
