Antony Blinken, secretario de Estado de Estados Unidos incluyó a Nicaragua en la «lista especial de vigilancia» por graves violaciones a la libertad religiosa divulgada este miércoles, debido a que el régimen de Daniel Ortega ha cometido o tolerado «graves violaciones de la libertad religiosa».
Cada año, el secretario de Estado tiene la responsabilidad de identificar a los gobiernos y actores no estatales que, debido a sus violaciones de la libertad religiosa, merecen ser designados en virtud de la Ley de Libertad Religiosa Internacional.
“Incluyo a Argelia, Comoras, Cuba y Nicaragua en una lista de vigilancia especial por gobiernos que han cometido o tolerado graves violaciones de la libertad religiosa”, indicó el secretario de Estado.
El 7 de diciembre del año pasado Estados Unidos incluyó a Nicaragua en esa «lista especial de vigilancia», cuya designación ahora se mantiene.
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Debido a los ataques del régimen a la libertad religiosa, evidenciada en persecución, acoso y ataques verbales a sacerdotes y obispos católicos, Nicaragua está ahora a la par de Birmania, China, Eritrea, Irán, Pakistán, Rusia, Arabia Saudita, Tayikistán y Turkmenistán en la lista de países que generan “Especial Preocupación” por haber participado o tolerado «violaciones sistemáticas, continuas y atroces de la libertad religiosa».
RÉGIMEN PERSIGUE A LA IGLESIA Y SE DECLARA CRISTIANO
Desde el inicio de la crisis sociopolítica de Nicaragua, el régimen de Daniel Ortega se ha visto involucrado en actos de represión a templos católicos, sacerdotes y obispos por su postura de denuncia a las graves violaciones de derechos humanos.
La Conferencia Episcopal de Nicaragua ha denunciado asedios policiales, ataques a parroquias, agresiones físicas y destrucción de reliquias e imágenes antiquísimas de gran valor cultural.
Este 31 de julio del año pasado, se registró en la catedral de Managua un atentado en la capilla de la Sangre de Cristo que dejó calcinada la imagen de más de 300 años de antigüedad. La Iglesia catalogó el hecho como un “acto criminal”, pero la Policía concluyó que se trató de un “accidente” producido por un atomizador y el calentamiento producido por las velas que colocan los fieles.
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A diario, la vicepresidenta Rosario Murillo se declara “cristiana” y “devota” a través de medios oficialistas, pero a la vez ha declarado descalificativos contra los obispos y sacerdotes al acusarlos de participar en el “fallido intento de golpe de estado” de abril de 2018.
La Iglesia a través de duros comunicados de la Comisión de Justicia de la Arquidiócesis de Managua y de la Conferencia Episcopal ha demando al régimen el respeto a los derechos humanos, el cese de la represión y la liberación de los presos políticos.
Esa labor de denuncia ha sido criticada por Rosario Murillo. La vocera ha “rechazado” y “condenado” “quienes hablan en nombre de la fe continúen con su perverso afán de dividirnos y alterar la paz”. Son “lobos repugnantes que destilan odio”, ha dicho.
Además, para el 2021 las parroquias católicas en su mayoría han sido excluidas del Presupuesto General de la República, por lo que no recibirán ningún tipo de ayuda gubernamental.
