El Grupo de Trabajo Sobre Nicaragua entregará al Consejo Permanente de la Organización de Estados Americano (OEA) una informe en el que valorará la crisis que vive el país desde abril de 2018.
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Según una escueta comunicación de la OEA, el Consejo Permanente celebrará una sesión ordinaria el próximo 7 de junio en Washington. El Grupo de Trabajo fue aprobado en agosto de 2018 con el objetivo de contribuir a la búsqueda de soluciones pacíficas y sostenibles a la situación que se registra en Nicaragua.
Incluso, el Grupo de Trabajo tenía el mandato de hacer consultas al régimen de Daniel Ortega, sin embargo este ha rehusado cualquier solución diplomática a la crisis que vive el país desde abril de 2018. Nicaragua por su lado decidió en abril de 2022 abandonar el organismo por «ser un instrumento de Estados Unidos».
El Grupo de Trabajo está conformado por los siguientes miembros: Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Estados Unidos, Guyana, México, Panamá y Perú. Para cuando fue creado, México y Argentina estaban gobernados por mandatarios críticos al régimen de Ortega.
En 2018, Argentina hizo un llamado a Nicaragua a cesar en forma inmediata la violencia perpetrada por la policía y fuerzas parapoliciales controladas por el Ortega, y a fincar responsabilidades a quienes han cometido actos de violencia y crímenes, así como liberar a todas las personas detenidas arbitrariamente.
La situación desde entonces no ha cambiado. Ortega, desoyendo a la comunidad internacional, ha intensificado la represión con la detención de opositores en 2021, entre ellos precandidatos presidencial que fueron desterrados a Estados Unidos en febrero de 2023.
También libra una guerra con la Iglesia católica de Nicaragua al cancelar cualquier actividad religiosa, expulsar a misioneros y sacerdotes, y encarcelar al obispo de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez. Recientemente, acusó a la institución religiosa de ser una mafia, por lo que ordenó el congelamiento de las cuentas bancarias de Cáritas.
