Nicaragüenses que quedaron desempleados en Costa Rica y Panamá protagonizan un drama en la frontera sur de Nicaragua por el que la administración de Daniel Ortega es objeto de fuertes críticas. Desde el inicio de la pandemia ha negado el derecho de repatriación y, ahora, limita el ingreso y exige a los ciudadanos presentar una prueba negativa de Covid-19.
Entre los afectados hay mujeres con niños, personas de la tercera edad y jóvenes que con la pandemia quedaron sin medios de vida en países a los que se habían trasladado en busca de empleo. También hay exiliados que ante la crisis sanitaria se han visto obligados al retorno. Ortega no brinda soluciones que acaben con el suplicio de estar varados en la línea fronteriza, pese a que cada día llegan más personas a demandar su derecho al retorno.