La Iglesia católica de Nicaragua guarda silencio sobre la desaparición del sacerdote Eugenio Pastor Rodríguez Benavides, de la parroquia Divina Providencia en Jalapa, Nueva Segovia, quien presuntamente fue detenido por la Policía Orteguista el pasado sábado 20 de mayo.
El exaspirante a la presidencia Félix Maradiaga, denunció este lunes que la detención del sacerdote de Jalapa es parte de la “persecución religiosa en Nicaragua”.
“El padre Rodríguez se encuentra actualmente detenido sin cargos claros en la infame prisión de ‘El Chipote’”, denunció Maradiaga quien el pasado 9 de febrero fue excarcelado y desterrado a Estados Unidos junto a 221 presos políticos entre los que se encontraban varios religiosos.
El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo mantiene una guerra contra la Iglesia de Nicaragua. El más reciente ataque fue el pasado 18 de mayo cuando volvió a tildar a los sacerdotes de “golpistas” por pedir, según él, que abandonar el poder en el contexto de las protestas de 2018.
Según Maradiaga, el sacerdote Rodríguez cuenta con el respeto de la comunidad y se dedica a la prédica de las enseñanzas religiosas. El último mensaje del religioso fue el pasado viernes 19 de mayo. “Se sabe que comparte sus homilías inspiradoras en la página de Facebook de la parroquia, tocando la vida de muchos. Además, abogó sin miedo por la liberación del obispo Rolando Álvarez, otro preso de conciencia en El Chipote”, indicó Maradiaga.
PERSECUCIÓN CONTRA LA IGLESIA CATÓLICA DE NICARAGUA
Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa y administrador apostólico de la Diócesis de Estelí, a la que pertenece Nueva Segovia, fue condenado a 26 años de cárcel luego que el pasado 9 de febrero se negará a ser desterrado.
Según una investigación de la abogada Martha Molina, el régimen ha cometido alrededor de 529 agresiones en contra de la Iglesia desde que estallaron las protestas de abril de 2018. Entre los ataques se encuentra el encarcelamiento de Álvarez, el exilio de 37 religiosos, así como la expulsión de 32 hermanas religiosas de diversas congregaciones.
También el régimen ha confiscado de manera ilegal, siete edificios pertenecientes a la Iglesia y ha cerrado y confiscado medios de comunicación.
“La detención arbitraria del padre Rodríguez es otro caso angustioso de persecución religiosa contra la Iglesia Católica en Nicaragua. Desde 2018, un número asombroso de figuras religiosas (21), incluidos sacerdotes, seminaristas y obispos, se han enfrentado a la persecución, la pérdida de la ciudadanía, el exilio forzado o el encarcelamiento bajo el régimen opresivo de la dictadura de Daniel Ortega”, detalló el político nicaragüense.
La dictadura como parte de su ola represiva prohibió todas las procesiones religiosas, durante la Semana Santa pasada. Además, a partir de mayo de este año realiza detenciones arbitrarias, acusa a los que considera opositores y luego los libera con la medida cautelar que se deben presentar todos los días a firmar a la delegación policial más cercana.
