A nueve días de las cuestionadas votaciones en Nicaragua, en las que Daniel Ortega y Rosario Murillo sellaron su reelección sin competencia política, el Estado de El Vaticano sigue en silencio.
La comunidad internacional en su mayoría ha rechazado los resultados de los comicios al considerarlos una “farsa electoral” y declararlos ilegítimos. Sin embargo, la Santa Sede no se ha pronunciado.
DESPACHO 505 envió varios correos al Departamento de Prensa de la Santa Sede para consultar si reconocen o no los resultados de las “elecciones” en Nicaragua y, por consiguiente, un nuevo Gobierno de Daniel Ortega. También preguntamos si el papa Francisco, como Jefe de Estado de El Vaticano, haría algún comentario al respecto, pero no hemos obtenido una respuesta.
También consultamos a la Nunciatura Apostólica, embajada de la Santa Sede en Managua, presidida por monseñor Waldemar Stanislaw Sommertag, pero se nos dijo que «el nuncio no da entrevistas«.
Tiziano Breda, analista e investigador para Centroamérica de International Crisis Group, explica que El Vaticano tiende a no expresarse frecuente sobre procesos electorales y sus resultados, sin embargo, habrá que esperar a la toma de posesión de Ortega el 10 de enero para ver hay algún pronunciamiento al respecto.
“El Vaticano ha mantenido una línea de cautela (en la crisis de Nicaragua) y esto se debe al hecho de que es uno de los pocos países que tienen un canal de comunicación con el Gobierno de Nicaragua y saben que un pronunciamiento público cerraría ese canal de comunicación”, opina.
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Para el analista, el silencio de la Santa Sede también podría interpretarse como una “espera” en vista de un posible papel que pudiese jugar El vaticano en una negociación que ya ha sido anunciada por el régimen y sus funcionarios.
SILENCIO EN FOROS INTERNACIONALES
En las pasadas Asambleas Generales de la ONU y la OEA, El Vaticano ha evitado referirse a la crisis de Nicaragua.
La última vez que el Papa habló fue en enero de 2019 cuando deseó que el país pudiera resolver sus problemas por el diálogo y vías pacíficas, semanas antes del segundo diálogo con la oposición en la que el Nuncio, monseñor Waldermar Stanislaw serviría como testigo.
«Pienso particularmente en la amada Nicaragua, cuya situación sigo de cerca, con el deseo de que las distintas instancias políticas y sociales encuentren en el diálogo el camino principal para empeñarse por el bien de toda la nación», afirmó Francisco en enero de 2019, en un discurso al cuerpo diplomático acreditado ante El Vaticano.
Por su parte, el secretario de Estado de El Vaticano, cardenal Pietro Parolin, la última vez que se refirió a la crisis de Nicaragua fue en septiembre de 2019 durante su mensaje en la Asamblea General de la ONU.
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En ese encuentro dijo que la salida a la crisis debería ser pacífica y negociada e instó a “utilizar plenamente los canales institucionales para buscar soluciones negociadas a los problemas políticos, sociales y económicos, con el fin de reducir las tensiones y aliviar el sufrimiento de la población”.
Las cuestionadas votaciones generales en Nicaragua han sido desconocidas por la Unión Europea, integrada por 27 Estados, 25 países de las Américas reunidos en la OEA, incluyendo Estados Unidos y Canadá. El Reino Unido también ha desconocido los resultados.
En ese sentido, las potencias mundiales han emitido sanciones contra la dictadura para presionar por un cambio democrático en Nicaragua, el fin de la represión gubernamental y la liberación de los presos políticos.