<strong>Sociólogo Miguel España: “Nicaragua es un país sin futuro”</strong>

El sociólogo afirma que de Nicaragua ya no se puede hablar de un país con futuro porque su fuerza productiva se está yendo. Dice que el país vive una economía de remesas: “La verdadera economía es aquella que se basa en el desarrollo de la base productiva y la fuerza productiva de un país”, dice. 

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  • November 20, 2022
  • 11:11 PM

Daniel Ortega nunca se ha hecho cargo de su mala gestión como gobernante, dice el sociólogo nicaragüense Miguel España en entrevista con DESPACHO 505. Negó su mala gestión cuando estallaron las protestas sociales en abril de 2018, negó que hubiera riesgos cuando inició la pandemia de COVID-19 y, ahora, niega que su desgobierno sea el causante de la fuerte migración de nicaragüenses, principalmente hacia Estados Unidos, explica. 

España, sociólogo y teólogo que ha sido docente en distintas universidades de Nicaragua, como la Universidad Centroamericana (UCA) y la extinta Universidad Politécnica de Nicaragua (Upoli), es ahora catedrático universitario en Costa Rica, donde está exiliado.

El también analista social indica que el gran flujo de migrantes saliendo de Nicaragua está dejando sin futuro al país, porque se están yendo buenos profesionales y obreros, lo cual es una gran pérdida porque formarlos significa un gran costo social, económico y cultural.

Aunque se habla de lo positivo que son las remesas, España opina que estas últimas no son las que generan desarrollo económico en un país, sino los resultados de la fuerza productiva, que es precisamente la que se está yendo.

Había grandes filas para trámites migratorios, pero el Gobierno ideó hacer citas, ¿cómo vio eso?

Tiene que ver con varias causas. Uno, el registro y control de cada una de las personas que solicitan, porque dentro de la solicitud va a tener uno que explicar por qué uno se va, a dónde va. Lo segundo es por el tema de las enormes filas.

Esas largas filas para tramitar pasaportes, ¿qué le dicen?

Tienen que ver con la insatisfacción y la incertidumbre que existe en la sociedad nicaragüense respecto al rumbo de Nicaragua. Sabemos bien el deterioro de la institucionalidad, de la democracia, los derechos humanos, etcétera, desde el 2018. Se ha profundizado en Nicaragua afectando la economía de a pie de los nicaragüenses, por la carestía de la vida. La canasta básica, algunos dicen que está por encima de los 18,000 córdobas, en un país donde los salarios mínimos andan entre los 6,500 y 8,000 córdobas, dependiendo del rubro.

Según una encuesta, un 57 por ciento de los nicaragüenses están dispuestos a migrar…

No es un dato antojadizo. Hay cualquier cantidad de buses sacando a los nicaragüenses a Guatemala, porque uno puede llegar hasta ahí sin visa. De ahí tienen que pasar a pie por México. Según la oficina de Migración de Estados Unidos, hasta el primer trimestre del 2022 habían sido interceptados 92,037 nicaragüenses en la frontera sur. En los últimos dos meses, han detenido alrededor de 20,983 nicaragüenses. Nicaragua no era un país emisor, en los últimos años, de tantos migrantes, pero, producto de la crisis del 2018, la profundización de la economía, la inseguridad ciudadana y la falta de empleo, los oleajes de migrantes nicaragüenses son altísimos. Familias enteras están yéndose a los Estados Unidos.

Usted dice que la migración está reflejando la insatisfacción de los nicaragüenses, pero Daniel Ortega culpó a los Estados Unidos por las sanciones que imponen.

Siempre los gobiernos irresponsables, que se quieren lavar la cara, les echan la culpa a otros. Es un tema de no querer comprender las causas reales, profundas y estructurales de la migración y de otros males en Nicaragua.

¿Cuáles son esas causas?

Son internas. Hasta ahora, las sanciones han afectado los anillos de poder económico, político y militar, y paramilitares si se quiere también. Son dirigidas específicamente a intereses que soportan la estructura del Gobierno de facto en Nicaragua. Así como hubo un negacionismo respecto a la insatisfacción del pueblo de Nicaragua, de la mala gestión, de las crisis que se generaron con el incendio en Indio Maíz, del tema del INSS, tanto en 2013 como en 2018, negó que hubiese sido la rebelión nicaragüense, producto de su pésima gestión, sino que empezó a decir que era un golpe de Estado fallido. Luego, el negacionismo con el Covid, que no había. Y ahora, otro negacionismo, que las causas de la migración y de la pobreza en Nicaragua, está ahora con los Estados Unidos. Nunca ellos tienen la responsabilidad, como gobernantes, de las cosas que pasan en Nicaragua.

¿Qué impacto está teniendo esta migración en Nicaragua?

Tiene un efecto fatal en nuestra sociedad. Las fugas de cerebro y de mano de obra calificada, que es la que se está yendo de Nicaragua, y la fuga de jóvenes, está haciendo de Nicaragua un país abandonado a su suerte, porque, ¿cuánto requiere un país para formar a un profesional, a un obrero? Se requiere un alto capital económico, institucional, social y cultural. Altísimo costos para formar a un solo profesional, a un solo obrero. Estamos desangrando de cerebros a Nicaragua.

¿Le ve futuro a Nicaragua?

Ya no sabemos si hablar de futuro país. El futuro país es la proyección de aquí a tantos años en un país más próspero, más inclusivo, más desarrollado, no sólo en términos económicos, sino de derechos humanos. Esta migración está generando el deterioro del futuro país en Nicaragua.

Se habla de la importancia de las remesas en la economía. 

Eso es como una burbuja, que puede explotar en cualquier momento, eso no es consistente. La verdadera economía es aquella que se basa en el desarrollo de la base productiva y la fuerza productiva de un país. Pero, en Nicaragua no está pasando eso, lo que está es una economía basada en remesas y, si hay un crecimiento económico como lo plantea el FMI (Fondo Monetario Internacional), que le da un espaldarazo al Gobierno, que va tomando las medidas adecuadas para la recuperación económica, vemos que ese crecimiento económico no está llegando a las familias nicaragüenses. Al contrario, las familias nicaragüenses están siendo más presionadas con impuestos y con los elevados precios de la canasta básica.

¿La salida de Daniel Ortega del poder podría ayudar a solucionar los problemas de Nicaragua?

Yo me opongo a ese desgobierno, pero, desde el punto de vista del problema económico que expulsa a los nicaragüenses del país, ni siquiera es ese el principio del asunto. Es un fenómeno que surge de un histórico acaparamiento de las riquezas, las instituciones, el poder político en Nicaragua. Ese es el efecto culminante de un proceso de exclusión, empobrecimiento y corrupción en Nicaragua. Ellos son la expresión de todo lo malo que hemos hecho en Nicaragua, en síntesis. Tiene que ver con cuestiones que no basta con que se vaya un individuo. 

Es un problema sistémico y estructural. Es multicausal. Si se va Ortega, llega otro Ortega. Se fue Somoza y vino otro Somoza. Sí, uno de los primeros pasos sería cambiar a los conductores locos del vehículo. No es la solución, pero sí sería un buen comienzo la salida de una familia que maneja un control férreo de Nicaragua, negando los derechos humanos y profundizando la crisis.

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