<strong>Max Jerez, líder estudiantil excarcelado: “No me arrepiento de haber alzado mi voz contra la dictadura”</strong>
El dirigente estudiantil lidia con las secuelas de haber sobrevivido a 19 meses de prisión en la temida cárcel El Chipote de Managua. Ahora trata de organizar su vida para seguir luchando por la libertad de Nicaragua. “La dictadura tiene los días contados”, dice.


- February 15, 2023
- 11:51 PM
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Max Jérez aún tiene dificultades para conciliar el sueño y su cuerpo tiembla sin que tenga una explicación de por qué. “Son secuelas”, se limita a decir el líder estudiantil de 30 años que pasó 19 meses en las celdas de máxima seguridad de El Chipote, sobreviviendo a condiciones inhumanas.
Desde 2018 su vida ha sido de episodios drásticos. Se convirtió en líder estudiantil, fue a la cárcel por delitos que nunca cometió, no pudo ver morir a su mamá y se quedó sin patria. En cuestión de horas pasó de una temida cárcel en Managua a un hotel en Washington.
“Ha sido un gran salto de estar en las condiciones en las que uno se encuentra en la cárcel, injustas, a transitar hacia condiciones humanas”, dice a través de una llamada vía WhatsApp desde la capital de Estados Unidos. Él y 221 prisioneros políticos más fueron desterrados de Nicaragua por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Ahora trata de reconstruir su vida, pero sigue convencido de que su compromiso por la libertad de Nicaragua, sigue intacto.
¿Cómo fue la última noche en El Chipote?
Las últimas horas fueron inciertas porque fue un operativo imprevisto. No teníamos ni la menor idea de lo que estaba sucediendo hasta que fuimos llevados a la puerta del avión que nos traería a Estados Unidos. En el avión hubo sentimientos encontrados: por primera vez estábamos abrazando, hablando o viendo a personas que estaban presas injustamente.
Hubo muchos abrazos, consignas, mucha alegría, pero también había un sentimiento triste porque muchos de los que estábamos ahí no teníamos la intención de abandonar nuestro país. Ahora nuestra convicción, nuestra fortaleza está enfocada en que esto será una situación temporal, y pronto las cosas van a cambiar en Nicaragua.
¿No hubo ningún hecho que les hiciera pensar que algo pasaría en las próximas horas?
No había ningún signo visible. Durante el transcurso del día, no hubo nada fuera de lo común, más bien creo que hubo un intento de hacernos creer que iban a llegar más presos porque llevaron más colchones a las celdas que tenían lugares. Una sorpresa es que a altas horas de la noche aparecieron los oficiales con ropa para decirle a cada quien que se cambiaran los uniformes y tomaran sus pertenencias, pero nunca hubo una señal de que seríamos libres.
¿Y qué se siente recuperar la libertad?
Ha sido una experiencia muy emotiva. Después de la liberación ha habido un sentimiento de esperanza y creo que cada uno de los presos políticos que hemos sido liberados nos sentimos cada vez más positivos al ver a nuestros seres queridos, comunicarnos con ellos a la distancia, y ver a tantos nicaragüenses que nos han expresado su solidaridad. Eso nos ha dado muchos ánimos y nos ha llenado de fortaleza.

El Chipote es conocido por ser un centro de tortura físicas y sicológicas, ¿cuál fue la tortura más dura de la que fuiste víctima?
Una de las cosas que más me afectó, y que es lo más duro de toda mi vida, fue recibir la noticia del fallecimiento de mi mamá, Me dio profunda tristeza y dolor el no poder haberla visto, el no haberla acompañado durante los últimos días de su enfermedad y menos haberla ayudado. Supe por otros presos políticos que ella había sido una mujer beligerante por mi liberación y la de todos los presos políticos, pero eso de entre todas las torturas fue la que me marcó de un profundo dolor. Nunca se me informó que mi mamá había fallecido.
¿Y cómo viviste ese dolor?
Estuve en una celda de castigo, en aislamiento, por tres meses. Fue muy difícil porque había recibido un golpe emocional muy fuerte y no podía distraerme, no podía más que consumirme en mis propios recuerdos y en mi propio sufrimiento. Como dije, uno de los golpes más duros que he recibido en toda mi vida.
¿Y hay alguna secuela que tengás sobre estos 19 meses en prisión?
Tengo secuelas. Ausencia de sueño, falta de apetito y una sensación extraña de temblor, no sé cómo describirla, pero son cosas con las que lidio a lo largo de estos tres días.
¿Y qué pasará con tu vida ahora, cómo es empezar de nuevo en un país que no es el tuyo?
En este momento estoy haciendo los trámites del proceso humanitario en Estados Unidos. No tengo claridad de los próximos pasos. Tengo amigos y familiares que tienen posibilidades de recibirme.

Ahora que estás libre, y quizá sea pronto hablarlo, seguís pensando en seguir luchando por la libertad de Nicaragua…
Yo estoy seguro de continuar luchando por la libertad de Nicaragua. Nicaragua necesita un cambio, salir de la dictadura y transitar hacia la democracia, mi compromiso sigue intacto para que no nos priven de nuestros derechos. Ningún nicaragüense debe ser sometido a un proceso judicial arbitrario, cruel e inhumano como al que hemos sido sometidos todos los prisioneros políticos.
La pregunta que nos hacemos muchos es cómo hacerlo…
Estamos viendo, nos estamos poniendo al día. Hemos estado incomunicados durante varios meses y no tenemos una respuesta, pero a medida que avancen los días tendremos claridad de los próximos pasos.
Si alguien te dijera a principios de 2018 que ibas a pasar todos estos momentos, ¿habrías seguido igual?
No me arrepiento de haber alzado mi voz, de haber protestado, de haberme organizado en contra de una dictadura. Si pudiera decirle algo a ese Max es que no hay que dejarse someter y que todas las opciones para buscar la libertad y la justicia para Nicaragua valen la pena.
En estos 19 meses de prisión que has vivido han pasado muchas cosas en Nicaragua, ¿cuál es la noticia que más te ha impactado?
Saber la gran cantidad de nicaragüenses que se encuentran fuera de Nicaragua, me ha impactado saber que hay mucha gente está deambulando por el mundo porque no hay una oportunidad en el país.
¿Creés que haya una salida cercana a esta crisis?
Lo que sería ideal es tener una solución política pronto para que Nicaragua transite a la democracia. La dictadura tiene los días contados, esta dictadura no tiene el poder de antes de 2018.
¿Y te sentís un desterrado?
En ningún momento me he sentido desterrado, no me han quitado la esencia de ser nicaragüense, llevo a mi patria en mi corazón.