Jorge Mendoza: “Nicaragua es el país de Centroamérica que menos invierte en Educación”
La educación en Nicaragua llega a 2020 tras un proceso “involución significativa”, partiendo por el estancamiento de la matrícula, la precaria inversión y el menosprecio al docente. Urge una recomposición del sistema, plantea el presidente del Foro de Educación y Desarrollo Humano.
- January 08, 2020
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JORGE MENDOZA
“Nicaragua es el país de Centroamérica que menos invierte en Educación”
La educación en Nicaragua llega a 2020 tras un proceso “involución significativa”, partiendo por el estancamiento de la matrícula, la precaria inversión y el menosprecio al docente, plantea el presidente del Foro de Educación y Desarrollo Humano.
Por EDITH PINEDA | 7 DE ENE 2019
Nicaragua está a las puertas del inicio de un nuevo Año Escolar. Oficialmente se habla de otro ciclo con matrícula récord equivalente al 99% de una cifra no revelada, pero que se promueve como parte de los logros importantes en materia educativa.
Que un gobierno oculte estadísticas de los principales indicadores educativos del país, como ha sido la política de la administración de Daniel Ortega desde que retomó el poder en 2007, y que venda avances sin presentar sustento “esconde intencionalidades perversas que nada tienen que ver con la naturaleza y con la calidad de la educación que se quiere”, apunta Jorge Mendoza experto en temas de Educación y miembro de la Federación Coordinadora Nicaragüense que trabaja con la Niñez y la Adolescencia (Codeni).
Si de algo se tiene certeza, es que el próximo 3 de febrero, cuando más de un millón de escolares retornen a las aulas, se pondrá en ejecución un Presupuesto General que en Educación prioriza el gasto corriente y castiga la inversión. Así ha sido en los últimos cinco años, lamenta Mendoza, al señalar que en este periodo han constatado una “involución significativa” en la enseñanza, partiendo por el estancamiento de la matrícula, la precaria inversión y el menosprecio al docente.
“Nicaragua es el país de Centroamérica que menos invierte en Educación”, indica el experto citando estadísticas oficiales que refleja un estancamiento en la asignación económica a la cartera educativa que no supera el 3.7 por ciento del Producto Interno Bruto.
En 2020 el Ministerio de Educación (Mined) dispondrá de 14,587.8 millones de córdobas tras un recorte de 346 millones de córdobas que serían destinados a ejecutar 47 proyectos de mejora de infraestructura escolar. En total, 749.5 millones serán destinados este año para el Programa de Inversión Pública.
Para Mendoza, el recorte a Educación y el incremento a órganos como la Policía y el Ejército “evidencia que la educación no es una prioridad” para esta administración “y que la educación en las actuales circunstancias de crisis no va para ningún lado”.
¿En qué condiciones llega la Educación en Nicaragua a 2020?
Nicaragua es el país de Centroamérica que menos invierte en Educación Básica y Media, entre 3.3 a 3.7 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), cuando en 2015 el gobierno se comprometió al menos a aprobar un 6 por ciento del PIB.
Lo preocupante es que lo que se está invirtiendo no está apuntando a las prioridades educativas del país. Si bien tenemos recursos importantes para la educación, estos se están destinando al gasto corriente, no hay gasto de capital y de infraestructura sustantiva en los presupuestos de los últimos cinco años: no se han construido nuevas escuelas ni aulas de clases.
¿Al margen de lo presupuestario qué factores limitan el progreso?
Hay un parteaguas que es 2008. La única reforma que ha tenido la Ley General de Educación es la que introdujo el FSLN para eliminar el plan progresivo que contemplaba equiparar el salario de los maestros al de la media centroamericana.
La reforma que cortó de un tajo las aspiraciones de dignificación docente, traspasa el ámbito individual, impactando la parte más sensible del sistema: la calidad. Mendoza califica de poco coherente que oficialmente se hable de progresos educativos cuando un maestro sigue ocupando el último peldaño de la escala salarial institucional y la profesión sigue siendo vista como de un oficio de bajo nivel.
“La docencia nicaragüense debe tener tres condiciones básicas: adecuadamente formada, altamente motivada, justamente remunerada”.
¿Cuál es la realidad de los maestros en el país?
Tenemos los docentes peor pagados (275 dólares mensuales). A esto, sumar que los maestros se encuentran subvalorados en términos sociales, en el contexto de la crisis es peor porque han sido instrumentalizados a hacer labores de espionaje de tipo político-partidaria, so pena de ser despedidos.
Jorge Mendoza plantea que mientras la mayoría de países de Latinoamérica da saltos cualitativos en materia de formación docente, trasladándola al sistema universitario, apostando a una educación pertinente; en Nicaragua los profesores continúan formándose en escuelas Normales que apenas alcanzan un nivel de técnico medio.
También critica que en el último lustro la plantilla docente que pasó de 46,000 a 51,000, se haya engrosado con recursos de baja calificación y para asignaturas claves como el Inglés.
“Se ha incorporado una cantidad significativa maestros de inglés, lo cuestionado es que son elementos de la Juventud Sandinista que tienen poca o nula formación pedagógica y que por el hecho de hablar inglés son ubicados para impartir la asignatura en distintos colegios de primaria y secundaria. Es una cal y otra de arena. Si bien tenemos más profesores estos lamentablemente no en la formación requerida”, expone.
¿En un balance, cuáles son los aciertos y desaciertos en el campo educativo?
No todo ha estado mal, lo que pasa es que los esfuerzos no se corresponden con el crecimiento económico que venía teniendo Nicaragua en cinco años, en ninguno de esos años este crecimiento se evidenció en la inversión en educación.
Sí se avanzó en cobertura y acceso, porque América Latina en general dio avances sustantivos en ese tema y que ronda más del 90 por ciento, pero si hacemos un análisis de esos indicadores en el Caribe nos encontramos con un panorama desastroso.
La merienda escolar es otro programa positivo, pero recientemente el Colectivo de Transparencia Internacional reveló que hubo discrecionalidad en la compra de los alimentos y en la contratación de proveedores; encontró que se realizó en violación a la Ley de Contrataciones del Estado y mucha evidencia de corrupción y fuga de alimentos.
También fue positiva la inversión en casi 6 millones de textos escolares que se distribuyeron en 2018.
¿El problema? Llevaban adoctrinamiento político-partidario y, más que eso, se hacía una promoción al culto de la personalidad a Daniel Ortega y Rosario Murillo. A ella la ubican como una heroína nacional, mientras Ortega es colocado con una mirada hacia el futuro en los libros de Filosofía.
Además del rezago educativo, a partir de abril de 2018 los estudiantes nicaragüenses cargan con el impacto de la violencia desatada por los órganos represores leales al Frente Sandinista.
“La niñez y la adolescencia no está ajena a la realidad: la vive, la sufre y la interpreta”, enfatiza Mendoza.
El experto llama a no podemos perder de vista que “estamos frente a toda una generación que está viviendo bajo una violencia que pretende ser ocultada, pero que evidentemente va ocasionar efectos en la salud mental y en los procesos de aprendizaje”.
“Desde el inicio de la crisis, a pesar de que el discurso oficial negaba la existencia de una realidad donde estaban matando y encarcelando gente, los niños tienen una conciencia absoluta de lo que está pasando; muchos de los niños coinciden en que la escuela se convirtió en un lugar peligroso, porque cerca de la escuela estaba la Policía”, refiere.
Estos datos son parte del El informe Balances-Desafíos en la aplicación de la Convención en Nicaragua en el que Codeni recopila información a partir de 2007, cuando Daniel Ortega regresó al poder, y comenzó a desmantelar el sistema de protección legítimamente constituido para la defensa de los derechos de la niñez y la adolescencia, incluidas las políticas educativas.
“En 2007- 2008 empieza un desmantelamiento total, incluyendo las cinco políticas con las que llega Miguel de Castilla (al asumir el Mined) y que apuntaban, según él, a una revolución participativa de la educación, pero fueron canceladas en 2010 y en 2011 desaparecen del discurso oficial. Entonces, todo aquel espacio que había de participación se terminó. El desmantelamiento de los avances normativos, en políticas y programas concretos fueron desmantelándose uno a uno y parte de esto es el ocultamiento los indicadores básicos de educación”, rememora Mendoza.
El retorno a las aulas
El Ministerio de Educación inició labores este 2020 con el anuncio de que el Año Lectivo comenzará el próximo 3 febrero.
El asesor presidencial para temas de Educación, Salvador Vanegas informó que a partir de mañana, junto a la ministra Miriam Ráudez y la viceministra Francis Díaz iniciarán un recorrido por los centros de estudios con miras a verificar las condiciones de los centros, mobiliario, organización de docentes, entre otros aspectos logísticos, así como para promover la matrícula escolar. “Vamos a acompañar a las familias en los territorios para animarlos por si todavía queda algún niño o niña o un adolescente que no se haya matriculado, vamos a animarlos para integrarse a los centros de estudios”, anunció en declaraciones a medios oficialistas.
Sobre la inversión 2020 mencionó el funcionario mencionó que se impulsará el primer programa de infraestructura por un monto de 47 millones 107mil 853 córdobas “dirigido a mejorar las condiciones de varios institutos del interior del país”.
“Renovamos el compromiso de seguir haciendo educación gratuita y que cada vez con mejor calidad educativa”, aseguró Vanegas sin que a la fecha sean revelados las estadísticas de los principales indicadores educativos, ni del progreso de la matrícula 2020.