Mónica Baltodano: El régimen está debilitado porque saben que es imposible una continuidad sin Ortega

La ex guerrillera analiza el secuestro político de Humberto Ortega, los planteamientos que descolocaron al régimen al punto de humillarlo sometiéndolo al mismo castigo que a sus enemigos políticos

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La exguerrillera nicaragüense Mónica Baltodano. EFE
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  • mayo 22, 2024
  • 07:00 AM

Mónica Baltodano interrumpe la entrevista con DESPACHO 505. Han pasado cuatro minutos con 42 segundos. Le informan que a 431 kilómetros de donde se encuentra, en el exilio, varios policías armados del régimen ocupan su casa, la última propiedad que le quedaba en Nicaragua.

Es martes y han pasado 24 horas desde que escribió un artículo de opinión en el diario digital Confidencial en el que explicaba las razones que llevaron al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo a secuestrar al general en retiro Humberto Ortega y confinarlo en su casa por atreverse a decir que, a la muerte del dictador, ni Murillo, ni ninguno de sus hijos, ni ningún otro orteguista podrá sucederle en el poder, por lo que mejor le valdría a su hermano negociar “un aterrizaje suave” y regresar al país a la democracia.    

Si alguien tiene autoridad para hablar de esos últimos acontecimientos políticos del país es Baltodano, exguerrillera, Comandante de la Revolución, excompañera de armas de los hermanos Ortega, luchadora contra dos dictaduras; la que ayudó a derrocar con las armas y ésta que ahora gobierna al país y que ha pasado por encima de lo que pensaba Sandino, el inspirador de la organización rojinegra a la que perteneció, pero que Ortega, ha permitido que Murillo intente mutar a una dinastía de colores fucsia y pastel.

Baltodano se toma unos minutos para decir que, con la toma de su propiedad, Murillo se ha vengado de ella de la peor manera, porque llegó a compararla a una sicópata, ciega de poder. Respira hondo y dice que hay que seguir la entrevista. “No me callé antes, no lo voy a hacer ahora”, esgrime y atribuye a los estertores del régimen sus acciones desproporcionadas. “Se hacen pedazos, es una realidad”, añade en esta plática en la que analiza los alcances de lo dicho por el general Humberto Ortega hace unos días. 

El general Ortega ya tiene oficialmente casa por cárcel, su hermano Daniel Ortega lo ha permitido, ¿Cómo valora usted esto? ¿Es el final del día? 

Bueno, creo que es una demostración de la intolerancia del régimen y de la brutalidad con la que procede contra quiénes se expresan de forma contraria a su proyecto de poder. En esa represión no andan con miramiento de ningún tipo; no les importa si la persona es una anciana, no le importa si está con problemas de salud y tampoco les importa que sea familia.

Usted cree que la preocupación del general Humberto Ortega es auténtica, es decir, le dice a su hermano ´si no buscás una solución, si no dialogás el país va un caos peor que en el que estamos…´

Yo creo que sí, porque además él ha sido consistente en el sentido de que desde hace varios años ha escrito sobre estos llamados, lo dijo antes muy tímidamente. Llegó a decir, por ejemplo, que los presos políticos que Ortega secuestro en 2021 para su ilegítimo cuarto mandato, no eran terroristas. Lo dijo a CNN.

Él escribió un artículo criticando la muerte del general Hugo Torres en las cárceles de Ortega y Murillo. Entonces, él (Humberto Ortega) ha venido expresando su desacuerdo con los desmanes de su hermano y de parte de los dictadores había recibido ya bastante rechazo. Daniel Ortega, lo acusó de ser ´Cachorro del imperio´ y lo incluyó en la lista de los que ellos creen, los han traicionado.

En esta entrevista a Infobae, el general Ortega habla muy claro, sin rodeos acusa a su hermano de dictador y los señala como un régimen moribundo… ¿A qué usted atribuye la sinceridad y el lenguaje directo impropio de discursos pasados?

El general (Ortega) ha superado una situación cardíaca delicada, él mismo lo ha dicho. Y yo creo que él se vio a sí mismo y se hizo una interrogante:  ´¿Voy a terminar mi vida así?¿Callaré ante lo que está claramente incorrecto?´ Entonces yo creo que él tomó una decisión de tomar una postura, corriendo --como él muy bien lo dice, porque es él quien lo dice y no otra persona-- todos los riesgos.

Él dice que lo han amenazado de muerte, que sabe que algunos lo quisieran asesinar. Y lo atribuye a gente del régimen y todos tenemos claro que nada extraño dice en relación a la criminalidad que ha mostrado el régimen de su hermano, o sea, eso todos lo sabemos por lo que pasó en 2018. Yo creo que él hizo una reflexión personal que lo llevó a considerar que tenía que hacer algo y lo hizo.

Maneja el mismo discurso que siempre manejó, un discurso bastante pragmático, pero esta vez más realista; él dice bueno, el país va al caos si no se flexibiliza esta dictadura y entra en un proceso de diálogo con la oposición. Eso urge.

El general Ortega ve que el régimen de su hermano está debilitado, que agoniza como él, debido a su edad y sus enfermedades. ¿Usted comparte esa idea?

La verdad es que este régimen nunca ha sido fuerte. Lo dicen otros analistas y yo también lo creo, porque conozco las interioridades de ese poder. Antes del 2018, tenía el respaldo de la jerarquía católica, el respaldo de las cámaras empresariales, los recursos del petróleo venezolano, pero después del 2018 lo que vemos es otra cosa.

Este es un régimen que cifra su poder en la fuerza, recurre a un progresivo aumento de víctimas y fallan en la estrategia para lograr una legitimidad (en las elecciones generales) en 2021. Al contrario, evidencia desesperación y acude al secuestro y cárcel a quienes le disputarían el poder porque sabe que lo va a perder. Y no para de hacer un uso desmedido de la fuerza, incluso contra sus mismos seguidores, mirá lo que pasó en la Corte Suprema (de Justicia), lo que pasó en la Policía. La lectura de un régimen debilitado es correcta.

El general Ortega habla de algo que antes se especulaba, pero dicho por alguien tan cercano a ese poder es otra cosa: ni Murillo, ni sus hijos podrán sostener una sucesión a la muerte del dictador. Usted conoció de cerca esas relaciones de poder ¿Es cierto?

Esta es una aseveración correcta.  Es imposible una continuidad sin Ortega.

No es una visión emocional del general que no quiere a la cuñada…. Es decir, mire Cuba.

Si, hay muchos más ejemplos de dictaduras que sobreviven al dictador, pero este no es el caso porque, aunque sea Murillo la que habla todos los días en sus medios, aunque (Daniel) Ortega se pierda uno o dos meses y se aísle del país y de lo que pasa, Murillo ha sentado su poder en ese mesías, que está ahí, aunque no lo vean.

Sus seguidores están confiados en que está ahí, ella misma se ha encargado de construir esa realidad en el imaginario de ellos. Yo hablo, pero él está en El Carmen. También decir que, aunque Rosario (Murillo) tenga un papel en el gobierno, nada de las grandes decisiones las toma sin él dictador. Y también es algo que el círculo de poder lo sabe.          

Por otro lado, esta es una pretendiente a sucesora con los pies de barro, porque por su estilo de poder intolerante y brutal, ella no ha construido autoridad, ella tiene poder, pero la autoridad y el poder son cosas muy diferentes, es decir, en ese Frente Sandinista hay mucha gente que le hace caso porque le temen, le tienen terror, no respeto. No es la líder, es la mujer del líder. ¿Y si el líder no está?

Entonces en ese sentido, hay que pensar, además, que Humberto Ortega, que está allá en Nicaragua y que tiene gente de los líderes históricos que lo ven como una voz importante y que maneja información que nosotros no tenemos, te dice que es más grande el repudio y la animadversión que Rosario Murillo despierta en el Frente (FSLN) de lo que ustedes y yo podemos calcular.

No podemos poner en duda de que lo que ha dicho el general (Ortega) ha descolocado a Murillo y ha hecho temblar los cimientos del poco poder que tiene el régimen. Corren a encarcelarlo para dar a entender que han contenido el problema, error, han mostrado más debilidad y el desconcierto que padecen.

Por otro lado, la aseveración es también un claro mensaje a los opositores. Les está diciendo; que no pueden sentarse a esperar que el dictador muera, deben estar estructurándose porque hay un llamado, una necesidad de negociar para evitar el caos en el país y ese caso está cada vez más cerca.  

En su artículo usted dice que el general Ortega ha burlado el cerco que Murillo ha puesto alrededor del dictador. ¿Qué quiere decir eso? ¿Está cerca del círculo de poder, de decisiones o algo así?

Las últimas acciones de la dictadura te dejan claro que lo que el general dice incide en el pensamiento de la estructura, y eso los pone nerviosos. El general llama su hermano a sentarse, le dice hay que conversar, buscar salidas, pero además revela que se lo ha dicho. Los que oímos política, los que hablamos de política, debemos entenderlo, ellos han hablado, pese a que Murillo intenta aislarlo de consejeros, asesores y amigos, por lo que queda claro que él sabe lo que está recomendando.

Busca salvar al hermano, a la familia del dictador de tener un triste final. Y le dice que es ahora que puede hacerlo, queda claro que se han reunido y han hablado de eso.

El general Ortega pareciera pintar un escenario digamos apocalíptico para el régimen que incluye “operaciones quirúrgicas” de Estados Unidos las que sostiene son probadas para otros enemigos… ¿Es esto posible o exagera el general en retiro?

Bueno, nadie pensó que Haití llegaría a donde ha llegado, miremos lo que pasa en Venezuela, un país productor de petróleo con una economía arruinada, el mismo Argentina que llegó a tener una economía como algunos de Europa, entonces las cosas van cambiando y uno tiene que ser capaz de proyectar escenarios.

Yo lo que creo es que el general advierte de escenarios difíciles para el régimen. Eso hace un analista político, un estratega, él advierte de los escenarios posibles, en cuanto al tema de la de la acción quirúrgica, la advertencia es por esa aventura de alineamiento geopolítico que Ortega quiere implementar jugando a plegarse a países que Estados Unidos ve como una amenaza.

Estados Unidos es una potencia, diga lo que digan Ortega y Murillo. Aunque las cosas no ocurren así, mecánicamente, ya la advertencia está hecha. Ahora, no es que estemos de acuerdo en todo lo que el general ha dicho, hay cosas que pueden no ser compartidas, lo que, si es razonable, es que el régimen debería analizar, ver con más seriedad algunos escenarios que no son deseables. Incluso, el llamado al Ejército que debe ponerle un poco más de atención a todo eso.

¿Ahora qué viene? ¿Tendrían secuelas estas verdades del general? –eso por un lado y ¿Ve consecuencias para el régimen por su arresto?

Ve, un goteo es capaz de romper una piedra y ellos (los dictadores) lo saben bien, saben las fisuras que padecen, lo debilitado que están, este encierro (del general Ortega) es una factura más para pagar, hay en Nicaragua un montón de gente aterrorizada y el terror repetido y repetido, termina por producir un resquebrajamiento y fracturas que los colocarían en una situación insalvable y es eso lo que el general le ha advertido a su hermano el dictador.

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