Ortega y Murillo quieren instaurar en Nicaragua una iglesia esotérica y servil
Desde 2021, el dictador Daniel Ortega ha emprendido una feroz guerra contra la iglesia Católica y sus principales líderes. Algunos expertos, consideran que el régimen busca quebrantarla como lo hicieron el rey Enrique VIII de Inglaterra y el dictador español Francisco Franco


- febrero 24, 2023
- 08:13 AM
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El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo es una parodia de dos personajes reconocidos de la historia del mundo: uno, el rey inglés Enrique VIII, quien rompió con Roma y creó su propia iglesia, la anglicana; y, dos, el dictador español Francisco Franco, que llegó a decidir quiénes podían ser obispos y de esa forma influir en el pensamiento de la iglesia Católica española.
La idea de los Ortega - Murillo, según dos analistas en temas eclesiástico, es destruir el liderazgo en Nicaragua de los sacerdotes, los obispos y del papa Francisco para “liderar la fe religiosa de los nicaragüenses sin la intervención de la iglesia Católica”.
"Por eso Daniel dice ser cristiano, seguir a Jesús en el compromiso con los pobres, pero que no sigue a los obispos. Criticó fuertemente a la jerarquía, al Papa y al Vaticano, para destruir ese liderazgo", comentó uno de los expertos en vaticanismo.
El pasado 21 de febrero, Ortega calificó a los curas, los obispos, los cardenales, y los papas de ser “una mafia”. Además, los expertos enfatizan en que no respeta “ni a los reyes ni a los papas” y tampoco a los obispos nicaragüenses. Desde el año pasado, las procesiones religiosas están prohibidas en la mayoría de iglesias del país.
A LO ENRIQUE VIII
En la historia reciente no hay otro mandatario que haya atacado tan fuerte a la figura del Papa como lo hizo Daniel Ortega este 21 de febrero, afirma uno de los analistas y especialista en historia de la Iglesia. Hay que remontarse a la Edad Media, al año 1534, cuando el rey Enrique VIII se declaró jefe supremo de la Iglesia en Inglaterra.
Años después, en 1558, una hija de Enrique VIII, Isabel I, se convirtió en la gobernadora suprema de la iglesia, dando origen a la iglesia Anglicana, que no tiene una doctrina específicamente anglicana, sino que profesa la fe católica, solo que no está dirigida por el Papa de Roma.
En el contexto que vive Nicaragua, el uso de fuentes anónimas es crucial para nuestra misión periodística. En este reporte hemos protegido la identidad de algunas personas para evitar que el régimen atente contra ellas.
Según el historiador, desde esta lógica de Enrique VIII y su hija Isabel I hay que ver las actuaciones del régimen Ortega - Murillo. La pareja de dictadores saben que los nicaragüenses tienen “sentimientos religiosos muy grandes” y enfrentarse a ese sentimiento es “enfrentarse al pueblo”.
Por eso, para liderar la cultura religiosa en Nicaragua tienen un fuerte obstáculo, que es la iglesia Católica, con un “liderazgo grande” no solo en el país, sino en toda América Latina, aunque digan que el 50 por ciento de la población es evangélica.
Para ir minando la intervención de la iglesia, antes de 2018, Rosario Murillo ya promovía celebraciones católicas como Santo Domingo en Managua, San Jerónimo en Masaya, San Pascual Bailón en Chinandega, pero que son “fiestas de carácter laico”, que no es la jerarquía quien dirige esas actividades, sino “laicos o los cofrades”, aclara la fuente eclesiástica.
“Desde ahí han querido dominar la cultura religiosa del pueblo de Nicaragua. Pero, esa cultura religiosa se articula en torno a la Iglesia. Son los sacerdotes, los obispos y el Papa quienes la lideran”, advierte.
“Destruir ese liderazgo para los Ortega Murillo es muy importante”, añade el experto, quien aclara que no quieren destruir la fe, pero sí liderar la conciencia del pueblo a favor de su proyecto dictatorial, ni siquiera es a favor del sandinismo.
PERFIL | Rolando Álvarez, el obispo del pueblo
“Quieren destruir ese liderazgo para hacer una religión esotérica. Por eso los árboles de la vida, los símbolos que usa Rosario. Toman raíces de las creencias indígenas y las mezclan con la religión católica para liderar ellos esa religión”, enfatiza el experto.
Además, al igual que Isabel I, Rosario Murillo quiere erigirse como “la profetisa mayor de esa religión” y por eso todos los mediodías, dicen los analistas, hace su prédica, tal como el papa en el Ángelus los domingo al mediodía.
EL EJEMPLO DE FRANCISCO FRANCO
El próximo 6 de marzo se cumplirá un año desde que el régimen expulsó de Nicaragua al nuncio Waldemar Stanisław Sommertag y desde entonces no hay uno en el país.
El nuncio apostólico es el embajador del Papa en Nicaragua y si no ha habido otro “denota que las relaciones Vaticano-Nicaragua no son las mejores en este momento y es de esperar por el feroz ataque y persecución por parte de la dictadura hacia la iglesia católica nicaragüense”, explica por su parte la abogada Martha Molina, investigadora de los ataques del régimen a la Iglesia.

Otro de los analistas consultados por DESPACHO 505 cree que el no haber nombrado a un nuevo Nuncio Apostólico, y haya un “impasse”, implica que el Vaticano está negociando “por debajo” con el régimen.
Igualmente, el régimen, con no tener un Nuncio, pretende seguir reprimiendo a la Iglesia, controlando las procesiones y manteniendo en la cárcel a monseñor Rolando Álvarez.
El experto recordó al dictador español Francisco Franco, quien desde 1953 mantenía un concordato con el Vaticano, el que establecía que los obispos debían de contar con el visto bueno de Franco para poder ser nombrados.
Por esa razón, en muchas diócesis españolas no hubo obispos durante la época franquista, especialmente en el País Vasco, porque Franco no aprobaba los nombramientos.
Uno de los expertos en temas eclesiástico señala que los Ortega Murillo pretenden controlar el liderazgo católico y negociar con el Vaticano los nombramientos de los obispos, para así tener también cómo vigilar las predicaciones que se hagan en las parroquias.
“En la época de Franco, un sacerdote podía caer preso si decía algo en misa que al dictador no le gustaba”, explica la fuente.
"(Los Ortega Murillo) están presionando al Vaticano para negociar un concordato donde los obispos sean del visto bueno del Gobierno y estén controlados en su pensamiento y que desde ahí se controle también el pensamiento de la Iglesia", coincidió el otro analista.
La razón por la que los dictadores nicaragüenses quieren controlar a la Iglesia, explica uno de los analistas, es porque esta última se solidarizó con las víctimas de la represión de 2018 y, además, todo lo que defiende la Iglesia, como las libertades, el respeto a los derechos humanos y la democracia, son principios contrarios a los que promulga el régimen, el cual se interesa más por la autodeterminación de los pueblos.
“Quieren controlar a la Iglesia para que no tenga la capacidad de convocatoria que tiene entre la población”, expuso.
Además, el régimen ha dado apoyo a la iglesia evangélica porque no tiene un liderazgo común o una autoridad que los unifique a todos, sino que son una pluralidad de iglesias cada una con su líder.

“Eso es más fácil de controlar, pero la iglesia Católica con su gran liderazgo, del Papa y de los obispos, es difícil”, agregó la fuente.
ORTEGA NO SE COMPORTA COMO MANDATARIO
La abogada Martha Molina señaló que, en la historia moderna, Daniel Ortega ha sido el único mandatario que ha ofendido gravemente al Papa de la iglesia Católica.
“Ortega no se comporta como un mandatario sino como lo que es, un dictador, que además es vulgar y ordinario y no tiene la mínima formación y conocimiento de las relaciones internacionales y la diplomacia como ciencia”, lamentó Molina.
La también investigadora advirtió: “Los serviles que trabajan en el Ministerio de Relaciones Exteriores no se atreven a enseñarle ABC de la diplomacia (a Ortega) ni lo aconsejan para que no cometa semejantes improperios ya sea porque tampoco son formados en la materia o por el temor de ser despedidos”.
Uno de los especialistas también cree que el Vaticano sí está preocupado por lo que está ocurriendo en Nicaragua. Sin embargo, en este momento “no puede tener una actitud pública” mientras la Iglesia esté "perseguida, asediada y encarcelada", justificó.
Fue hasta hace dos domingos que el papa Francisco se solidarizó con el obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, encarcelado desde el pasado 19 de agosto de 2022. Sin embargo, casi siempre Francisco y el cardenal Leopoldo Brenes prefieren guardar silencio.