“Siento que perdí todo, dicen que es la UCA la que quedó debiendo”, la dictadura deja en el limbo a los trabajadores

Tras la confiscación de la UCA, los trabajadores han quedado sin salarios y con el temor de preguntar por sus derechos

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  • agosto 22, 2023
  • 03:25 AM

El día que la Universidad Centroamericana (UCA) oficializó la confiscación, “Luisa” esperaba por el pago correspondiente a la primera quincena del mes de agosto. “Confiaba en que ese día nos pagarían”, dice  afligida vía telefónica desde Masaya, desde donde viajaba todos los días hasta Managua para laborar en en el área de Informática de esa alma mater.  

Ahora, no sabe a dónde ni a quién preguntar por su salario. El día 18 de agosto que se confirmó la acusación por terrorismo contra la UCA, las autoridades únicamente dieron la orden de evacuar el reciento ante un posible operativo policial. Al igual que los alrededor de 400 trabajadores de la UCA, Luisa se fue a su casa.

Confiesa que, incluso, la toma de posesión de las autoridades impuestas por el régimen de Daniel Ortega, les generó la esperanza de recibir la transferencia, puesto que tienen acceso al dinero de la UCA. Sin embargo, no ha sido así y todo apunta a que quienes no sean reincorporados ni siquiera tendrán una liquidación. 

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“Alejandra” trabajaba en el área administrativa y todos los días revisa su cuenta bancaria a la espera de su pago. Tiene un hijo menor, es madre soltera y ha tenido que prestar dinero para la comida de esta semana.  

La situación se repite en la casa de “José”, trabajador del área de Informática. “No tiene pinta de que vayan a pagar, lo que hemos conocido del sindicato (antiguo de la UCA) es que quieren aplicar un ´borrón y cuenta nueva”, dice a DESPACHO 505.

“Para ellos (las autoridades del régimen) es la UCA la que quedó debiendo”, añade.

Son entre 300 y 400 los trabajadores que han quedado en el limbo a raíz de la confiscación de la universidad jesuita. La cantidad no ha sido oficializada, pero los mismo empleados refieren que el número se la planilla se redujo cuando la dictadura recortó los fondos a esa universidad y comenzó a intentar asfixiarla. “Una parte quedaron como trabajadores horario y otros se habían acogido a un plan de retiro, por eso el dato ha ido cambiando”, explica otro afectado.

Agrega que han conocido que solo 100 trabajadores serán reincorporados a sus labores en la nueva Universidad Casimiro Sotelo, y que serán seleccionados solo aquellos percibidos como afines al régimen. Los elegidos serán llamados. Por el momento, ni Alejandra ni José ni Luisa han sido contactados.

“Según el sindicato hay varios factores, sólo pagarán a los que llamen, será un salario a la baja, y básicamente de transición”, explican los trabajadores consultados por DESPACHO 505.

El secretario general del sindicato de trabajadores de la extinta UCA, David López, no contesta las llamadas de los medios de comunicación independientes y a los afiliados les ha pedido paciencia. Además, les ha prometido que en menos de dos semanas les estarían pagando la quincena retrasada. 

De acuerdo con varios trabajadores afiliados al sindicato, el directivo solo les ha dicho que esperen el llamado de las nuevas autoridades, porque junto a las exautoridades UCA están revisando las planillas y los cargos.

Uno de los trabajadores afectados cuenta que hasta ahora no hay certeza de la fecha de pago de la quincena retrasada y, mucho menos, sobre la cancelación de las prestaciones sociales por los derechos laborales adquiridos, algunos de ellos por más de 10 o 20 años de trabajo contínuo para la UCA.

Marcos trabajaba en la UCA desde hace 20 años. “Siento que perdí todo, la UCA era mi fuente de ingresos y con el salario mantenía a mis dos hijos”, agrega afligido. Tampoco sabe si lo llamarán las nuevas autoridades.

Otro trabajador dijo sentirse “contento”, porque ha sido de los pacos llamados a regresar a la universidad. Le orientaron que se presente con su cédula de identidad y vistiendo ropa casual. Por ningún motivo deberá vestir el uniforme de la UCA. “Me siento mal por mis compañeros que no han llamado, pero quedar en desempleo, teniendo hijos que alimentar, sería grave”, dijo el beneficiado.

DESPACHO 505 envió consultas sobre el futuro del personal de la UCA al secretario del sindicato David López, pero este solo dejó en visto los mensajes recibidos en su número de WhatsApp. También se le llamó al número celular desde el que mantenía comunicación con  los trabajadores y no respondió.

De acuerdo con fuentes de la universidad, el representante de los trabajadores de la confiscada UCA, ha sido fiel aliado de los directivos de la Federación de Sindicatos Trabajadores Universitarios de Nicaragua (FESITUN), controlados por la diputada orteguista Maritza Espinales.

Se ha conocido también por fuentes anónimas, que, desde el jueves 17 de agosto, las autoridades nombradas por el Consejo Nacional de Universidades (CNU) para administrar a la usurpadora Universidad Casimiro Sotelo, han andado recorriendo cada oficina en compañía de exautoridades de la UCA, a quienes los llamaron obligadamente para hacer la entrega formal.

Según testigos que pasaban por las afueras del portón principal de la desaparecida UCA, ese mismo jueves por la mañana, se observó una patrulla policial, al lado de cuatro extrabajadores que tenían cargos de dirección administrativos.

Varios empleados consultados por este medio manifestaron que hay incertidumbre y temor de preguntar sobre el pago de sus prestaciones sociales, ante la amenaza que representan autoridades fanáticas del régimen ocupando cargos.

Además denuncian que han visto paramilitares recorriendo todo el perímetro de la universidad.

Otros afectados son las y  los profesores horarios, quienes impartieron tutorías en el curso intersemestral, pues el 15 de agosto les correspondía el pago y no han recibido ni un correo sobre sus honorarios.

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Uno de ellos informó que tampoco tienen acceso al correo institucional asignado por la universidad. No les queda más que esperar, porque reclamar los arriesga a sufrir represalias.

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