Sacerdotes, nuevo blanco de la represión en Nicaragua: Ortega llena sus cárceles y vacía las iglesias

Experta identifica un cambio de estrategia en la represión de la dictadura contra la Iglesia católica de Nicaragua y defiende la resistencia silenciosa del clero a la inédita cacería que tiene a 13 de sus miembros secuestrados

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  • October 10, 2023
  • 01:15 AM

Las nuevas víctimas de la represión de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo en Nicaragua llevan sotana. Se trata de una escalada de la guerra declarada a la Iglesia católica que en los últimos ocho días se ha saldado con el secuestro de seis sacerdotes, para un total de 13 convertidos en prisioneros políticos. Un hecho inédito en los cinco años y medio de la crisis social y política que afronta el país y una acción extrema a la que tampoco han recurrido otras dictaduras del continente.

Ortega ha comenzado a vaciar las iglesias católicas y a engrosar el listado de presos políticos -89 hasta agosto, según el Mecanismo para el Reconocimiento de Personas Presas Políticas- con una redada de sacerdotes.

El operativo ha sido ejecutado tanto por la Policía Orteguista como por comandos de civiles armados a bordo de camionetas Hilux sin rotular, que testigos identifican como paramilitares, como los que integraron los escuadrones de la muerte en 2018 para aplastar a tiros las protestas que exigían a Ortega la entrega del poder.

“En la historia nunca hemos visto esa cantidad de sacerdotes presos y menos en tan corto tiempo”, dice con alarma la investigadora Martha Patricia Molina que desde 2018 documenta las agresiones perpetradas contra la Iglesia católica de Nicaragua: 667 hasta agosto.

EL ORTEGUISMO BUSCA EXTERMINAR LA FE CATÓLICA

Molina revela que funcionarios públicos del régimen le han filtrado que es apenas del inicio de la cacería de brujas contra los curas. “Más sacerdotes serán encarcelados en las próximas horas”, pronostica.

“La dictadura pretende exterminar la fe y la religión católica” en Nicaragua denuncia Molina, quien recientemente presentó una cuarta actualización de su investigación 'Nicaragua: ¿Una Iglesia perseguida?', una memoria de los 667 ataques dirigidos contra Iglesia católica de Nicaragua entre abril de 2018 y agosto de 2023.

La evidencia de que los tiempos que corren son los peores para el clero nicaragüense se reflejan en un acumulado de 205 agresiones -de las 667 documentadas- en los primeros ocho meses de 2023.

Molina, lanza un llamado de emergencia a la comunidad internacional ante el "empeoramiento de la represión del régimen contra la Iglesia católica de Nicaragua". 

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El abogado del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más, Braulio Abarca, también confirma que las acciones de la dictadura contra los miembros de la Iglesia católica han escalado a niveles insospechados.

NUEVO PATRÓN DE REPRESIÓN: DESAPARICIÓN FORZADA

Abarca habla de graves y condenables violaciones y restricciones a la libertad religiosa que van desde la prohibición de ritos católicos, como procesiones y otras manifestaciones, hasta la detención en serie de los sacerdotes.

Por su parte, la investigadora Martha Molina, identifica un cambio de estrategia en la represión de la dictadura contra el liderazgo católico que resiste en silencio la embestida: después de que los secuestra, la mayoría queda en condición de “desaparición forzada”. La Policía Orteguista no informa de su paradero ni situación legal ni a los familiares lo que aumenta su vulnerabilidad y la violación de sus derechos, incluida la defensa. 

Más grave aún, dice Molina, es el despliegue de la vigilancia y el terror que siembra la Policía Orteguista en las ciudades donde ha secuestrado a los párrocos. Es un asedio sin tregua, denuncia.

El Colectivo da seguimiento a la situación de Nicaragua y documenta las agresiones a los derechos humanos que comete el régimen. "A la Iglesia católica en Nicaragua se le continúa asediando" de múltiples formas: expulsión de religiosos y religiosas, restricción migratoria, cancelación de organismos sin fines de lucro y de medios de comunicación religiosos, entre otras.

TRES CONDENADOS Y EL RESTO EN EL LIMBO

Hasta la fecha solo tres de los 13 sacerdotes llevados a la cárcel de la dictadura Ortega-Murillo han sido condenados:

Manuel Salvador García. Capturado en junio del 2022 y condenado a 2 años y 8 meses de cárcel. García pertenece a la Diócesis de Granada.

José Leonardo Urbina. El religioso también pertenece a la Diócesis de Granada y fue condenado a 30 años de cárcel.

Monseñor Rolando Álvarez. El obispo de Diócesis de Matagalpa purga una condena de 26 años y 4 meses de prisión por supuestos delitos que la Justicia Orteguista califica de traición a la patria y que conlleva la pérdida de la nacionalidad, la confiscación de sus bienes y el despojo de todos sus derechos civiles.

La situación legal de los otros diez religiosos en poder de la Policía Orteguista es totalmente desconocida. En la mayoría de los casos tampoco se conoce el lugar donde esperan que la dictadura resuelva su suerte.

Una excepción es el caso del padre Jaime Iván Montesinos, capturado el 23 de mayo de 2023, y acusado de cometer “actos que menoscaban la independencia, la soberanía, y la autodeterminación de la nación” en base a la cuestionada Ley de Defensa de los Derechos del Pueblo a la Independencia, la Soberanía y Autodeterminación para la Paz. No obstante, hasta el momento las autoridades no han formulado la acusación en su contra. 

En cambio, el sacerdote Fernando Zamora, párroco de Siuna, es parte de la lista de los que se encuentran en condición de “desaparecidos” ya que no han informado sobre su paradero y condición de salud desde su captura el 9 julio de 2023.

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LA CEN Y SU SILENCIO "PRUDENTE"

Molina considera que la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) guarda un silencio “prudente” ya que los obispos también están intimidados y pronunciarse o reclamar las agresiones solo aumentaría el riesgo que ya corren por ser cabeza de la Iglesia. 

“Ellos también podrían ser encarcelados en cualquier momento. Es la Iglesia católica la que está siendo perseguida y ellos son personas religiosas que se dedican a la oración, no tienen culpa de todo el desastre, alianzas, pactos y corrupción que cometió la clase política que alimentó a este enorme criminal (Daniel Ortega) que hoy tenemos al mando de la administración pública”, razona Molina. 

SACERDOTES DE LAS DIÓCESIS DE MONSEÑOR ÁLVAREZ EN LA MIRA

Ocho de los trece sacerdotes presos pertenecen a la Diócesis de Estelí y Matagalpa, dos a la de Granada, y uno a la de Jinotega, Siuna y Bluefields. Sobre el sacerdote Leonardo Guevara Gutiérrez, el cual estuvo bajo investigación durante cuatro meses por “asuntos administrativos” de la disuelta Cáritas Diocesana de Estelí, se conoció que fue liberado recientemente y se encuentra nuevamente en sus labores pastorales.

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Molina expone que en las parroquias donde los curas fueron secuestrados en su mayoría no están oficiando misa y que las comunidades ruegan por el pronto regreso de sus sacerdotes y donde el párroco no se encuentra físicamente está la silla “esperando por él”. 

“La comunidad continúa orando y la oración nos fortalece, esa es el arma de nosotros los cristianos, oramos por las personas que nos hacen daño para que ellas se conviertan”, anotó Molina. 

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