El Vaticano sigue «tratando de negociar» con el régimen de Daniel Ortega para lograr la excarcelación del obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, quien este viernes 4 de agosto cumple un año de haber si secuestrado por la Policía Orteguista.
«Seguimos, estamos tratando de negociar», respondió escuetamente el Pontífice al ser preguntado por la situación en el país y por lo que se puede hacer por el pueblo nicaragüense y el obispo encarcelado durante una entrevista que publica hoy la revista española Vida Nueva.
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El Pontífice también aseguró que le pidió al presidente brasileño Lula da Silva, con quién se reunió recientemente en el Vaticano, que intercediera por Nicaragua, para que el dictador Daniel Ortega libere a monseñor Álvarez.
«En su reciente encuentro con Lula da Silva en el Vaticano, ¿le pidió que intercediera ante Daniel Ortega para poder liberar al obispo?», fue la pregunta que realizó el periodista de la revista española.
«Sí, se lo pedí», contestó cortante Francisco. En una entrevista a Infobae, Francisco tildó a Ortega de “grosero”.
«Con mucho respeto, no me queda otra que pensar en un desequilibrio de la persona que dirige (Daniel Ortega)», respondió el Papa al ser preguntado sobre los ataques de Ortega a la Iglesia católica en ese momento y en particular al Vaticano a la que había acusado en un acto de ser una mafia.
Esa fue la primera vez que Francisco reconoció públicamente que en Nicaragua existe una dictadura. El Vaticano había apostado por mantener abierto el canal de la diplomacia con Nicaragua en medio del ataque frontal contra la Iglesia que ha llegado al extremo con el encarcelamiento del obispo Álvarez, el rompimiento de las relaciones diplomáticas con El Vaticano y la prohibición de todo acto religioso que quiera realizar la Iglesia en el país.
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Cabe destacar que el régimen sí autorizó la celebración de Santo Domingo, en Managua. La alcaldesa orteguista Reyna Rueda fue recibida por el cardenal Leopoldo Brenes en la víspera de la tradicional procesión del 1 de agosto.
Desde el púlpito, Álvarez rogó por la paz de Nicaragua. Fue implacable en su crítica a los poderosos y condenó los crímenes cometido por Ortega, la impunidad de estos, la demolición de la democracia y la supresión de todas las libertades.
