El obispo hondureño de Danlí, monseñor José Antonio Canales no aparta la mirada de lo que vive la Iglesia de Nicaragua bajo la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, especialmente en estos días de incertidumbre sobre el juicio político al que será sometido monseñor Rolando Álvarez, el obispo de la Diócesis de Matagalpa, a quien ha sido cercano.

Arrestar a un obispo es “algo que ni siquiera ocurrió en Cuba ni en la Venezuela de Hugo Chávez”, critica el prelado hondureño en esta entrevista a DESPACHO 505.

Canales, de 60 años de edad y 26 de haber sido ordenado sacerdote, expresa que aunque otras voces callen sobre lo que sufre la Iglesia de Nicaragua, él seguirá apoyando y denunciando. Lamenta la desinformación y el miedo en torno a lo que pasa con monseñor Álvarez y los esfuerzos que se hacen para que sea devuelto a la libertad.

“A mí me cuesta pensar que con ellos (el régimen de Nicaragua) se pueda dialogar, pero no lo descarto”, dice. Explica que la línea dictatorial que siguen los Ortega-Murillo es lo que le hace mantener reservas en cuanto a la verdadera efectividad de una negociación. “Sería como un diálogo de sordos”, teme. 

¿Cómo perciben que la represión contra la Iglesia continúa en Nicaragua?

Con las últimas noticias, de que han condenado al grupo que estaba apoyando a (monseñor Rolando Álvarez) en Matagalpa, estamos bastante consternados. El cardenal de Honduras (Óscar Rodríguez Maradiaga) reaccionó en la misa del domingo pasado. Lo que pasa es que, a veces, uno no sabe qué tan ciertas son las cosas, porque el régimen (Ortega-Murillo) no ha presentado al menos el teatro del juicio que siempre hacen en estos casos. Yo he estado un poquito escéptico, porque no ha habido el juicio como tal. Igualmente se habla, pero eso lo creo menos todavía, de que ya monseñor Rolando tiene 10 años de prisión, porque a ellos les interesa, para imagen, hacer el simulacro del juicio. Uno queda con muchas dudas.


El juicio contra monseñor Rolando Álvarez iniciará el 28 de marzo…

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Sí, ¿verdad? Circulan muchas informaciones y uno da por hecho que tiene 10 años de cárcel. Eso enturbia las noticias.

¿Mucha desinformación alrededor del caso de monseñor Álvarez?

Bastante.

¿La Iglesia nicaragüense no les informa?

No. La vez pasada le escribí a un obispo y no me contestó. Y creo que no me contestó por miedo a que sus líneas (telefónicas) están intervenidas. Y como yo estoy un poquito señalado de que soy contrario al Gobierno (de Nicaragua), entonces, creo que por ese temor hasta el día de hoy no me ha contestado.

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Intuyo que ha sido por miedo, monseñor piensa que si se dan cuenta de que tiene un intercambio conmigo va a tener problemas. No le escribí más. Es difícil tener informaciones de primera mano porque, para mí, lo que me dijera un obispo de allá sería información de primera mano y no he podido tenerla. Es difícil darse cuenta qué es lo que realmente está pasando.

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¿Qué les dice el cardenal Brenes?

Nos ha dicho, en noviembre pasado, lo mismo de siempre, que de salud física monseñor Álvarez estaba bien. Yo también creo que espiritualmente está bien, en medio de todo lo que está viviendo, pero creo que es un hombre que está mostrando una gran valentía y que es un gran ejemplo para todos. La persona más ejemplar que tengo en este momento es monseñor Rolando Álvarez. Realmente lo admiro muchísimo, porque, en otro caso, él ya estuviera tranquilo, entre comillas, fuera del país, porque eso es lo que está ofreciendo el régimen, que el que quiera irse que se vaya a hablar afuera, porque lo que no quiere es voces disidentes dentro de Nicaragua.

A este Gobierno no es tan difícil verles las líneas que lleva, sofocar toda voz interna. Lo que yo hable afuera u otras personas no les importa, pero sí le temen mucho a las voces que están adentro. Y la voz quien la llevaba era la Iglesia.

El presidente de la Conferencia Episcopal nicaragüense, monseñor Carlos Herrera, reveló que hay un diálogo Vaticano-Managua, ¿qué sabe de eso?

No tengo información, tampoco puedo dudar, si él lo dijo yo creo que efectivamente se está haciendo. El problema es que con este régimen sería como un diálogo de sordos, porque ellos tienen sus posturas y no son negociables. A mí me cuesta pensar que con ellos se pueda dialogar, pero no lo descarto. Puedo estar equivocado, pero así lo veo.

Los sacerdotes extranjeros recién ordenados pidieron salir de Nicaragua ¿Qué futuro le ve a la Iglesia en Nicaragua con hechos como ese?

Lo que el régimen quiere es debilitar a la Iglesia. Si ellos pudieran eliminar a la Iglesia hoy mismo, la eliminarían. Lo que pasa es que saben que la Iglesia está en el corazón de la gente y ellos mismos intuyen que es muy difícil sacar del corazón de la gente su fe que tiene 500 años. Nicaragua, al igual que Honduras, fue evangelizada hace 500 años. Ellos quisieran de un plumazo eliminar a la Iglesia de Nicaragua, pero saben que eso va a ser muy difícil y por eso están debilitándola, al no dejar entrar ya misioneros extranjeros, e incluso impidiéndoles a los sacerdotes no regresar al país, porque está bien que no me dejen entrar a mí que no soy nacional nicaragüense, pero que impidan a un nacional entrar, eso no tiene paralelo en la comunidad internacional. Eso uno lo escucha, lo lee y no da crédito. Es una forma de ir debilitando a la Iglesia en cuanto a que, si no tiene pastores, pues la gente no se va a ver fortalecida en su fe, piensan ellos

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¿Eso lo dice porque no dejaron entrar a Monseñor Rodrigo Urbina?

Es que no están dejando entrar desde hace tiempo, porque yo me he dado cuenta de otros casos, que también se han presentado al aeropuerto y no los han dejado entrar.

¿Qué tanta preocupación hay en la Iglesia Católica centroamericana sobre la situación que está ocurriendo en Nicaragua?

A todos nos aflige. Lo que pasa es que nosotros respetamos la perspectiva y la postura del episcopado nicaragüense. No hemos querido entrar de lleno al asunto, precisamente, por la postura que la Iglesia de Nicaragua ha tomado. Soy sumamente respetuoso de la actuación de los obispos nicaragüenses. No tengo porqué cuestionarla y, en ese sentido, pienso que están actuando de acuerdo a lo que está ocurriendo realmente estando ellos en el lugar. Una cosa es estar viendo el incendio y otra cosa es estar dentro del incendio. Estamos preocupados, claro que sí, pero también hay un silencio para no perturbar lo que presuntamente están haciendo en esto de diálogo con el Gobierno, del que yo, repito y no me canso de repetir, soy bastante escéptico.

Se habla de que los obispos nicaragüenses, especialmente el cardenal Brenes, han hecho mucho silencio y han actuado con mucha pasividad.

Sí, eso lo dice mucha gente en las redes. Yo tengo las redes inundadas de personas de Nicaragua (que cuestionan ) el silencio de los obispos, pero doy una carta de confianza de que ellos puedan estar en la posición justa, estando allá en Nicaragua. Entiendo que hay muchas voces que se alzan dentro y fuera de Nicaragua (criticando) la postura de la Conferencia Episcopal nicaragüense por no aparecer tan denunciando.

Se critica a monseñor René Sándigo. ¿Qué sabe de él?

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Bueno (risas), las noticias que circulan, algunas de ellas no sé si estén exageradas, pero sí se habla de algunas simpatías (con el régimen Ortega-Murillo), pero es difícil entrar en eso porque son temas muy delicados y a uno no le constan. Es difícil. Yo estoy muy lejos de algunos obispos, quizá el más cercano que tenía es el que ya está retirado, monseñor Abelardo Mata, y el otro cercano que tenía era monseñor Álvarez. Los demás están muy distantes y no sé mucho de su pensamiento, porque apenas he cruzado alguna palabra con ellos.

¿Qué se está haciendo por Nicaragua?

Nosotros oramos por Nicaragua y en cuanto hay alguna ocasión nos manifestamos. La última vez fue el día del cumpleaños de monseñor Álvarez. No descartamos que, en la Cuaresma, en unas cuatro semanas tengamos también un acto en Danlí, monseñor Álvarez debe estar siempre recordado, para de esa forma exponer a un Gobierno que tiene a un obispo en arresto, algo que ni siquiera ocurrió en Cuba, ni en la Venezuela de Hugo Chávez. Lo que no ocurrió ni en Cuba ni en la iglesia venezolana, lo está haciendo este par de personas que mal gobierna en Nicaragua.

¿Alguna gestión ante el Papa que se esté haciendo?

Los cardenales y los obispos que se entrevistan con Él no tengo duda de que mantienen en sus pláticas el tema de Nicaragua. En este momento, no creo que el Papa tenga muchos obispos arrestados. Los casos más sonados que había antes eran los obispos arrestados en China, pero a raíz de unas conversaciones ese panorama cambió en China. No recuerdo a otros obispos arrestados. Para el Papa, que un obispo en Centroamérica, más que él es latinoamericano, esté arrestado creo que es un tema que él conversa continuamente, sobre todo con la gente de este sector que llega para visitarlo por diferentes motivos.

Al Papa tampoco se le ve mucha incidencia…

Yo sé que también hay esta queja y quizá malestar, pero es tan difícil. Mi postura es hacer y decir lo que yo pueda, lo que hagan o no los demás no quiero que me condicione. Así he mantenido el entusiasmo de denunciar y estar siempre diciendo una palabra de apoyo a la Iglesia nicaragüense. Tuve que tomar esa postura, porque si no me estaba dañando mucho. No puedo empantanarme allí. Soy obispo de Danlí y desde ahí voy a hacer lo que yo sienta en conciencia que debo hacer y decir, lo demás he tratado de que no me condicione.

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