Los feligreses de la virgen de Candelaria, en Diriomo, esperaban con ansias la tradicional procesión del 1 de febrero que año con año llenaba de folklore este pequeño municipio de Granada. La pandemia impidió la celebración en 2021 y 2022 y este 2023 fue el régimen de Daniel Ortega el que decidió terminar con la manifestación religiosa de 188 años.
Todos los 1 de febrero, la imagen de la virgen de Candelaria salía en procesión desde la iglesia del pueblo hasta la línea limítrofe entre Diriomo y Granada conocido como «La raya», adonde peregrinaban miles de personas con velas en sus manos y al ritmo de marimbas.
El Santuario ha informado este miércoles que las circunstancias «nos obligan a no poder cumplir un año más con el gesto de peregrinar hacia este lugar con amor y devoción». Aunque no mencionan una razón, en el municipio es sabido que la orientación de impedir la procesión provino de la dictadura.
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«(Eso) no nos impide seguir dando gracias a la Virgen por los favores obtenidos por su intercesión, siendo, ante todo, prudentes y visitándola en su templo, que es también, casa nuestra», señala el mensaje de la iglesia en tono de consuelo.
«Las circunstancias nos obligan a no poder cumplir un año más con el gesto de peregrinar», dice el Santuario Diocesano Nuestra Señora de Candelaria. La pandemia impidió que la imagen saliera en procesión hasta el punto conocido como «La raya», entre Diriomo y Diriá
La cancelación de las procesiones religiosas en honor a esa imagen mariana es parte de la embestida de Ortega contra la iglesia Católica, que ha llegado a su punto máximo con la encarcelación del obispo de la Diócesis de Matagalpa, Rolando Álvarez.
ORTEGA ATENTA CONTRA LA CULTURA POPULAR
Para algunos tradicionalistas, Ortega está atentando contra el acervo cultural del país con decisiones que afectan manifestaciones religiosas producto del mestizaje. Por ejemplo, en Diriomo todos los 1 y 2 de febrero la Virgen solía recorrer las calles acompañadas de decenas de bailes propios de la zona oriental de Nicaragua.
Un feligrés contó que ni en los años más duros de la dictadura somocista se había llegado a cancelar la manifestación religiosa. De ahí es que creo que Nicaragua y la Iglesia viven los años más oscuros desde el siglo pasado.
«Estas decisiones por parte del Gobierno no hacen más que dañar nuestra idiosincrasia. Muchas personas bailaban a la Virgen para pagar los milagros recibidos y este año lo harán a puertas cerradas y seguramente con presencia policial», dice otro religioso.
LA TRADICIÓN
Según la historia popular, en 1835 Nicaragua estaba cubierta de polvo por la erupción del volcán Cosigüina. El 1 de febrero de 1835 el párroco sacó en procesión a la imagen y al llegar al punto conocido como «La raya», “rayó” la luz del sol y se despejó el cielo.
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«Desde ese año la imagen de nuestra madre y señora de Candelaria visita este lugar particular y en recuerdo al prodigio de “rayar” la luz del Sol, llevamos velas encendidas en nuestras manos», según el templo.
Se espera que este 1 de febrero, miles de personas acudan al municipio para pagar promesas. También está programada una misa presidida por el obispo de Granada, monseñor Jorge Solórzano.
