El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo no dejó entrar el viernes pasado a Nicaragua a monseñor Rodrigo Urbina, párroco de Sutiaba, en León.
Monseñor Urbina quiso abordar un avión en Miami, Florida, pero le dijeron que no tenía permiso para ingresar al país. DESPACHO 505 consultó la información con el propio monseñor Urbina, pero en el teléfono de él contestó una persona que dijo que el único que podía brindar esa información era el obispo de de la Diócesis León, monseñor René Sándigo.
LEA MÁS: El régimen Ortega Murillo ha perpetrado 396 ataques contra la iglesia Católica en cuatro años
Un asistente de Sándigo indicó que el obispo no podía contestar porque «tiene la agenda apretada». Sin embargo, fuentes de la iglesia Católica confirmaron a DESPACHO 505 la situación que enfrenta monseñor Urbina.
Monseñor Urbina está desprotegido
Según archivos periodísticos, monseñor Urbina tenía buenas relaciones con autoridades del régimen Ortega Murillo en León.
Sin embargo, una fuente de León, bajo anonimato, explicó a DESPACHO 505 que monseñor Urbina es sobrino del ya fallecido obispo Bosco Vivas, quien lo protegía.
Ahora, con el obispo Sándigo no se lleva bien y no descartan que este último esté detrás de la situación de Urbina.
La fuente añadió que Sándigo controla todo en León y le prohibió a todos los padres de la diócesis hablar de asuntos políticos o brindar información a los medios.
Ataques a la Iglesia
La saña del régimen Ortega Murillo en contra de la iglesia Católica nicaragüense, entre abril de 2018 y octubre de 2022 estaba cuantificada en 396 agresiones de diversos tipos, según documentó la especialista en temas de corrupción y Estado de Derecho, Martha Molina.
Los ataques detallados en el estudio denominado “Nicaragua: ¿una iglesia perseguida?”, incluyen a 11 religiosos encarcelados o secuestrados, entre los que se incluyen el obispo Rolando Álvarez, siete sacerdotes, dos seminaristas y un diácono.
Hay otros 11 religiosos que debieron irse al exilio, entre ellos el obispo Auxiliar de Managua, monseñor Silvio Báez, y el padre Edwing Román, quienes fueron muy activos defendiendo a los manifestantes reprimidos en 2018, así como otros siete curas y dos diáconos.
Los ataques contra la Iglesia continuaron en enero de este año 2023, con la prohibición del régimen de las procesiones en las calles.
Monseñor Urbina sería otro sacerdote en el exilio.
