En 2013, todo iba bien para Everth Cabrera en las Grandes Ligas de Estados Unidos. Jugaba como campocorto para el equipo de los Padres de San Diego y estaba en la cúspide de su carrera.

Ese año fue nominado para el Juego de Estrellas por la Liga Nacional, aunque no lo jugó por una lesión. Además, en la temporada anterior, la de 2012, se robó la base en 44 ocasiones. 

Fue un líder en su liga.

Sin embargo, Cabrera, nacido en Nandaime, Granada, en 1986, tuvo un fuerte tropiezo en ese 2013, cuando admitió que había consumido una sustancia prohibida, la cual no especificó.

El beisbolista nicaragüense fue castigado con una sanción con la que quedó inhibido de jugar durante  50 juegos, debido a que se había relacionado con Biogenesis of America, una clínica de Florida acusada de distribuir sustancias para mejorar indebidamente el rendimiento deportivo.

El castigo, anunciado el lunes 5 de agosto de 2013, fue muy severo para Cabrera, quien quedó indignado porque, de todos los peloteros que habían sido señalados en el caso, solo él fue sincero. Esperaba un mejor trato de las Grandes Ligas.


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“La suspensión de los 50 juegos me golpeó, entré en una depresión ridícula, en una negatividad, mi corazón se convirtió en un monstruo”, admitió años después Cabrera, explicando las razones que lo llevaron a quedar atrapado en la adicción al alcohol y las drogas.

Un año después, en 2014, se vio involucrado en un incidente con la Policía de San Diego, que lo acusó de violencia y tuvo que abandonar al equipo de los Padres.

Esos dos incidentes, sumados a tres lesiones que había sufrido, todavía tienen en problemas a Cabrera. Está atrapado en una adicción, en la que ha recaído en los últimos años. 

El pasado miércoles decidió internarse en un centro de rehabilitación de Estelí. 

El décimo nicaragüense en el béisbol mayor

El 8 de abril de 2009, Cabrera hizo historia en el béisbol nicaragüense, al convertirse en el décimo pelotero de Nicaragua en jugar en las Grandes Ligas.

Lo hizo como shortstop de los Padres de San Diego, en el juego inaugural de esa temporada frente a los Dodgers de Los Ángeles.

“Fue una sorpresa rápida. Los primeros días estaba nervioso, asustado desde que llegué a la ciudad (de San Diego, California). ¿Por qué me suben de allá abajo para Grandes Ligas? Por algo me suben”, reveló Cabrera en el programa Esta Semana.

Para llegar a Grandes Ligas, Cabrera tuvo que batallar mucho.

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Lo primero que tuvo que vencer fue el físico. Era muy bajito, con apenas 1.55 metros de altura (5.10 pies). Ni los equipos de Mayor A, en Granada, lo querían. Tampoco el equipo de primera división de Granada, ni en Managua, ni en León, donde lo botaron cinco días antes de que empezara una final.

Se sentía frustrado. “Me vine enojado para mi casa. Dije: voy a estudiar, voy a dejar esto. Era falta de confianza. Si quieren ver desarrollado a un muchacho en Nicaragua tienen que darle confianza”, se quejó después.

Segundo, su familia. Ni su papá del mismo nombre, ni su mamá Xiomara Membreño, querían que él se dedicara al béisbol, sino que estudiara. Él no les hizo caso. Se iba a jugar escondido y, después que se bachilleró, abandonó los estudios para dedicarse tiempo completo al béisbol.

Tercero, pero no menos desalentador, la pobreza. No siempre la situación económica estaba bien en su casa y muchas veces se alimentaba con pan con café.

“Empecé a los seis años a jugar. Recuerdo que me fui a la calle, con los muchachos del barrio, a jugar béisbol a la mano, con una pelota de hule. De la calle, me crucé a un solar vacío, ya jugábamos de cuatro bases, el famoso chapibol. Sufría para conseguir un guante. Es difícil llegar a Grandes Ligas”, contó después Cabrera.

El camino a las Grandes Ligas

A partir de los 15 años de edad tomó en serio el béisbol. En el año 2003 se fue a probar suerte en la profesional de República Dominicana.

“Era bien difícil. Se practicaba a diario, siempre me quedaba trabajando extra. Yo no tenía tantas habilidades. Era pequeño, corría bien, ahora corro un poco más. Tenía buen brazo y un poquito de fuerza bateando a la derecha», indicó Cabrera a Esta Semana.

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Cabrera pasó muchos momentos de duda, y en diversas ocasiones pensó en desistir y regresar a Nicaragua para estudiar, especialmente cuando veía que su promedio de bateo era bajo.

No obstante, Rolando Fernández y Félix Feliz, scouts de los Rockies de Colorado, vieron potencial en él. Lo ficharon y, en 2006, viajó a los Estados Unidos.

Feliz pasó luego a San Diego y recomendó que lo contrataran y así fue. En diciembre de 2009, los Padres lo firmaron luego de que los Rockies no lo protegieron en su nómina, explica el cronista deportivo y también scout, Edgard Rodríguez.

Cuando Cabrera dijo que su ascenso a Grandes Ligas fue “una sorpresa rápida”, fue porque pasó de Clase A Avanzada a Grandes Ligas, sin pasar por otras categorías intermedias, como Doble A o Triple A.

Ese logro lo celebró en grande con su familia.

La debacle de Everth Cabrera

Cabrera logró sostenerse en las Grandes Ligas durante siete temporadas, entre 2009 y 2015, en este último año vistiendo el uniforme de los Orioles de Baltimore.

Su carrera iba en ascenso, salvo en 2011, cuando estuvo lesionado bastante tiempo. Fue por esa dolencia, en un hombro, que asistió a la Biogenesis of America en busca de superar el problema.

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Después de ser sancionado, y entrar en una profunda depresión, Cabrera buscó refugio en el alcohol y en las drogas, y se fue en un abismo del cual aún no logra salir.

Luego, en 2014, tuvo el problema con la Policía de San Diego, que lo obligó a salir de los Padres. En el 2015, con la fama de ser agresivo, ningún equipo quería contratarlo, reveló el propio jugador nicaragüense, hasta que los Orioles le dieron una oportunidad.

Sin embargo, sólo jugó seis meses con ese equipo y salió por problemas con el manager, que no lo ponía a jugar con regularidad, y más aún cuando el gerente del equipo le comunicó que lo bajaría a Triple A.

Cabrera no aceptó y desde entonces no pudo regresar a las Grandes Ligas.

En Nicaragua, ha jugado para equipos de primera división y también en la Liga Profesional, pero ha recaído en el abuso de alcohol y drogas.

Recientemente, se han difundido videos en los que supuestamente anda causando destrozos bajo los efectos de las drogas, específicamente en San Jorge, Rivas.

Ha estado en centro de rehabilitación, y el régimen de Daniel Ortega lo mandó a Cuba en 2016, a rehabilitarse, pero el exgrandes ligas nicaragüense recae.

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Desde el 11 de enero se encuentra en otro centro de rehabilitación en Estelí, donde está siendo monitoreado por un especialista en adicciones. Cabrera quiere salir del infierno en el que se ha convertido su vida y prometió que no saldrá de ahí hasta que haya avanzado lo suficiente en su recuperación.