El ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, condecoró este jueves con la orden de la Amistad a Laureano Ortega Murillo, hijo del dictador nicaragüense, Daniel Ortega, y de la vocera y vicepresidenta, Rosario Murillo.
“Para mí es un gran honor cumplir el encargo del presidente (Putin) y condecorarle con la orden de la Amistad, no solo porque usted es el representante especial del presidente (dictador Ortega) para las relaciones con Rusia, sino porque lo hace no solo sobre el papel, sino porque lo hace en la vida real, con éxitos prácticos”, afirmó Lavrov.
El jefe de la diplomacia rusa otorgó al nicaragüense la distinción tras una rueda de prensa celebrada junto al canciller Nicaragua, Denis Moncada.
Además, Lavrov condecoró con la misma orden a la embajadora nicaragüense en Moscú, Alba Torres.
Laureano Ortega, de 41 años, durante mucho tiempo fue conocido exclusivamente como tenor operístico, hasta que fue nombrado en 2012 asesor presidencial para Inversiones, Comercio y Cooperación Internacional de la Presidencia de la República y encabezó ProNicaragua, una agencia para inversiones extranjeras en el país.
Sin ser diplomático de carrera, ha representado a Nicaragua en múltiples misiones diplomáticas y firmado acuerdos bilaterales, gracias a lo cual ha ganado en visibilidad y es visto por muchos como un posible sucesor de Daniel Ortega.
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Desde que su padre lo nombró funcionario público, evidenciando el nepotismo gubernamental, Laureano Ortega se ha dedicado, según el régimen, a “atraer inversiones” y promover grandes proyectos que, después de anunciados, no se han concretado.
Es el caso de la construcción de un Puerto de aguas profundas Monkey Point, el Caribe, que tendría una inversión de 500 millones de dólares; el Gran Canal Interoceánico, que ya debería estar terminado; o la puesta en órbita de un satélite nicaragüense.
Desde el año 2019, Laureano Ortega está sancionado por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos por ejercer labores de funcionario público desde la Agencia Pro Nicaragua, donde “se dedicó a negocios corruptos en los que los inversionistas extranjeros pagaban por un acceso preferencial a la economía nicaragüense”.
(Con información de EFE).
