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Médicos entran en pánico y se preparan para lo peor de la pandemia

Más muertes por coronavirus sin que la dictadura brinde respuestas urgentes. La angustia y la incertidumbre aumentan entre el personal de salud, la primera línea de combate contra el virus.

Por Cristian Tórrez | 11-05-20 

Al otro lado del teléfono, en una casa de un barrio cualquiera de Managua responde un médico desconcertado y alarmado: “Los casos de coronavirus ya están imparables”.

Trabaja en el hospital Alemán Nicaragüense, en un área ajena a la de los pacientes de coronavirus, pero ha vivido en primera persona el miedo que siente el personal médico de esta instalación que centraliza los contagios de varios departamentos del país.

“Hay médicos enfermos, los están mandando a sus casas. Están exponiendo la vida de los profesionales que necesita el país para combatir la pandemia”, comenta el especialista.


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En ese hospital no hay equipos de protección para ellos. Los médicos han puesto a sus zapatos bolsas plásticas para protegerse y las mascarillas son un privilegio reservado para el personal de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).

“Estamos yendo a una guerra sin armas”, grafica.

Ante este panorama, el personal de salud de Nicaragua se debate entre el deber de salvar vidas y el miedo a contagiarse de coronavirus. Algunos han comprado sus propios equipos, pero afrontan las presiones de las autoridades que les piden dejar de usarlos para no crear alarma entre la población.

La Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides) urgió al Estado de Nicaragua a implementar un plan de contingencia para mitigar los efectos de esta enfermedad, en el que, al menos, se contemple la entrega de los equipos de protección personal e insumos médicos necesarios a todos los profesionales de la salud.

“Cuando los que están al frente de la pandemia, en la línea de combate, empiezan a infectarse debemos preocuparnos”, expresa consternada otra médica, que por temor a represalias ha pedido omitir su nombre.

Siente miedo y se debe a que en los últimos días han comenzado a reportarse casos de médicos contagiados en otros hospitales de Managua y los departamentos de Estelí y León.

En León, en el Hospital Óscar Danilo Rosales (Heodra), dos médicos han dado positivo y se encuentran en estado crítico.

Según el Observatorio Ciudadano (Covid-19), a la fecha hay 87 trabajadores de la salud con síntomas asociados al coronavirus, principalmente en Managua, Granada y Chinandega.

El hospital España, de Chinandega, se han infectado cuatro cuadros principales del centro, entre ellos la Directora General y la Directora de Cuidados Intensivos.

“No es verdad que en Nicaragua solo hay 16 personas contagiadas como reporta el Ministerio de Salud, solo en León tenemos confirmado cinco casos, dos en condición grave, uno de ellos es una colega nuestra”, afirma un doctor de León.

Estas son las máscaras que el Minsa ha distribuido entre los sanitarios de los hospitales públicos.

Los contagios al personal médico eran inevitables, pero el régimen los apresuró al impedir que se usaran equipos de protección. “Los pacientes ya llegaban contagiados e infectaban a los doctores”, dice un médico del hospital de León.

“No nos quieren dar mascarillas, únicamente al personal de Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), los demás tenemos que conseguir por nuestros propios medios el equipo de protección”, expresan con indignación.

En España, uno de los países más golpeados por la pandemia, los contagios en el personal sanitario alcanzaron los 30,000 casos de más de 227,000 registrados.

“Si en España, en países del primer mundo hay un alto porcentaje de contagios entre los trabajadores de la salud, qué podemos esperar de Nicaragua cuando no estamos expuestos”, lamentan.

Una doctora contó que dos personas que trabajan en su área estuvieron en contacto con un paciente positivo, con las mínimas medidas de protección. “Pasamos dos días atendiéndola y no sabemos si nosotras estamos contagiadas”.

Se dieron cuenta que el paciente estaba contagiado hasta que la salud empeoró y el médico a cargo finalmente decidió practicarle la prueba. En su testimonio se puede percibir la preocupación que la invade.

“Le pedí a mi jefe que nos aplicaran pruebas para descartar cualquier posibilidad, pero nos han sido negadas. Entonces, ¿qué seguridad podemos brindarles a los pacientes, si nosotros mismos no conocemos nuestros estados de salud?”, clamó.

El hermetismo del Ministerio de Salud y la falta de información de la dictadura ha llevado a los colaboradores de la sanidad a desarrollar sus propios mecanismos de información. 

A través de grupos de WhastApp intercambian información con sus colegas en diferentes partes del país. Hasta ahora, el Minsa no ha procedido a revisar los teléfonos móviles, pero si ha restringido su uso.

En uno de los audios compartido por un médico se escucha a uno de los médicos compartir su primera experiencia en la sala de Covid-19 que ha sido habilitada en el Hospital Alemán Nicaragüense.

“Les digo con honestidad hay más de cuarenta pacientes con Covid-19 en la sala del Hospital Alemán y no se por qué el Minsa sigue diciendo que solo hay 16”.

La historia continúa con tono de angustia: “Ojalá que ustedes no tengan que visitar la sala, están pensando en rotar personal a nivel nacional, para hacer toma de muestras, tomas de signos vitales, aspiración para los pacientes entubados y administración de los medicamentos. Ese es el plan porque la situación se esta saliendo de control”.

Otro medico del hospital describe: “La sala de pediatría del Hospital Alemán está vacía, los niños han sido traslados al Hospital Infantil La Mascota, y en la sala de Cirugía se ha empezado a atender a pacientes de Covid-19”.

En un mensaje del 9 de mayo los médicos reportaban un total de 48 casos en el hospital Alemán Nicaragüense y siete en la ciudad de Estelí, entre ellos una embarazada en estado estable, y tres en estado crítico. 

Otro médico también informó sobre el envío de una intensivista procedente del hospital San Juan de Dios, en Estelí, hacía el hospital capitalino Alemán Nicaragüense.

“Para mi ha sido traumático y triste a la vez.  Una cosa es ver una película alusiva a contagios y otra es vivirlo, los pacientes están jadeando, en una sala sin aire acondicionado”, expresa un médico que habló con Despacho 505.

Los sanitarios se quejan de las pésimas condiciones climática de las instalaciones. Los aires acondicionados en algunas áreas no están funcionando y enfermos y médicos se exponen a temperaturas que superan los 35 grados centígrados.

“Nos dan una máscara N-95, una mascara facial, nos ponen dos pijamas estériles y un jumper estéril, los zapatos de protección son dos bolsas negras para envolvernos los pies. Estamos haciendo de tripas corazón”, expresa el doctor tras salir de la sala de pacientes con Covid-19.

“De esta ni nosotros saldremos librados”, advierte otro médico.

Los médicos de los centros hospitalarios saben de primera mano que el sistema de salud no puede hacerle frente a la pandemia.

“No hay suficientes respiradores, si acaso habrá a nivel nacional 200 unidades”, comenta el especialista del Alemán.

El miedo empieza desde que los médicos entran a los centros hospitalarios. Los que no están en las salas Covid-19 se protegen con mascarillas hechas de gasas de algodón.

“Nos han dejado a nuestra suerte”, expresan.

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