Monseñor Rolando Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa y administrador apotólico de la Diócesis de Estelí, durante su homilía de este domingo, mostró su preocupación por lo que llamó “ausencia de valores” entre grupos o individuos de la sociedad que, según afirmó, provoca indiferencia hacia los pobres cuando en realidad lo que se necesita es “una gran fraternidad solidaria”.
El obispo matagalpino recordó que la Iglesia Católica está realizando la quinta jornada mundial de oración por los pobres y pidio seguir las palabras del Papa Francisco quien llama a poner atención a “las personas solas, marginadas y discriminadas”.
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Además, dijo que en el caso de Nicaragua, “recordamos también a los desempleados, a los migrantes, a los hermanos nicaragüenses que viven en extrema pobreza, en ‘sufrimiento e indigencia, en las condiciones a veces inhumanas en las que se ven obligados a vivir”, también pidió orar por a los que viven en el subempleo y por “tantos que fueron lanzados al empleo informal, sin ningún tipo de prestaciones sociales”.
LA MUJER ANÓNIMA
En su prédica, dictada desde la Catedral San Pedro apóstol de Matagalpa, monseñor Álvarez pidió que también se piense en la “mujer anónima, que representa a todo el universo femenino y que no tiene voz y sufre violencia”.
Criticó que en la actualidad se está imponiendo la idea que “los pobres no sólo son responsables de su condición, sino que constituyen una carga intolerable para un sistema económico que pone en el centro de los intereses algunas categorías privilegiadas”.
Además destacó que el “empobrecimiento es producto de corrupción, desigualdades, distribución inequitativa” y desde ese punto de vista el sacerdote católico llamó con vehemencia a evitar el “acostumbramiento, que se convierte en indiferencia”, y exhortó a “involucrarnos”
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“Hermanos y hermanas, los de abajo, los de a pie, los que somos pueblo, debemos crear una gran fraternidad solidaria para que, aunque los montes se desplomen en el mar y las aguas embravecidas golpeen contra la embarcación de nuestras vidas, estando unidos en solidaridad fraterna no puedan alterar nuestra vida sencilla y digna, llena de valores tradicionales, heredados por nuestros antepasados”, finalizó su enseñanza el líder religioso.
