El obispo de la Diócesis de Matagalpa y administrador apostólico de la Diócesis de Estelí, Rolando Álvarez, dijo este viernes que ha enviado una notificación al papa Francisco para informarle de la persecución policial que sufre desde la mañana de este jueves y que se ha intensificado hoy con un incremento de patrullas policiales en la parroquia donde se vio obligado a refugiarse.
El prelado habló con varios medios de comunicación desde las iglesia Santo Cristo de Esquipulas, Las Colinas, tras anunciar un ayuno indefinido en protesta por el asedio ordenado por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Dijo que la dictadura escaló la persecución a un nivel que no se me imaginaba, sin embargo la Iglesia «no se callará pese al hostigamiento al que está siendo sometida».
“Entiendo que el informe (sobre la persecución policial) si no ha llegado estará por llegar a la Santa Sede”, dijo el obispo al ser consultado si el Papa Francisco ya estaba enterado sobre el acoso policial del que está siendo víctima. El religioso matagalpino denunció que durante todo el día jueves, mientras hacía diligencias propias de su trabajo pastoral, fue perseguido por patrullas policiales que incluso invadieron la privacidad de su familia, algo que, aseguró, no está dispuesto a permitir.
En rechazo al asedio policial, Álvarez inició este viernes un ayuno indefinido en la iglesia Santo Cristo de Esquipulas, desde donde enfatizó que la iglesia no callará y seguirá siendo predicadora de la esperanza. “El Papa siempre ha sido cercano con los nicaragüenses. A mí me tocó viajar (al Vaticano) con su eminencia el cardenal (Leopoldo) Brenes en el 2018 y, algo curioso, es que prácticamente no tuvimos que explicarle la situación de Nicaragua porque la conocía muy bien y en diversas ocasiones lo recuerda él en el Ángelus, cuando se ha referido a Nicaragua», dijo.
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NO PERMITIRÁ ACOSO A SU FAMILIA
Al detallar el acoso policial del que está siendo víctima, monseñor Álvarez señaló que lo que vivió el jueves fue una “real, verdadera, auténtica persecución” cuando dos patrullas de la “Policía Sandinista” llenas de agentes más cuatro efectivos a bordo de dos motocicletas lo persiguieron por todas partes durante el día, incluso hasta en horas de la noche cuando ya se dirigía a su casa materna.
Narró que las patrullas policiales llegaron hasta la casa de su familia supuestamente para protegerlo pero, según indicó, es ante la Policía del régimen que el pueblo de Nicaragua se siente desprotegido. La iglesia donde se encuentra permanece asediadas por más de una decenas de agentes policiales, según constató un equipo de DESPACHO 505 que se desplazó al lugar.
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Durante una entrevista con varios medios de comunicación, el prelado señaló que la presencia de la Policía en el hogar de sus padre constituyó una violación a la vida privada familiar “algo que no lo voy a permitir definitivamente, ni voy a permitir que me anden persiguiendo las patrullas en mi libre movilización a la que tengo derecho como ciudadano”.
Asimismo, planteó que no tiene miedo sino que se trata de una cuestión de derecho. “Es cuestión de orden y es cuestión de no prestarse a este tipo de intimidaciones o coacciones, de chantaje, de persecución. Si los nicaragüenses lo terminamos viendo normal, entonces aquí estaríamos acabados como pueblo y esto no es normal, ni en este país ni en ningún otro”.
QUIEREN CALLAR A LA IGLESIA
Álvarez acusa a la dictadura de pretender silenciarlo a él, a la Iglesia y en general “a todos pastores, a los religiosos y religiosas” porque el régimen quiere “una iglesia muda que no anuncie la esperanza al pueblo”. Además, recalcó que la esperanza que predican está fundamentada en Jesucristo “para una sociedad nueva” y que, por lo tanto, seguirán denunciando “el pecado personal y las estructuras de injusticia” porque “si la si la Iglesia callara, las piedras gritarían”.
El obispo enfatizó que la institución se mantiene en pie dentro del territorio nacional anunciándole la esperanza al pueblo. Por otro lado, denunció que el régimen desarrolla «una campaña de hostigamiento, de persecución, de coacción e intimidación para que nosotros (los obispos) nos callemos y no hablemos, pero nosotros somos pastores que caminamos con el pueblo fiel de Dios. No tememos, no hemos cometido ningún delito y vamos a seguir, acompañando al santo pueblo fiel de Dios como el pueblo nos acompaña a nosotros”, afirmó monseñor Álvarez.
HOSTIGAMIENTO POLICIAL ES CONSTANTE
Álvarez denunció que el hostigamiento policial contra él y contra toda la iglesia Católica ha sido constante desde hace mucho tiempo. “El asedio y hostigamiento no es nuevo porque se ha dado desde hace muchos meses. Cuando por ejemplo, me movilizo hacia las Segovia, Madrid o Matagalpa, cuando he visitado las parroquias, normalmente están rodeadas de policías. En una ocasión conté 19 patrullas, además de paramilitares. Cuando salgo de Catedral tanto de Estelí como de Matagalpa siempre me persiguen”, denunció.
Agregó que, para buscar una solución al acoso policial, han intentado desde ayer, establecer contacto telefónico con los principales jefes de la Policía, para hacerles ver que las acciones de hostigamiento “no abonan para nada al país, al Gobierno, a la población, ni para la Iglesia”, pero no les contestaron las llamadas.
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El religioso insistió en llamar al pueblo a no perder la esperanza “porque un pueblo que pierde la esperanza es un pueblo que se auto sepulta”, al tiempo que pidió seguir orando y ayunando “porque ahí está el poder de Dios”. Álvarez aseguró que mantendrá su ayuno a base de suero y agua por tiempo indefinido, hasta que los jefes de la Policía Orteguista den garantías de que se respetará su seguridad y cese el acoso policial.
Por último, hizo un llamado a los efectivos policiales a “reflexionar” y darse a querer por el pueblo. “Déjense querer, cumplan con el mandamiento de amarnos los unos a los otros”, dijo el obispo.
