Nicaragüenses huyen de la dictadura: Casi 300 mil han pedido asilo en diecisiete meses

“Luisa” cumple cuatro meses en Estados Unidos. A principios de enero, empacó una maleta ligera y junto a su pequeño de dos años y su esposo dejó la casa que heredó de sus padres, en Nandaime. Desde hacía unos dos años, ese lugar donde jugó de niña y que hace parte de todos los recuerdos de su vida había dejado de ser un sitio seguro. “Me sentía vigilada, nos pintaron Plomo (marca utilizada por simpatizantes sandinistas para amenazar a los opositores) en el muro y ya nunca estaba en paz”, cuenta la mujer de 32 años que pide no revelar su identidad para evitar que a los pocos familiares que le quedan en Nicaragua no “los vayan a desgraciar”.

Su viaje irregular hasta Estados Unidos fue relativamente rápido y hasta cree que corrió con mucha suerte. Repite una y otra vez durante la plática, porque por estos días abundan las malas noticias de connacionales que son secuestrados o perecen ahogados en el intento por cruzar la frontera Norte de México.

Ella viajó por tierra hasta Guatemala y se acercó en avión hasta la zona fronteriza. “Me salió un coyote (traficantes de migrantes) muy bueno, y después de tres días en Chiapas nos cruzó con la recomendación de que apenas viéramos del otro lado a un agente de migración nos entregáramos. Eso hicimos. Yo solo recuerdo que el agente me preguntó de dónde éramos, yo respondí que de Nicaragua y nos abrió el portón para conducirnos a un centro de detención”.

MÁS DE 200 MIL NICARAGÜENSES DESPLAZADOS EN 17 MESES

Luisa, licenciada en Enfermería, y su marido formado en Ingeniería Civil, hacen parte de un éxodo inédito en la historia de Nicaragua. Según organismos internacionales, esta nueva ola migratoria es provocada por la persecución política desatada por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo contra los ciudadanos, líderes, organizaciones, agencias de cooperación, defensores de derechos humanos, periodistas y estudiantes que reclaman por la violación sistemática de los derechos humanos en el país desde el año 2018.

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El caso de Luisa hace parte de los 72 mil nicaragüenses que entre enero y mayo del presente 2022 llegaron a territorio norteamericano para solicitar refugio, según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos.

Otros 32.593 nicaragüenses se refugiaron en Costa Rica para un total de 104.593 nacionales que dejaron el país en cinco meses.

La crisis migratoria en Nicaragua, un país de seis millones de habitantes, hace parte de un fenómeno mundial que solo en 2021 afectó a cien millones alrededor del mundo. En las Américas el éxodo venezolano es el más preocupante con al menos 4,6 millones de personas desplazadas. A nivel global, los colectivos más numerosos de personas que han huido a países distintos al suyo son los procedentes de Siria (6,8 millones)y Afganistán (2,7 millones), y ahora se suman 5,1 millones de ucranianos, de acuerdo con estadísticas de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR).

ASILO DE NICARAGÜENSES

La crisis nicaragüense, con una población exponencialmente menor, aparece en el informe Tendencias Globales de ACNUR 2021 como el país de procedencia de los segundos mayores demandantes de asilo el año pasado, con 111.600 nuevas peticiones.

“Las personas nicaragüenses huyeron debido a la escalada de la crisis sociopolítica y la persecución política en su país. El número de nuevas solicitudes de asilo de las
personas venezolanas se redujo en 64.500 o el 41%”, dice el informe.

A los demandantes de asilo nicaragüenses solo los superan los originarios de Afganistán con 125.600 nuevas peticiones. Les siguen los nacionales de Siria (110.000) Venezuela (92.400), Haití (67.000) y Honduras (59.800)

De acuerdo con ACNUR, Costa Rica fue el principal país de refugio de los desplazados nicaragüenses en el año 2018 con al menos 108.400 trámites.

Los registros de ACNUR que recogen los desplazamientos poblacionales durante el año 2021 confirman las alertas sobre una huida masiva de Nicaragua. Solo tomando como referencia los registros de solicitudes individuales de asilo de 2021, y los registros de cinco meses de las detenciones de la Patrulla fronteriza de Estados Unidos y peticiones de protección internacional en Costa Rica suman 212.993 personas desplazadas en 17 meses.

EL ASILO ES UN DERECHO, PERO HAY TRABAS

Cuando Luisa cruzó la frontera mexicana hacia Estados Unidos, a mediados de febrero, se acogió a su derecho de solicitar asilo político. “Tres días después (de cruzar la frontera) estábamos en Texas con nuestra familia. Sé que la cosa no acaba todavía, pero tenemos permiso de trabajo y la esperanza de demostrar en corte que nuestra vida corre peligro”.

Las personas obligadas a huir de su país como Luisa tienen derechos a pedir protección en el país de destino. No obstante, los migrantes enfrentan cada vez más trabas para ejercerlo.

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A nivel mundial, ACNUR señala que a finales de 2021 el número de personas solicitantes de asilo que esperaban una resolución era de 4,6 millones, una cifra muy superior a la de finales de 2020 (4,2 millones). “Este aumento destaca la necesidad de los Estados y el ACNUR de garantizar vías eficaces de procesar las solicitudes de asilo (...). La acumulación de casos pendientes puede crear problemas de protección si las personas solicitantes de asilo deben esperar muchos años sin seguridad jurídica, y los solicitantes rechazados tienen más dificultades para retornar a su país de origen”, advierte.

Si bien no especifica el caso nicaragüense, Costa Rica, principal destino de los connacionales, aparece entre los países con más casos pendientes. Los aumentos fueron mayores en México (el 88% más, de 83.800 a 157.200), Costa Rica (el 70% más, de 89.800 a 152.500) y Estados Unidos de América (el 31% más, de 998.000 a 1.303.200), especifica el documento.

LA POLÍTICA DE ASILO DE EE.UU., UNA ESPADA DE DOBLE FILO

La política de petición de asilo que Estados Unidos aplica en la frontera con México desde el pasado 31 de mayo, es un ejemplo de los obstáculos que encuentran los migrantes que huyen de sus países. Analistas lo consideran una espada de doble filo para los migrantes ya si bien agiliza el trámite, también los expone a un altísimo riesgo de deportación expedita.

Con la implementación de la regla denominada “Procedimientos para la Verificación de Temor Creíble y Consideración de Asilo, Suspensión de Deportación y Solicitudes de Protección por parte de los Oficiales de Asilo”, los migrantes que cruzan la frontera de México hacia Estados Unidos de forma irregular serán llevados a centros de detención temporal en Texas y serán los oficiales de Inmigración —y no un juez, como correspondía hasta antes del 31 de mayo— quienes determinen si el detenido es elegible o no para un proceso de asilo en Estados Unidos.

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“Todo aquel que ingrese sin una visa a suelo estadounidense, se entregue o sea detenido por autoridades migratorias y que no logre demostrar que corre peligro su vida, puede ser deportado de inmediato”, explicaron a DESPACHO 505 las abogadas expertas en temas de inmigración María Ángeles Mattews y Cindy Blandón. Ambas creen que esta nueva política puede provocar deportaciones masivas.