Cárcel, exilio y destierro tras dos meses de feroz persecución contra la Iglesia en Nicaragua

Daniel Ortega y Rosario Murillo, que se autoproclamaron un matrimonio católico, no le perdonan a la Iglesia de Nicaragua que denuncie sus abusos.

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  • September 27, 2022
  • 10:57 PM

La Iglesia católica de Nicaragua cierra el mes de septiembre con al menos 55 sacerdotes forzados al exilio, dos desterrados vía restricciones migratorias, cinco encarcelados y con procesos penales en marcha, y un obispo "desaparecido", bajo una cuestionada orden de detención domiciliar.

Son los hechos más graves registrados en los últimos dos meses de la feroz persecución que ha desatado la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo contra la Iglesia nicaragüense.

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Nicaragua es escenario de una guerra inédita a nivel latinoamericano, dicen especialistas que han seguido la evolución de los ataques del oficialismo contra los religiosos a partir de 2018, cuando el orteguismo inició la demolición de la democracia para perpetuarse en el poder y sumó a la jerarquía católica a la lista de sujetos incómodos. Desde políticos, pensadores, líderes gremiales, feministas, periodistas hasta medios de comunicación, partídos políticos y organismos han sido elimados por la dictadura en los últimos años con asedio, cárcel, destierro y exilio; los mismos métodos que ahora aplica contra la Iglesia y sus miembros.

Al recuento de los ataques contra el catolicismo registrados entre agosto y septiembre se debe sumar la acusación penal contra tres seminaristas y un camarógrafo que servían a la Diócesis de Matagalpa, cuyo pastor, monseñor Rolando Álvarez, cumple más de 50 días supuestamente recluido en una vivienda de Managua, sin ningún contacto ni prueba sobre su estado.

Daniel Ortega y Rosario Murillo, quienes se autoproclamaron como un matrimonio católico, no le perdonan a los religiosos que denuncien sus abusos.

Este martes se anexó una nueva embestida: la Dirección de Migración y Extranjería del régimen, le notificó al sacerdote Guillermo Blandón de la parroquia Santa Lucía, de Boaco, que no podía ingresar al país. El religioso había salido recientemente para visitar la ciudad de Jerusalén, capital de Israel. Hace 16 días, la prohibición fue contra el padre Juan de Dios García, vicario de la parroquia Santo Cristo de Las Colinas, en Managua, cuando volvía de visitar a familiares que viven en Estados Unidos.

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En esa parroquia, el obispo Álvarez se refugió en el mes de mayo cuando fue objeto de asedio policial, la antesala de su encierro que inició en la sede arzobispal de Matagalpa y que -según la Policía- ahora enfrenta en una residencia familiar en Managua.

LA PEOR GUERRA CONTRA LA IGLESIA EN LATINOAMÉRICA

“Lo que está pasando, es muestra de la grave persecución religiosa que está viviendo la Iglesia nicaragüense por defender los derechos humanos de los ciudadanos contra un régimen opresivo”, dice Israel González, un periodista nicaragüense que cubre temas religiosos y colabora con varias plataformas de información católica.

“Este tipo de persecución que la dictadura Ortega-Murillo ejerce contra los religiosos de Nicaragua, es una de las más fuertes que ha vivido la iglesia en América Latina. Desde afuera, se lee con mucha preocupación la represión, secuestros y cárceles contra sacerdotes, obispos y laicos. Definitivamente no tiene comparación”, asegura.

Los religiosos nicaragüenses en manos de la dictadura.

Por su lado, la investigadora Martha Molina, ha calificado de grave la situación de los religiosos en Nicaragua y advirtió además que la escalada aumentaría. “Los Ortega-Murillo cuentan con erradicar la libertad religiosa, que es un derecho constitucional, atacan a hombres de fe, de paz. Vemos lo impensable: sacerdotes presos y otros procesados”, comentó.

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ORTEGA SUPERA A OTRAS DICTADURAS

El 23 de septiembre del 2022, cuatro sacerdotes -Ramiro Reynaldo Tijerino Chávez Chávez, de 50 años; Sadiel Antonio Eugarrios Cano, de 35; José Luis Díaz Cruz, de 33; y Raúl Antonio Vega González de 27- fueron acusados en los tribunales comunes por cometer delitos “contra el Estado de Nicaragua y la sociedad nicaragüense”.

El régimen también acusó a los seminaristas Darvin Esteylin Leiva Mendoza, Melkin Antonio Centeno Sequeira y al camarógrafo Sergio José Cárdenas Flores. Todos habían permanecido 16 días secuestrados por la Policía Orteguista en la Curia Episcopal de Matagalpa junto con monseñor Rolando Álvarez. A la lista de religiosos criminalizados fue anexado el lunes 26 de septiembre el sacerdote Óscar Danilo Benavides, de la parroquia Espíritu Santo de Mulukukú, secuestrado desde hace 42 días.

Debido al terror policial y el riesgo de cárcel, a mediados de septiembre, unos 50 sacerdotes nicaragüenses solicitaron acogida a diferentes diócesis de Honduras y Costa Rica por estar en desacuerdo con la dictadura de Daniel Ortega y el temor a ser encarcelados por la Policía.  La información la confirmó monseñor José Antonio Canales, de la Diócesis de Danlí, El Paraíso, al sur de Honduras, fronterizo con Nueva Segovia, Nicaragua.

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Antes, al menos unos cinco sacerdotes más se habían exiliado y explicaron sus razones en redes sociales. Es el caso de los padres Uriel Vallejos, Vicente Martínez; Sebastián López,  Mangel Hernández y Dani García.  “Hay una retórica anticlerical no vista desde hace un siglo en el país, ni siquiera durante otras dictaduras como la de José Santos Zelaya, que atacó fuerte a la Iglesia”, recordó González.   

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