La crisis de Nicaragua vuelve a la Asamblea General de la OEA por quinto año consecutivo: ¿Qué se puede esperar?

Desde el 2018 la crisis de Nicaragua es parte de la agenda de la Asamblea General. Sus declaraciones y resoluciones no han tenido los resultados esperados por la intransigencia de la dictadura.

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  • October 04, 2022
  • 10:43 PM

La crisis sociopolítica que vive Nicaragua desde abril del 2018, vuelve a ser tema de agenda por quinto año consecutivo en la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), que esta mañana será inaugurada por el presidente peruano Pedro Castillo y el Secretario General, Luis Almagro.

En el quincuagésimo segundo periodo ordinario de sesiones, los cancilleres reunidos en Lima, Perú, discutirán una nueva declaración denominada: La crisis política y de derechos humanos en Nicaragua, cuya implementación depende de qué tan receptivo sea el régimen a permitir el ingreso de una comisión de alto nivel al país.

Un exdiplomático y experto en relaciones internacionales, consultado por DESPACHO 505 y quien pide omitir su nombre, considera que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo han demostrado a la comunidad internacional “que no entiende de buenas palabras ni de invitaciones corteses y al que se le ha dado múltiples oportunidades habiéndolas todas rechazado”.

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En la resolución los países se “muestran profundamente preocupados por la multitud de atropellos a los derechos humanos y el derecho internacional” que comete la dictadura.

“Pero esa profunda preocupación no se ve acompañada de medidas concretas para enfrentar el problema. Se insta numerosas veces al Gobierno de Nicaragua, se le exhorta a esto y se le recuerda lo otro, pero en ninguna parte se le exige y mucho menos se le condena”, critica el exdiplomático.

PROPONEN CREAR OTRA VEZ UNA COMISIÓN DE ALTO NIVEL

En el proyecto de resolución que discutirán los cancilleres se “invita” a los Estados miembros a crear una comisión de alto nivel la cual tendrá el mandato de “ofrecer al Gobierno de Nicaragua la oportunidad de discutir todos los asuntos pertinentes”.

El experto señala que no será la Asamblea General quien cree la comisión, sino que serán los países miembros quienes por su cuenta la organicen.

“No se establecen en consecuencia plazos ni mandatos. Supone, en el fondo, pasar el problema del marco multilateral al bilateral, de las iniciativas y decisiones particulares de los países, fuera del marco de la OEA”, expone el experto, quien señala que en dos resoluciones anteriores también se han creado comisiones de alto nivel las cuales ni siquiera han podido ingresar al país.

“Los mismos representantes han expresado su pesimismo en cuanto a que esta nueva comisión, de llegar a formarse, muy probablemente seguirá los pasos de las dos anteriores y terminará en el fracaso”, detalla el experto.

POCO OPTIMISMO POR LA POSICIÓN DE ORTEGA

Santiago Cantón de Diálogo Interamericano, no es muy optimista con los resultados que se logren si Ortega no permite el ingreso al país de la comisión de alto nivel.

“Si un Gobierno se niega a todo tipo de negociación, de supervisión, como ha sido el caso de Ortega, es bastante limitado lo que puede hacer la comunidad internacional. Yo no soy muy optimista en cuanto a qué es lo puede lograrse más allá de las condenas y del llamado a un cambio y de lograr más consenso en los Estados, aislar más a Nicaragua de la región y de la comunidad internacional, hacerlo aún más un Estado paria de lo que ya lo es”, expone Cantón.

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Espera que México se sume a la resolución y considera importante que previo al inicio de la Asamblea General, el Secretario de Estado de Estados Unidos Antony Blinken haya visitado Colombia y Chile para mandar un mensaje que se quiere encontrar un mecanismo de solución a la crisis de Nicaragua.

Braulio Abarca del Colectivo de Derechos Humanos Nunca Más, indica que es importante la aprobación de dicha declaración y lamenta que el régimen de Ortega no acepte las recomendaciones.

Además de las condenas, dice, se deben incorporar acciones concretas como que organismos financieros internacionales dejen de financiar a instituciones como la Policía y el Ejército.

“En nuestro país no existe un ambiente democrático, continúa en el poder una dictadura siniestra que es violenta y transgrede todos los derechos y libertades fundamentales de la población”, expone el defensor.

RECUENTO DE LAS DECLARACIONES

En la declaración del 2018, este órgano de la OEA condenó y exigió el cese inmediato de los actos de violencia, intimidación y amenaza contra el pueblo de Nicaragua.

La declaración aprobada en junio del 2018, creó el Grupo Interdisciplinario Internacional de Expertos Independientes (GIEI), y expusieron la necesidad de fortalecer las instituciones democráticas del país y desplegar una misión de observación de las elecciones de noviembre del 2021.

El GIEI llegó a Managua en julio del 2018, pero fue expulsado por la dictadura en diciembre del mismo año, un día antes de presentar su informe.

Un año más tarde, en junio del 2019, la Asamblea General de la OEA sesionó en Colombia. En otra declaración reiteró su preocupación “por el deterioro de las instituciones democráticas y los derechos humanos en Nicaragua” y expresó su apoyo a buscar una salida pacífica a la crisis.  

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Ortega comenzó a hacerse de oídos sordos a la petición de permitir el ingreso de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y de sus mecanismos.

En esa declaración también se instruyó al Consejo Permanente de la OEA a crear una “comisión” para buscar una salida democrática a la crisis. A la comisión le dieron 75 días para rendir un informe para que luego el Consejo tomara las medidas necesarias “incluida, si es el caso, la convocatoria a una sesión extraordinaria de la Asamblea General”.

La comisión nunca pudo ingresar al país y se conoció que se reunió en El Salvador con varios sectores para avanzar en una evaluación colectiva de la crisis. Todo nuevamente quedó en papel.

EN EL 2020 PIDIERON POR ELECCIONES LIMPIAS

En octubre del 2020, Nicaragua otra vez ocupa la agenda. En la declaración se reiteró su preocupación por las violaciones a los derechos humanos y solicitó que, en noviembre del 2021, se celebraran en Nicaragua elecciones libres y justas “en cumplimiento de sus compromisos y deberes fundamentales articulados en la Carta Democrática Interamericana”.

De nuevo Ortega no acató la resolución y en noviembre se reeligió para un nuevo periodo, con los principales contrincantes presos y con la cancelación de tres partidos políticos y una parte de la oposición detenida y acusada de traición a la patria.

Del 10 al 12 noviembre del 2021, en Guatemala, los países que integran la Asamblea General declararon que las elecciones del 7 de noviembre del 2021 no fueron ni libres, justas ni transparentes y no tienen legitimidad democrática.

“Concluir que, con base en los principios establecidos en la Carta de la OEA y la Carta Democrática Interamericana, las instituciones democráticas en Nicaragua han sido seriamente socavadas por el Gobierno”, señala la declaración.

IGNORA LLAMADOS DE LA COMUNIDAD INTERNACIONAL

Daniel Ortega ignoró los llamados a liberar a los presos políticos, restituir los derechos democráticos, poner punto final a las detenciones y hostigamientos a medios de comunicación. 

En esa ocasión se mandó al Consejo Permanente que realice una “evaluación colectiva inmediata de la situación, de conformidad con la Carta de la Organización de los Estados Americanos y la Carta Democrática Interamericana, a ser completada a más tardar el 30 de noviembre y que tome las acciones apropiadas”

Días después de la declaración, el 18 de noviembre Ortega respondió denunciando la Carta de la OEA e inició su proceso de salida del organismo que concluirá en noviembre del 2023.

La dictadura no esperó su salida y el 24 de abril de este año ordenó el cierre de las oficinas de la OEA en Managua, le retiró las credenciales a sus representantes y además confiscó sus instalaciones.

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