Padre Erick Díaz clama desde el exilio: “¡Destruyen a pedazos la Diócesis de Matagalpa, que alguien haga algo!” 

"Los silencios no abonan. Que hable quien tenga que hablar y no se deje morir así por así la Diócesis”, demandó el religioso.

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  • December 13, 2022
  • 07:03 AM

Desde el exilio forzado en el que vive desde el 23 de agosto pasado, el padre Erick Díaz expresa su dolor la persecución contra la Diócesis de Matagalpa cuyo pastor, monseñor Rolando Álvarez purga cárcel domiciliar.

“Es una Diócesis golpeada, ultrajada, pisoteada”, se lamenta el sacerdote que fue titular de la parroquia San José Obrero en El Tuma-La Dalia. “Que alguien nos escuche”, suplica. 

El religioso que tuvo que dejar el país ante una arresto inminent, escribió en sus redes sociales lo que denominó “un  grito de S.O.S por nuestra Diócesis”.

“Al paso que vamos, nuestra Diócesis de Matagalpa se desangra”, alertó.  “Nuestra Diócesis es misionera, nuestra Diócesis es de las periferias, es la que ha vivido el dolor con cada ciudadano. Pero alguien debe hacer algo, antes que sea demasiado tarde”, pidió.

El sacerdote hizo público su clamor 48 horas después de que la Policía al servicio del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, secuestrara a los periodistas católicos Wilberto Artola, del canal digital TV Merceda, y Manuel Antonio Obando Cortedano, encargado de prensa de la Diócesis de Matagalpa y un colaborador muy cercano a monseñor Rolando Álvarez, Obispo de su Diócesis, quien también se mantiene secuestrado por la policía en una casa de Managua.

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“QUE HABLE QUIEN TENGA QUE HABLAR”

Díaz fue uno de los primeros sacerdotes que se vio obligado al exilio, después de que la dictadura Ortega-Murillo arreció sus ataques contra la Iglesia Católica nicaragüense, a la que acusa de tener parte de responsabilidad en las protestas contra el orteguismo y la demanda de libertad, justicia, respeto a los derechos humanos y retorno del país a la democracia.

Con esta foto el religioso lanzó un S.O.S por la Diócesis de Matagalpa. A la izquierda, el periodista de la Diócesis de Matagalpa recientemente secuestrado junto al monseñor Rolando Álvarez. Redes Sociales.

El religioso anunció su salida del país por puntos ciegos, cuatro días después del secuestro violento que policías del régimen ejecutaron contra monseñor Álvarez, quien junto a varios de sus colaboradores, fue primeramente encerrado en la Curia Arzobispal de Matagalpa, y luego fue dejado en casa por cárcel, en Managua. A los demás los encerraron en El Chipote y les abrieron procesos judiciales ilegales.

“Se debe buscar una solución, no la dejemos que la destruyan  (a la Diócesis) que la arranquen pedazo por pedazo. Los silencios no abonan. Que hable quien tenga que hablar y no se deje morir así por así”, demandó el religioso.

También califió de "desgarrador lo que viven nuestros laicos” apresados porque -según dijo, el régimenlos trata como si fueran “integrantes de la peor red de criminales. “No lo somos. Empezando por nuestro obispo Monseñor Rolando Álvarez. Él es solo un pastor que encarnó los sufrimientos de su pueblo. No ha cometido delitos”, afirmó.

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DEMANDA LIBERTAD DE PRESOS POLÍTICOS

El sacerdote, quien desafió a la policía de la dictadura y los filmó para denunciar en redes sociales que sin razón, ni ley le impedían su trabajo sacerdotal, también pidió la libertad de los presos políticos de Nicaragua.

“Libertad poa todos”, dijo. “Para nuestros presos; sacerdotes y laicos. Los laicos no pueden seguir siendo encarcelados, nuestros laicos no pueden salir a huir como delincuentes, no lo son”, subrayó.

El padre Erick Díaz vive un exilio forzado desde agosto pasado. Cortesía

El pasado 7 de octubre la juez orteguista Nalia Úbeda Obando, del Juzgado Quinto de Distrito Penal de Audiencias de Managua, remitió a juicio oral y público a los cuatro sacerdotes, dos seminaristas y un camarógrafo que fueron detenidos ilegalmente la madrugada del 19 de agosto en la Curia Episcopal de Matagalpa por acompañar a monseñor Álvarez.

Los delitos por los que están siendo procesados son menoscabo a la integridad nacional o «traición a la patria» y propagación de noticias falsas, según el expediente judicial al que accedió DESPACHO 505.

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Los cargos por el que arrestaron a los periodistas católicos todavía son desconocidos, porque igual que todos los presos políticos de la dictadura, les han impedido comunicarse con sus familiares y un abogado de su confianza, un derecho mínimo de toda persona detenida que la dictadura niega.

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