Expertos señalan que la "dictadura quiso mostrar a un Obispo derrotado", pero les faltó trabajar la imagen
Viste de azul que para la iglesia Católica es el color de la "limpieza y la pureza". Despojado; es presentado sin sotana, sin alzacuello y sin su anillo de Obispo, recordando la X Estación del Viacrucis.


- December 15, 2022
- 03:16 AM
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Un Rolando Álvarez sereno, con una mirada fija puesta en la fiscal que lo acusa, comunica mucho, sin que se le oiga a él decir una sola palabra. El Obispo, ha escogido vestir de azul el día que es llevado a los tribunales del dictador, un color que la iglesia Católica ha designado como de “la limpieza y la pureza”.
Un experto en lenguaje visual que trabaja en publicidad y un periodista que escribe sobre temas religiosos, han hecho lecturas separadas sobre la imagen de la audiencia que la dictadura hizo circular en sus medios de propaganda, en la que informa que el religioso, es formalmente acusado de traicionar a la patria y legaliza la prisión domiciliaria en la que lo mantiene desde el 19 de agosto.
Los expertos, advierten que la dictadura hizo también su mejor esfuerzo para enviar un mensaje con la imagen, pero falla y logra un efecto contrario. “Lo que vemos es la acción de un régimen en decadencia, desesperado por ocultar que se hace pedazos”, dice el periodista Israel González Espinoza.
“Quisieron hacerlo ver derrotado, pero les faltó pensar mejor la imagen. Es chocante, incluso para los mismos orteguistas que son católicos. Un obispo es un obispo y saben que Ortega tiene fecha de vencimiento y la iglesia Católica es una institución de más de 2 mil años”, explica el experto en lenguaje visual, que pide hacer su análisis con la identidad bajo reservas por temor a la represión en el país.
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LAS SILLAS VACÍAS
El experto cree que el análisis debe partir del entorno en el que aparece el religioso, al que no se le miraba tras su secuestro a las 3:00 de la madrugada el 19 de agosto pasado perpetrado por agentes de la dictadura que asaltaron la Curia Arzobispal de Matagalpa y se lo llevaron a él y a sus colaboradores.

“Vemos una sala sin gente, al religioso rodeado de sillas vacías. La dictadura quiere hacer creer que está solo, que fue olvidado. Es un error, la gente ve a un Obispo valiente enfrentado a los verdugos en el nombre de todo un país, como siempre ha sido y por lo que es odiado por ellos”, explica el experto.
“Una Fiscal simula hacer su trabajo –amplía—pero no tiene el valor de hablarle de frente, hace creer que está consciente de que actúa mal mientras el obispo sí la mira de forma fija, se ve sereno. Llega un momento en el que uno se pregunta, ¿Quién juzga a quién?”, se interroga.
Para el periodista Israel González, la dictadura quiso mostrar a un monseñor Rolando Álvarez “moralmente destruido”. “Al religioso se le ve una mirada serena, pero firme”, coincide. “Se le ve tranquilo dentro del ambiente ominoso en el que aparece. Todo lo contrario a lo que buscaban”, dice.
“Muchos ven en esa imagen, el reflejo de todo un pueblo sufrido, apresado, humillado pero no vencido. No está de rodillas, no ha dejado de pensar y bastaría ponerlo a prueba. Lo que pasa es que la dictadura jamás lo dejaría hablar públicamente, quedaría más en evidencia su fracaso”, argumenta.
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OBISPO DESPOJADO
El otro elemento que les llama la atención es que monseñor Álvarez es presentado sin sus atuendos de obispo; sin su sotana, sin pectoral, ni alzacuello, ni su anillo de obispo, aunque tampoco el dictador se atrevió a ponerle el traje azul de privado de libertad que mandó ponerle a otros sacerdotes que tiene encarcelado.
“Despojarlos de las insignias episcopales recuerda el pasaje bíblico que origina una de las estaciones del Vía Cruz Católico, la X Estación: Jesús fue despojado de sus ropas antes de ser crucificado, es un símbolo fuerte en la penitencia católica”, explica el experto en leguaje visual. "Eso es lo que la gente ve", agrega.
Gonzales Espinoza le agrega más. “Es un ultraje a la dignidad de un jerarca católico, su vestimenta es sagrada. El derecho canónico establece que los responsables de quitárselas, serían excomulgados por el agravio”, advierte.
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La dictadura le anuló el título al obispo. Cuando emitieron la comunicación sobre su audiencia, se refieren a él como Rolando Álvarez. “Otro despojo, es el reflejo de que esta dictadura le ha quitado a todo al religioso, como le que quitado todo a los nicaragüenses”, finalizó el comunicador.