13 años de impunidad en misteriosa muerte de microempresario rivense

Familiares de microempresario que apareció muerto en San Jorge demandan justicia. La Policía cerró el caso y se justifica diciendo que “era complejo” y “los que estaban a cargo de las investigaciones ya ni siquiera están en la institución”.

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  • November 08, 2019
  • 05:59 AM
Familiares de microempresario que apareció muerto en San Jorge demandan justicia. La Policía cerró el caso y se justifica diciendo que “era complejo” y “los que estaban a cargo de las investigaciones ya ni siquiera están en la institución”.

Fue asesinado hace trece años, un mes y un día, pero hasta la fecha el crimen de Alejandro José Obando Montiel se mantiene rodeado de misterios y con más preguntas que repuestas. Se han cumplido 13 años de impunidad en la misteriosa muerte del microempresario rivense, la Policía cerró el caso sin tener un culpable. 

Alejandro José Obando Montiel fue asesinado la noche del 6 de octubre del 2006, a sus 44 años y su cuerpo fue encontrado en horas de la mañana del día siguiente a la orilla de la “Calle Chiquita”, que une el barrio 19 de Julio de la ciudad de Rivas con el municipio de San Jorge. 

Su cuerpo estaba boca arriba, junto a dos cabezas de plátano y únicamente vestía un calzoncillo. El médico forense determinó que su muerte fue por asfixia mecánica. 

En las investigaciones también se conoció que la muerte fue dolorosa. Lo sujetaron de las manos con una cuerda para luego introducirle en su boca, papel y plástico hasta asfixiarlo. 

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Denis Valerio, que en ese entonces era capitán y segundo jefe de Auxilio Judicial de la Policía de Rivas, explicó en una entrevista que brindó el 5 de marzo del 2007 a El Nuevo Diario, que en la escena del crimen también se encontró una camisola con manchas de sangre que pertenecía a la víctima. 

Reveló que la camisola estaba cerca del cadáver y que las manchas de sangre pertenecían a la víctima. Eran producto del estrangulamiento y los plátanos se los habían colocado para distorsionar el crimen. 

El jefe policial confirmó que habían realizado 50 entrevistas pero que el caso “era complejo”. Seis personas que habían detenido fueron liberadas al comprobar que no tenían ningún vínculo con el crimen. 

FUE VISTO CON UNA MUJER QUE LA POLICÍA NUNCA IDENTIFICÓ 

Alejandro José era propietario de una imprenta de serigrafía de Rivas. Tres horas antes del crimen fue visto en dos centros recreativos en el sector de la rotonda de Rivas y a uno de ellos llegó en compañía de una mujer. 

En las investigaciones se conoció que la víctima después de ingerir un par de cervezas en el establecimiento, se dirigió a unos 150 metros en dirección este de la rotonda sobre la carretera a San Jorge e ingresó al bar “La Pasadita”. 

Marlen Rivera Rojas, que estuvo a cargo de dicho negocio, confirmó que la víctima llegó al local en compañía de una mujer blanca, joven, elegante y se sentaron a tomar y a escuchar música en la roconola. Era la primera vez que lo tenía de cliente. 

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“A eso de las 8:00 p.m. llegó a traerlos un taxista alto, moreno, que vestía de camisa blanca estilo cotona y para mí fue impactante escuchar que lo habían asesinado posteriormente”, dijo la encargada del bar. El taxista tampoco fue identificado por la Policía.

POLICÍA SE JUSTIFICA 

Mirlena Espinoza, de 60 años, esposa del microempresario recuerda que su marido nunca llegaba después de las 10:00 p.m. a su casa y que toda la noche no logró dormir pensando en su paradero. “Hasta miré una lucecita verde que giraba alrededor de mi cabeza y cuando amaneció lo fuimos a buscar al hospital y la policía sin ningún resultado”, recuerda. 

Dice que después de buscarlos en ambas instituciones, decidió regresar a San Jorge a eso de las 7:40 a.m. y que el taxi en que se movilizaba un pasajero comentó que habían encontrado un cadáver en la “Calle Chiquita”. Inmediatamente le solicitó al taxista que la llevara al lugar. 

“Al llegar lo identifiqué y desde entonces permanecemos a la espera de que se esclarezca el crimen, pero la Policía lo que nos informó es que el caso ya lo habían archivado y los que estaban a cargo de las investigaciones ya ni siquiera están en la institución”, aseguró. 

Justa Pastora Montiel López, mamá de la víctima, dice que a su hijo lo mataron con saña. Fue un crimen que conmocionó a los rivenses y que dejó en deuda a las autoridades policiales.  

“Conocer quién o quiénes participaron en el homicidio de mi hijo y por qué motivo lo asesinaron, es lo que yo y mi familia hemos querido saber en todos estos años, para que se haga justicia, pero la Policía nunca logró esclarecer el caso. Están en deuda con nosotros”, demanda la madre de 77 años. 

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