<strong>Hija de Miguel Mendoza no pide juguetes en Navidad, suplica que sea liberado: “He sido una niña buena, no merezco sufrir tanto”</strong>
“He sido una niña buena. No merezco sufrir tanto. Quiero ser feliz dice la carta de Navidad de Alejandra Mendoza, hija del cronista deportivo encarcelado por la dictadura


- December 23, 2022
- 04:12 AM
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Alejandra Mendoza, hija del preso político Miguel Mendoza, le escribió una carta a Dios en la que, a diferencia de los demás niños del mundo, no pide juguetes, sino que hace una plegaria para que su padre esté bien y vuelva pronto a su lado.
“Amado Dios, sé que ha escuchado mis oraciones en estos 18 meses y te doy gracias por amarme”, inicia la carta en la que la niña hace alusión al tiempo en que su padre lleva en prisión. Alejandra fue específica al decirle a Dios que “en esta navidad no te pido juguetes, solo te ruego que cuides, le des salud, vida y fortaleza a mi papi Miguel Mendoza, y que pronto me lo traigas de regreso, porque lo necesito conmigo”.
Alejandra Mendoza tiene 8 años y para ella ha sido muy difícil el encarcelamiento de su padre, puesto que no le permitían las visitas en El Chipote. Por ese motivo, ella comenzó una campaña en la que imploraba que le permitieran ver a su padre, porque lo extrañaba mucho.
Dos semanas después de haberlo visto, la niña ruega que su padre vuelva a su lado y este deseo lo pone a disposición de la voluntad divina y reconoce que está sufriendo.
“He sido una niña buena. No merezco sufrir tanto. Quiero ser feliz. Que sea tu voluntad. Amén”, concluyó Alejandra Mendoza.
El reencuentro
El 7 de diciembre, Alejandra Mendoza pisó por primera vez una cárcel en su visita a la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), mejor conocida como El Chipote, un sitio ene l que quería quedarse, al lado de su padre, encarcelado por la dictadura Ortega Murillo.
La niña había dibujado el abrazo que anhelaba darle a su padre, el cual al fin se le hizo realidad en un salón del Chipote, donde se encontró con un Miguel Mendoza delgado, al que su ropa de siempre le quedaba demasiado holgada. Sin embargo, a ella nada de eso le importaba, porque estaba feliz de poder rodearlo con sus pequeños brazos y llenarlo de besos y caricias.
Hoy, la niña sueña con la libertad de su padre, aunque la dura realidad es que no podrán estar juntos en esta navidad.