Víctor Ticay, dejó el azadón y el arado para convertirse en periodista

Víctor Ticay desde niño soñaba con ser periodista. Todavía no ha sido acusado, pero en Nandaime esperan su liberación

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  • April 11, 2023
  • 10:39 PM

El 26 de diciembre de 2015, una familia campesina de la comunidad Nandarola, a 15 kilómetros al sur del casco urbano de Nandaime, celebraba un acontecimiento para ellos extraordinario: uno, de ocho hermanos que la integran, recibiría un título universitario. El nombre del profesional: Víctor Ticay Ruiz.

Nadie en aquella comunidad de hombres y mujeres del campo olvidan ese día. “Fue una fiesta en el caserío”, dice un habitante del lugar. Al paso de los años, el chavalo que se graduó entonces de periodista, se encargaría de que la alegría y el orgullo que sintieron los suyos, no quedara solo en las fotos en la que se le ve con la toga y el birrete que usó ese día.      

En ocho años, logró ser una cara y una voz conocida en todo Nandaime. Es locutor de una radio local y corresponsal de una de las televisoras de mayor audiencia en el país. “Para qué, es un orgullo para los Ticay, así se les conoce aquí, y se les quiere, porque es gente que se dio a querer”, dice un vecino de aquella familia que pide el anonimato para “evitarse líos con la represión”  

“Víctor Ticay Ruiz, el periodista del 10, si, aquí todos lo conocen”,  le agrega la esposa que pide a DESPACHO 505 la misma protección. En todo Nandaime y especialmente en Nandarola, siguen con angustia la noticia de su detención. “No es justo, ese chavalo no se metía con nadie, nada malo ha hecho”, agrega.

PADRES SUFREN

Víctor Ticay Ruiz nació el 22 de enero de 1992. Fue el último varón y el séptimo de ocho hermanos del matrimonio compuesto por don Cecilio Ticay y doña Cándida Ruiz.

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En su casa, muy en broma y en serio, cuentan que habría sido “el cumiche” de la familia, pero fue desplazado inesperadamente por otra hermana. Sin embargo,  por ser el último de los varones, logró que sus privilegios de “tierno” lo acompañaron hasta los 31 años que tiene en la actualidad. “Si, es el mimado, es muy querido, pero se lo ganó siempre, era un buen chavalo, trabajador, vivo, y fue a la universidad”, dice un pariente.

En Nandarola todos conocen a don Cecilio, su padre. Es un hombre de campo. Fuerte. “Duro para el trabajo”, señalan los que lo conocen. Es el patriarca de “los Ticay”, pero desde que supo del secuestro de Víctor, llora como un niño y su salud se ha quebrantado. El lunes, fue llevado al médico en Nandaime con la presión sanguínea “a punto de estallarle”.

“No quiso hospital. Dijo que no quería porque lo internaban y él quiere saber que pasa con su hijo. ´No puedo dormir si no se si Víctor duerme, no puedo comer, si no se si Víctor come…´ le gritó a una de los hijos que lo sacó casi a la fuerza para atender su mal estado de salud.

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Doña Cándida no la pasa mejor. También llora desconsoladamente. Ella ha ido a todos lados a preguntar sobre su hijo en compañía de Yanela, la compañera de Víctor. “Esas pobres mujeres no paran, no comen”, dicen los demás parientes. Este martes fueron a El Chipote, Managua, con la esperanza de tener noticias. Han pedido que liberen al periodista porque no ha cometido ningún delito.            

ESTUDIOS CON SACRIFICIO                    

Víctor Ticay Ruiz sorprendió a su familia cuando dijo que quería ser periodista. Nadie puede explicar de dónde sacó una idea como esa un chavalo que poco conocía, más allá de los postreros y las huertas de Nandarola. Pero se les plantó con que eso quería hacer de su vida.

Los hermanos mayores venían de sueños truncados del mundo de los libros, los cuadernos y el uniforme, no porque no tuvieran la capacidad intelectual, sino porque carecían de recursos económicos para invertirlo en educación, un problema de miles en las zonas rurales de Nicaragua. “En el campo, hablar de la universidad es hablar de algo difícil, es dinero y eso no había, había que arar la tierra primero para comer”, explica un familiar.

Víctor Ticay Ruiz el día que se graduó en periodismo. Cortesía

Sus hermanos no lograron mucho en ese camino. Algunos solo estuvieron cerca del bachillerato, pero ninguno dejó de creer que “el hermanito” podía lograrlo, así que acordaron aportar “un granito de arena cada uno” para sacarlo adelante.

El primer reto era que terminara la secundaria. Tendría que viajar 15 kilómetros todos los días para poder asistir al Instituto “José Dolores Estrada”. Menudo reto que fue superado al trasladarlo a vivir los días de la semana a la casa de una de sus hermanas, que comenzó a hacer vida en el casco urbano de Nandaime.

Lo fines de semana Víctor volvía a casa a Nandarola a su vida de campo y regresaba el lunes bien temprano al colegio. Siempre tuvo buenas notas y tomaba en serio su plan de vida, tanto que ninguno de su familia dudó que iba a llegar más largo que sus demás hermanos. “Estudió con mucho sacrificio, se esforzó bastante”, agrega un familiar para este reporte.

“FELIZ DE HACER LO QUE HAGO”

Cuando estuvo listo, Víctor Ticay Ruiz, de “los Ticay” de Nandarola, se inscribió en la universidad. Llegó a la extinta Universidad Nicaragüense de Estudios Humanísticos, UEHN, recinto Jinotepe y dijo que quería ser periodista.

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Hace apenas ocho años, a finales de 2015, recibió su título, aunque como todo buen periodista comenzó su carrera antes de vestir la toga y recibir su diploma.

“Él nunca dudó, quería ser eso y estudió y trabajó para eso sin descanso, la verdad”, dice un excompañero de la universidad que lo recuerda como “el tipo que no vivía para otra cosa más que para estudiar y entregar trabajos en tiempo y forma”.

En el caballo blanco, de sombrero, Víctor Ticay Ruiz. Cortesía.

El 1 de marzo de 2017, Ticay sintió que era el momento para considerarse a si mismo parte de un grupo de gente que ejerce esta profesión, pese a los riesgos y las dificultades que la acompañan. “Estoy orgulloso de haber estudiado la mejor profesión del mundo y me encanta ejercerla”, escribió en su red social Facebook.

“Más allá de una remuneración por nuestro trabajo, mas allá de  laborar en diferentes condiciones y circunstancias, es la pasión que nos mueve por el periodismo”, añadió el periodista nacido en Nandarola.

“Definitivamente es lo que es, un tipo apasionado por lo que hace, y no para politiquería, es un profesional…es injusta su detención. Ojalá lo liberen pronto”, agrega el exuniversitario amigo de Víctor.

MUY QUERIDO EN NANDAIME  

Víctor Ticay Ruiz vivía desde hacía un tiempo en el barrio “Juan José Quezada” de Nandaime con su compañera de vida. Desde su secuestro por la policía de Daniel Ortega el Jueves Santo pasado, la gente pasa por su casa para preguntar si hay noticias de él.

Ese Jueves Santos, Víctor grababa a un grupo de feligreses que participaba en la precesión de los Cireneo, pese a la prohibición del régimen a cualquier manifestación religiosa, la procesión fue disuelta por la Policía Orteguista y Víctor y otras personas más fueron apresadas. Hasta ahora, Ticay no ha sido acusado por el régimen, por lo que esperan sea liberado.

“Aquí se le estima mucho a este muchacho”, dice un vecino. “La gente venía a buscarlo para hacer reportes sociales de gente que tenía alguna necesidad y él iba, nunca decía que no, a donde fuera. Aportaba mucho a la comunidad”, agrega.

La inconformidad tocó hasta a los mismos simpatizantes orteguistas que consideran que la detención de Ticay es injusta.

Víctor Ticay Ruiz reportando una jornada deportiva. Cortesía

Basta con asomarse a las paginas sociales del trabajo de Ticay Ruiz. Ahí destacan reportes deportivas y las actividades culturales de su ciudad. “Más que de política, él es apasionado el béisbol, su carrera y el béisbol y el es feliz”, señala un integrante de “los Ticay”.

Hace siete días que sus familiares no saben de Víctor Ticay. Los nandaimeños no oyen su voz, no hay nuevos videos en “La Portada”, su plataforma noticiosa y el país no ve sus reportes en Canal 10. “Tenemos fue que volverá a casa pronto, sano y bien. Oramos por eso”, dicen sus familiares.

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