Silvio Báez: “Los dictadores y sus secuaces se disfrazan de políticos, pero son delincuentes y criminales”

El obispo Auxiliar de Managua, monseñor Silvio Báez, recordó que en sus tiempos Jesús llamó “ladrones y salteadores” a líderes y religiosos que según sus parábolas, no conducían a sus ovejas por el redil, sino que los hacían saltar “vallas, escondiéndose y haciendo violencia”.

El prelado señaló que esos malos pastores son en la actualidad “los poderosos que se adueñan de la libertad y del futuro de los pueblos”. “Son”, amplió, “los dictadores y sus secuaces que se disfrazan de políticos pero que, en realidad, son delincuentes y criminales”, espetó.

La reflexión del religioso se da en momento en que Nicaragua es dirigida por un matrimonio, el de Daniel Ortega y Rosario Murillo, que en su afán de mantenerse en el poder han venido escalando en ataques a la fe, a la Iglesia católica, al extremo de decirle a sus seguidores que el Dios que profesa esa denominación que es la mayoría en el país, es un invento.

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En medio de los ataques, tanto Ortega como Murillo, se han declarado por separado líderes que profesan el catolicismo. Ortega dijo que hasta rezaba padrenuestros y avemarías y Murillo, señaló que la fe católica ha sido su formación. Contradictoriamente, Ortega llegó a decir que los sacerdotes y obispos son una mafia, mientras que Murillo señaló, sin base, que en el país hay menos católicos cada vez, solo porque los sacerdotes no se han detenido en denunciar los abusos del régimen de ella y de su esposo.

MALOS PASTORES QUE DAÑAN A OVEJAS

Báez dijo que la reflexión de este domingo, se centraba en entender que hay “un pastor” que puede ser malo o bueno y “la puerta”, que es el camino por donde hará transitar su rebaño. Explicó Báez que el ejemplo de  buen pastor es Jesús. “El hace en plenitud la obra de Dios, alimentándonos, cuidándonos y conduciéndonos a la vida”, señala.

Pero advierte que existen esos otros malos pastores que actúan como “ladrones y bandidos”. “El rebaño del que habla el texto es el pueblo” y que continuamente es  amenazado por esos “ladrones y bandidos” que “vienen solo a robar, matar y destruir”, dijo citando el evangelio.

“Son ladrones y salteadores de hoy, los hombres de la religión autoritarios, que se creen superiores al resto de la gente, se enriquecen en nombre de Dios, no dan la cara por el pueblo y condenan y excluyen severamente a las personas que no viven de acuerdo con ciertas normas religiosas”, explicó.

Dijo que en tiempos de Jesús eran “ladrones y bandidos” también, los líderes mesiánicos que engañaban a la gente, ilusionando con falsos mensajes de liberación y con rebeliones violentas que acababan en dramáticos derramamientos de sangre.

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El religioso señaló que hoy los “ladrones y bandidos” son los poderosos que se adueñan de la libertad y del futuro de los pueblos. “Los dictadores y sus secuaces que se disfrazan de políticos pero que, en realidad, son delincuentes y criminales”.

“Hoy son ladrones y bandidos los que promueven discordia y confrontación entre la gente que sueña por su liberación, los que se disfrazan de demócratas, pero en el fondo la hacen el juego al poder. Son ladrones y bandidos también, los que adoran sus riquezas como a un dios y son incapaces de sacrificarlas por un cambio social auténtico en favor del bien común”, explicó.

LAS  LIBERTADES Y LAS "PUERTAS ABIERTAS"

El obispo Báez también dijo que esos malos líderes “prefieren ver a la gente sin iniciativa, sin dignidad y sin futuro, quienes no se interesan para que el pueblo camine y construya un porvenir más justo y digno, quienes tienen miedo de que la gente piense, se exprese y sea crítica, todos estos son ladrones y bandidos”.

Nicaragua cumple cinco años de una crisis social política que el régimen no soluciona y que más bien ha empeorado al prohibir libertades mínimas como la de expresión, pensamiento, manifestación, movilización y derechos como el culto y ahora la de tener nacionalidad y bienes en el país donde nacieron.

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Recordó el religioso que a todos estos “ladrones y salteadores” se opone “el pastor de las ovejas”, con el cual Jesús se identifica, diciendo: “Yo soy el buen pastor”. “El pastor entra por la puerta del redil y las ovejas escuchan su voz, pues su voz es distinta. Jesús no impone mandamientos rígidos, no dice nada que provoque miedo, ni pronuncia palabras engañosas. Él no ha venido a dañar y a oprimir”, explicó.

Recordó que Jesús tampoco deja que sus ovejas vivan sometidas a poderes injustos, ni aprisionadas por ningún poder humano.