Torta y piñata en ausencia por los cinco años de Sofía Abigail, la niña que se perdió al intentar cruzar el Río Bravo

Hace 13 meses, ella y su mamá fueron arrastradas por las fuertes corrientes y solo el cuerpo de su madre apareció. Un juez Federal de México, ordenó su búsqueda como victima de trata de personas al conocer anomalías en el reporte de sus tragedias. Sus abuelos creen que ella vive.

None
default.png
  • June 11, 2023
  • 02:47 AM

En una casa del barrio Pueblos Unidos, de Ocotal, hoy a las 3:00 de la tarde se celebra una fiesta diferente: habrá niños, piñata, pastel y se cantarán las mañanitas, pero no habrá cumpleañera. Sofía Abigail Caballero Huete, la niña que desapareció en el Río Bravo, cumple cinco años y su abuela, Elia Centeno Rivera, dice que la actividad, es una forma de mantener viva la esperanza de encontrarla.

Doña Elia no puede hablar de su nieta sin llorar. Dice cargar el sufrimiento de dos: “el mío porque es mi única nieta y el de mi hijo, que llora también, desconsolado por su hija”, dice a DESPACHO 505 mientras acomoda trastos y muebles de la humilde vivienda para la celebración dentro de algunas horas.

Para el padre de Sofía Abigail, Hanier Caballero, parte de su vida quedó como congelada en el tiempo desde aquel 17 de mayo del año pasado que su esposa Irma Yaritza Huete y la niña, fueron arrastradas por las corrientes del Río Bravo, cuando intentaban cruzarlo para encontrarse con él en Estados Unidos. Caballero nunca pudo llevar ni a su esposa, ni a su hija, al apartamento de Winconsin, donde vive. “Lo perdí todo”, dice.

LEA TEMBIÉN: Los hijos del dictador exhiben su poder y finos trajes en otra fiesta rusa

El cuerpo de Irma Yaritza, fue encontrado algunas horas después de ser reportado el incidente durante el cruce, pero no así el de la niña. Fue declarada desparecida y la familia albergó por días la esperanza que fuera encontrada con vida, con lo que al menos quedaría el consuelo de que ella llegaría al destino que se trazaron en la casa de Pueblos Unidos. O en el peor de los casos, hallar sus restos y resignarse a la fatalidad duplicada.

UN AÑO Y SIN RASTROS    

Cuando Sofía Abigail desapareció, medía 60 centímetros de altura y pesaba 34 kilos. Su abuela, doña Elia, está segura de que la ropita que todavía guarda de la niña en su casa ya no le queda más. “Hoy cumple cinco años, debe estar más grandecita, más gordita”, dice con una voz que a ratos se quiebra y que parece luchar para no apagarse a causa del drama que la familia vive desde la tragedia.   

Elia Centeno Rivera, en la imagen de un video en el que pide ayuda para encontrar a su nieta. Cortesía.

“Esto es horrible, una angustia, mire, yo me levanto cada día con la ansiedad, la esperanza de recibir una llamada que me digan: aquí está Sofía Abigail, vive, porque sé, estoy segura, que está en algún lugar del mundo”, señala la abuela. Lo mismo piensa don Luis Adolfo Huete Herrera, padre de Irma Yaritza. “No vamos a renunciar”, dijo hace meses a este mismo medio desde su casa en Jalapa.       

El caso de Irma Yaritza, dejó de ser un caso más de una niña desparecida durante los peligrosos cruces del Río Bravo, cuando la oenegé mexicana Fundación para la Justicia y el Estado Democrático de Derecho, (FJEDD), se interesó en la tragedia.  A las activistas que llevan casos de niños desaparecidos y mujeres en indefensión, le llamó la atención anomalías importantes sobre el manejo que hicieron las autoridades mexicanas sobre la desaparición de Sofía Abigail.

Explicaron que aunque hubo un reporte del incidente la noche en la que murió la madre y la niña fue arrastrada, no se levantó una acta de denuncia inmediata, pese a que cuando el cuerpo de Irma Yaritza fue recuperado, tenía entre sus bolsillos los documentos de la niña. Añadieron que eso debió obligar a las autoridades a una búsqueda inmediata y rigurosa en la zona, extraerle el ADN a la madre y registrarlo como parte del protocolo de búsqueda. Todo eso, según el organismo, se hizo hasta una semana después.

LEA TAMBIÉN: Urnas Abiertas: El TAM no tiene competencia para confiscar a excarcelados políticos

Hasta la fecha, no hay en las oficinas de migración en Coahuila, Estado de Zaragoza en México, la zona que ve los casos fronterizos de Piedras Negras, el lugar de la tragedia de esta madre y esta niña nicaragüense, algún informe sobre prenda, ni ningún rastro que hiciera pensar que pereció ahogada. Nada. Las autoridades no hallaron nada. “Si no hay cuerpo, hay esperanzas”, dijo el abuelo al respecto.   

TORTA CON SABOR DULCE-AMARGO  

Otro rayo de esperanza para esta familia apareció en una nota de prensa que hizo pública la oenegés el 6 de diciembre pasado. Un juez federal ordenó a la Fiscalía Especial para los Delitos de Violencia contra las Mujeres y Trata de Personas (Fevimtra), de la Fiscalía General de la República (FGR), que investigara la desaparición. Pero desde entonces nada ha pasado.  

Sofía Abigail y su mamá, Irma Yaritza Huete. Cortesía

Las activistas de la FJEDD creen que Sofía Abigail, pudo ser víctima de trata de personas y que la negligencia de la autoridades en la zona donde ella desapareció, se hizo para tapar el probable delito.

 “Seguimos en el aire sobre el paradero de la niña”, señala la abuela.  “Nosotros apelamos a la misericordia de Dios, a la piedad de la gente, de las mismas autoridades, que si algo saben de la niña nos los digan, es terrible esta angustia”, reitera doña Elia.

El 10 de mayo del año pasado, Irma Yaritza con su niña y su hermano Nolvin Huete, dejaron su casa en Ocotal para para emprender la peligrosa travesía. Hacía tres meses, el papá de la niña había logrado cruzar y la intención era que la familia se uniera de nuevo. Calcularon que cuando Sofía Abigail cumpliera su cuarto año, el 11 de junio, un día como hoy pero del 2022, ya estarían del otro lado, pero eso nunca pasó.

Explica doña Elia que la decisión de celebrar hoy los cinco años de Sofia Abigail en ausencia, es para ella “una declaración de fe”. “Con estos decimos que seguimos esperando encontrarla y si alguien lee esto, si alguien sabe sobre ella, les pedimos que nos ayuden. Esta angustia, no se la deseamos a nadie”, añadió Centeno.

LEA TAMBIÉN: Juez orteguista condena en secreto y sin derecho a la defensa privada a otros cinco opositores

“Haré su pastelito con su piñata, con sus amiguitos, ella no será olvida en su cumpleaños, si alguien la tiene debe saber que su familia, su papá, sus abuelos seguimos esperando que la regresen. Y su madre solo descansará en paz cuando ella vuelva a su familia”, dijo.

La niña con su papá Hanier Caballero y su mamá, Irma Yaritza (Q.E.P.D). Cortesía

Señaló doña Elia, que la de hoy será una torta “dulce, pero amarga porque ella no estará”. Contó que los niños están citados a las 3:00 de la tarde a su casa. “Vamos a hacer una oración porque quienes la tienen la cuiden y muy pronto la regresen”, señaló en una pausa de su llanto.

Ayúdanos a romper la censura, necesitamos tu apoyo para seguir informando

Donar