Dictadura cancela residencia a Fray Domingo Pepe y lo obliga a abandonar el país

La dictadura de Daniel Ortega canceló la residencia al sacerdote de la orden franciscana menor Fray Domingo Pepe, quien tenía más de 50 años de servir en Nicaragua y ejerció su ministerio en la parroquia Nuestra Señora del Carmen en el municipio de Río Blanco, en Matagalpa.

El religioso cumpliría en agosto 84 años y vivía una especie de retiro en la comunidad. Pese a su edad, no dejaba de contribuir con la evangelización y el apoyo a gente que lo buscaba.

Fray Domingo Pepe nació en Italia, en Nápoles. En 1969 llegó en misión a Matiguás, Matagalpa, junto a otros frailes de su orden y terminó estableciéndose en Río Blanco donde trabajó junto los feligreses para construir el templo de Nuestra Señora del Carmen y donde por años sirvió como sacerdote.

Los católicos de esta zona del país le dan crédito también en la construcción de la Capilla San Francisco de Asís, también de Río Blanco, elevada a parroquia hace cinco años por monseñor Rolando Álvarez en su calidad de obispo de la Diócesis de Matagalpa a quien el régimen de Daniel Ortega mantiene en una cárcel de máxima seguridad condenado a 26 años de prisión por cometer supuestos delitos políticos.

RÉGIMEN: "DEBE IRSE"

Fray Domingo Pepe informó hace unos días a varios comunitarios que las autoridades de Migración y Extranjería le habían negado la posibilidad de renovar su residencia para permanecer en el país. "Él no quiso alarmarnos, le dijo a pocos. No quiso ver el sufrimiento de la gente", señala un antiguo colaborador del religioso.

La semana pasada el religioso ya no volvió a Río Blanco y pidió que solo se comunicara sobre su partida hasta que saliera del país. "Estuvo en Managua unos días y ya se fue. Lo hizo así por seguridad de la gente de Río Blanco", agregó el colaborador.

En esta zona del país son muchas las obras sociales que emprendió en los 53 años años de misión de Fray Domingo Pepe. "Ayudó a construir los templos, casas de la gente, ayudaba con comida y ropa. Era un persona que ayudó hasta el último día que estuvo aquí", señaló un comunitario que con mucho pesar dijo que sabía que al religioso, le pidieron que dejara el país. "Él quería estar aquí, morir aquí", agrega.

Fue tan apreciado que en el año 2004 la alcaldía lo declaró hijo dilecto de Río Blanco y los jóvenes del municipio le dedicaron dos torneos; uno de béisbol y otro de voleibol. En esa festividad, el alcalde liberal Denis Argueta Urías mandó a ponerle su nombre a una calle del municipio. La calle peatonal se llama Fray Domingo Pepe y fue develada con bombos y platillos.

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El padre Erick Díaz quien se tuvo que exiliar en septiembre del 2022, debido a la represión de la dictadura, confirmó la salida del religioso. “Siempre manifestó su amor por Río Blanco. Ahora se marcha a su tierra natal. No se le renovó su estadía”, indicó.

“Practicó el amor sin condiciones por su pueblo y ahora le correspondió dejar esa amada tierra y patria. No hay duda de que hoy queda un vacío en el corazón de los ríos blanqueños. Dios cuide de este gran sacerdote, que se desgastó sin condiciones por su prójimo”, manifestó.

PERSECUCIÓN NO PARA

Desde el 2018, la investigadora Martha Molina autora del informe Nicaragua: ¿Una Iglesia perseguida? ha documentado al menos 80 casos de miembros de la Iglesia católica que han tenido que abandonar Nicaragua, ya sea porque fueron expulsados, desterrados o se le negó el ingreso al país.

El régimen de los Ortega-Murillo mantiene una guerra contra la Iglesia católica de Nicaragua, mantiene en prisión a monseñor Rolando Álvarez, ha congelado todas las cuentas bancarias de las diferentes diócesis y ha prohibido las manifestaciones religiosas.