Laura Chinchilla tilda de "arrebato de insensatez" la confiscación del Incae

La expresidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, calificó como “un arrebato de insensatez” la cancelación de la personería jurídica y confiscación de los bienes del Instituto Centroamericano de Administración de Empresas (Incae) por parte del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.

"En un arrebato más de arbitrariedad e insensatez el régimen Ortega-Murillo cancela la personería jurídica de Incae en Nicaragua y toma sus instalaciones. Al igual que lo hemos hecho con los miles de perseguidos políticos, Costa Rica seguirá brindando abrigo a esta gran institución”, manifestó la expresidenta.

El Incae tiene dos campus, el Francisco de Sola en Nicaragua, inaugurado el 20 de junio de 1969, y el Walter Kissling Gam en Costa Rica, ambos son sedes de la prestigiosa escuela de negocios. 

“Las sedes hermanas trabajan en estrecha colaboración, y operan de forma homóloga en la preparación académica de talento profesional”, señala información oficial del Incae Nicaragua, ubicado en la zona conocida como Montefresco, a unos 30 minutos de la capital Managua. 

Este campus cuenta con viviendas estudiantiles, sucursal bancaria, gimnasio, tienda de conveniencia, centros de estudio, áreas deportivas para practicar fútbol, tenis, un área de piscina, entre otros.  

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Este lunes la ministra de Gobernación, María Amelia Coronel, a través de un acuerdo ministerial señala que el Incae no han presentado sus estados financieros correspondientes a 2020, 2021 y 2022 y que además "se detectaron inconsistencias en los estados financieros de los periodos 2015-2019, se incumplieron los requisitos legales establecidos para la recepción de donaciones y no se registraron como agentes extranjeros".

"Lo referido al destino de los bienes muebles inmuebles de conformidad a lo establecido en el artículo 47 párrafo 2 del Reglamento de la Ley No.1115, corresponderá a la Procuraduría General de la República, realizar el traspaso
inmediato de estos a nombre del Estado de Nicaragua", detalla el acuerdo.

ORTEGA LA PASA FACTURA AL INCAE

El economista Juan Sebastián Chamorro señala que el régimen de los Ortega-Murillo le pasó la “factura” al Incae por su “posición coherente de buscar una solución a la crisis desde el 2018”.  “La dictadura cavernaria no quiere dejar nada en pie que signifique pensamiento o educación independiente”, denunció Chamorro, uno de los 222 presos políticos que fue desterrado a Estados Unidos el pasado 9 de febrero.

Añadió que el Incae fue fundado a instancia del expresidente John F. Kennedy junto a la Universidad de Harvard y liderazgos empresariales de Centroamérica y la tecnología y enseñanza que impartió a líderes de la región esa no la pueden borrar.

“Afortunadamente el Incae tomando previsiones ya había trasladado la mayor parte de sus operaciones a Costa Rica, precisamente por todas estas tragedias, y va a continuar trabajando, pero es una barbaridad, un abuso, una barbarie que se hayan robado el Incae”, apuntó Chamorro. 

El exembajador de Nicaragua en la OEA, Arturo McFields, señaló a la dictadura de Nicaragua como “oscurantista”, ya que hace un poco más de un mes confiscó las instalaciones de la Universidad Centroamericana (UCA), y las rebautizó como Casimiro Sotelo sin que hasta ahora tenga fecha de arranque del segundo semestre. 

“En Nicaragua se han confiscado museos, templos, periódicos, televisoras, oenegés. La cleptocracia pura y dura”, denunció McFields. 

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El economista Manuel Orozco considera que la confiscación del Incae es parte de la eliminación del pluralismo en Nicaragua y parte de lo que denomina “plan de radicalización talibanesca” que el régimen comenzó a poner en marcha luego del “fraude electoral de 2021”.

“Ahí el régimen constató que su permanencia en el poder sólo era posible cambiando el sistema de gobierno democrático por un estado totalitario con características tropicalizadas del talibán”, apunta Orozco. 

Expone que el Ortego-Murillismo es un clan dentro de una tribu, el cual ha puesto su propio credo y sistema de creencias que se basa en la imagen de Ortega. 

“Todo esto está respaldado intelectualmente por el nacionalismo árabe, el Islam y la 'democracia directa' de (Muammar) Gaddafi. Ahí el clientelismo es la característica transaccional [oportunista] que conecta al régimen y a sus seguidores a través de agentes de poder”, expone Orozco.

Agrega que los planes de Ortega y Murillo es convertir a Nicaragua en un Estado basado en el agro, pero donde se permita la presencia de zona franca, de mineras, y otros negocios externos toda vez que estos no estén ligados a las actividades internas del país.

Por su parte, la Fundación para la Libertad de Nicaragua expresó su repudio por el “robo descarado" de una institución como el Incae, que es un “referente académico" de la región.

MURILLO CRITICÓ AL INCAE ANTES DEL CIERRE

El pasado 28 de agosto, luego de la confiscación de la UCA, Rosario Murillo enalteció un artículo de opinión que desacreditaba la labor que realizó la Universidad Centroamericana (UCA) y el Incae, este último sede del segundo diálogo nacional.

“Si la extinta UCA nace como punta de lanza ideológica para responder masivamente y constituirse en muro de contención ante el poderoso mensaje de redención social de los condenados de la tierra en Centroamérica, el Incae nace con el apoyo del presidente Kennedy, para preparar a los administradores de una emergente y fuerte economía centroamericana, fieles 'a los valores éticos de un liderazgo responsable'. Lo cual significaba realmente fieles a las pautas dictadas por una sociedad de consumo capitalista y explotadora”, señala el artículo de opinión publicado en todos los medios oficialistas.

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Murillo lanzó una serie de descalificaciones y dijo que tanto la UCA como el Incae fueron creados como “organismos de dominación” y de “sometimiento”. 

“Recomendamos la lectura de ese trabajo que nos arroja más luces sobre las sombras que nos impusieron ellos, los mezquinos, los miserables, los disfrazados de cordero, cuando la verdad verdadera es que eran lobos que aullaban y desgarraban la piel de los nicaragüenses”, vociferó Murillo.