Rosario Murillo descarta la libertad de monseñor Álvarez e insiste en el destierro como la única “solución necesaria” 

El destierro es la única “solución necesaria” que ve Rosario Murillo para resolver el “desafío” que tiene el régimen con la Iglesia católica en Nicaragua y descarta de lleno otorgar la libertad incondicional a monseñor Rolando Álvarez, quien se negó por tercera vez a salir del país junto a otros 12 sacerdotes presos políticos enviados al Roma.

“El camino es hacia el futuro. No se camina para atrás, no se camina hacia el pasado. Hay quienes pretenden reencontrarse con un pasado que no fue nada constructivo”, dijo Murillo a través de medios oficialistas sin mencionar directamente al obispo de Matagalpa, condenado a 26 años de prisión por supuesta “traición a la patria”. 

Rosario Murillo se refirió este jueves al destierro impuesto contra los sacerdotes de diversas diócesis de Nicaragua, quienes llegaron esta mañana a Roma.  

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“Ese acuerdo que se logró representa la voluntad y el compromiso permanente de buscar y encontrar las soluciones en reconocimiento y aliento de tanta fe, confianza y esperanza que nos anima a los creyentes nicaragüenses”, señaló sancionada funcionaria. 

El Vaticano confirmó que el destierro de los sacerdotes fue una petición directa de la dictadura, a la que accedió. “Fueron conversaciones positivas, fructíferas, constructivas que contaron con la intercesión de altas autoridades de la Iglesia católica en Nicaragua y el trabajo que se hace con prudencia, discreción y paciencia para alcanzar las soluciones necesarias que fortalezcan, aseguren y defiendan la paz”, aseguró Murillo.  

ROLANDO ÁLVAREZ SE RESISTE AL DESTIERRO 

La de ayer fue la segunda expatriación múltiple de presos políticos por vía aérea que se ordena desde Managua, pero marca un hito en las prácticas represivas de la dictadura, pues se trata del primer vuelo de destierro de sacerdotes. Una evidencia sin claroscuros de la grave persecución que enfrenta la Iglesia de Nicaragua, la peor en tiempos de dictadura, según analistas. 

Fuentes eclesiásticas han indicado que monseñor Rolando Álvarez quiere ser libre en Nicaragua y ejercer sin condiciones su ministerio episcopal al que tiene derecho. La única forma posible de hacer que se vaya es que reciba una orden directa del papa Francisco, a quien debe obediencia. 

El anuncio de la expatriación de los sacerdotes a Roma encendió de inmediato la alarma sobre la situación del obispo Álvarez, de quien Ortega y Murillo se han declarado enemigos en más de una ocasión.  

“No se quiso ir”, así responde a DESPACHO 505 una fuente policial que ha tenido acceso al proceso de captura y destierro de todos los sacerdotes que la dictadura mantenía en sus cárceles, a excepción del obispo Álvarez. 

Finalmente, Rosario Murillo se mostró abierta a mantener un canal de comunicación con la Santa Sede para encontrar “las mejores soluciones a cada uno de los desafíos o retos que nos corresponde enfrentar”.