Daniel Ortega cumple 78 años convertido en el líder de la peor dictadura de Nicaragua

El sandinista Daniel Ortega, en el poder en Nicaragua desde 2007, cumple este sábado 78 años de edad convertido en el peor dictador de la región. Acusado de crímenes de lesa humanidad y de instaurar un régimen dinástico que ha derivado en un grave deterioro de los derechos humanos, con una política implacable contra los opositores, la sociedad civil y la iglesia católica.

También es el líder latinoamericano más longevo -junto al brasileño Luiz Inácio Lula da Silva- y la persona que más tiempo ha retenido el control del país: desde el 10 de enero de 2007 a la fecha, es decir, 16 años, 9 meses y 1 día. Con el tiempo que acumula al frente del país superó al dictador Anastasio Somoza García, el padre de esa dinastía familiar contra la que Ortega se alzó hasta su caída en 1979.

Nacido el 11 de noviembre de 1945 en La Libertad, Chontales, Ortega, que dice ser católico, se erige como el peor persecutor de la Iglesia en Nicaragua, de la disidencia, los medios de comunicación y la sociedad civil organizada.

Ha desterrado y desnacionalizado a más de 300 nicaragüenses, mantiene en prisión al obispo de la Diócesis de Matagalpa Rolando Álvarez y a al menos 91 presos políticos.

Hoy Ortega solo ha recibido mensajes de “¡Feliz cumpleaños!” de los líderes más cuestionados del mundo: los dictadores Nicolás Maduro y Miguel Díaz-Canel; su aliado ruso Vladimir Putin y el chino Xi Jinping, el nuevo socio en quien ha puesto sus esperanzas en obtener cooperación internacional. 

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Con China pretende implementar megaobras como la reconstrucción, ampliación y mejoramiento del aeropuerto internacional Punta Huete Panchito; un ferrocarril Managua-Masaya- Granada y la formulación del Plan Maestro Ferroviario Managua-Corinto-Bluefields y proyectos hidroeléctricos Mojolka y Tumarín entre otros, todos bajo oscuros procedimientos con empresas chinas.

CRISIS EN EL PODER JUDICIAL

En los últimos años el dictador Ortega ha ejercido el poder en Nicaragua con mano férrea, principalmente sobre sus aliados. Mantiene el control de todos Poderes del Estado incluida la Corte Suprema de Justicia (CSJ), donde recientemente avaló una "limpieza" dirigida por Rosario Murillo que alcanzó a la presidenta Alba Luz Ramos, y a los magistrados Yadira Centeno y Virgilio Gurdián. También ordenó una barrida de jueces, magistrados de Apelaciones y a funcionarios del Poder Judicial.

También, maneja a su antojo las alcaldías en los 153 municipios del país y la Asamblea Nacional, poder que ha utilizado para fabricar leyes represivas.

CANDIDATO ÚNICO

Daniel Ortega también ha sido el eterno líder del partido Frente Sandinista de Liberación Nacional, partido del que ha sido candidato único en las elecciones de 1984, 1990, 1996, 2001, 2006, 2011, 2016 y 2021.

Ortega retomó el mando del Ejecutivo el 10 de enero de 2007, antes coordinó la junta de gobierno de 1979 a 1985 y gobernó Nicaragua entre 1985 a 1990.

Perdió el poder en las elecciones del 25 de febrero de 1990 frente a Violeta Barrios de Chamorro -ahora exiliada en Costa Rica- y sumó tres derrotas consecutivas en las urnas, hasta que ganó las presidenciales de noviembre de 2006 ante una oposición dividida y con el apoyo del fallecido presidente de Venezuela Hugo Chávez.

JEFE DE LA POLICÍA Y DEL EJÉRCITO

En la actualidad mantiene el control absoluto sobre el Ejército y Policía, lo que le ha valido para someter a la población desde 2018, tras desmantelar las manifestaciones ciudadanas, que le exigían entregar el poder, mediante un operativo armado que dejó más de 300 muertes.

A partir de entonces somete al país a la peor crisis social, política y económica que ha provocado un éxodo político sin precedentes. Además, ordenó encarcelar y expulsar a opositores; confiscó los medios de comunicación 100% Noticias, Confidencial, La Prensa y al menos 35 emisoras. También ha ilegalizado y expropiado universidades, entre ellas la jesuita Universidad Centroamericana (UCA) y la Universidad Politécnica de Nicaragua (Upoli).

Hace unos días el embajador de Uruguay ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Washington Abdala, calificó a la dictadura de Daniel Ortega como “una de las peores del continente”, por las sistemáticas violaciones a los derechos humanos. 

El alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Volker Türk, señaló que “castigar y encerrar a quienes expresan sus opiniones, e intensificar aún más el aislamiento del país, son políticas que no sirven a los intereses del pueblo nicaragüense, ni siquiera de las autoridades".

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HA ELIMINADO MÁS DE 3 MIL OENEGÉS

Nadie se escapa de la represión del orteguismo, ni sacerdotes, monjas, empresarios, periodistas ni los organismos sin fines de lucro. En un reciente informe la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) cifró en 3,390 las oenegés ilegalizadas entre el 18 de abril de 2023 y el 31 de agosto de 2023, de un total de 7.227 organizaciones registradas legalmente en el país hasta 2018.

“Este contexto constituye uno de los casos más graves en la región, frente a medidas estatales que restringen que las personas y grupos expresen sus opiniones libremente y participen en la toma de decisiones”, destaca el informe denominado Cierre del Espacio Cívico en Nicaragua. 

A eso se suma que ha forzado al exilio a decenas de miles de nicaragüenses y este año canceló la personería jurídica del partido indígena Yatama, previo a las elecciones regionales previstas para marzo del 2024.

Esta misma estrategia utilizó en el 2021, previo a las elecciones nacionales también le canceló la personería jurídica al menos a tres partidos políticos, el Partido Conservador (PC), Ciudadanos por la Libertad (CxL) y Partido de Restauración Democrática (PRD)

ACUSADO DE VIOLACIÓN

Uno de los escándalos que han ensombrecido la figura pública de Ortega fue la acusación en 1998 de Zoilamérica Narváez, hija de Rosario Murillo, que aseguró ante un tribunal que su padrastro abusó sexualmente de ella desde que tenía 13 años.

Ortega, que recibió el apoyo de su madre y de Murillo, finalmente apeló a su inmunidad parlamentaria y la jueza del caso, Juana Méndez, ahora magistrada de la Corte Suprema, consideró que había prescrito y lo archivó.