¿El retiro del embajador de Nicaragua en Argentina abre el camino a una ruptura diplomática entre ambos países?

El régimen de Daniel Ortega ha dado un paso más en su política de autoaislamiento de las democracias latinoamericanas al retirar llamar a Managua a su embajador en Argentina, Carlos Midence. La abrupta salida de Buenos Aires del diplomático orteguista es una protesta de Ortega por las declaraciones del presidente electo Javier Milei en contra de su régimen autoritario.

Es una reacción en el marco diplomático que muestra la incapacidad del orteguismo al diálogo con el que, además, intenta anticiparse a una futura acción de Milei, quien en varias ocasiones dejó claro que no le interesa acercamiento con dictadores, en referencia a Nicolás Maduro, Miguel Díaz Canel y el veterano líder sandinista, explican expertos.

“Nuestro embajador regresa, con la dignidad en alto, porque somos el pueblo digno de Darío y de Sandino”, se limitó a decir Rosario Murillo este lunes.

La decisión que profundiza la tensa relación de Managua con Buenos Aires, se da a seis días antes de la toma de posesión de Milei, prevista para el 10 de diciembre. Según una nota de la Cancillería de Nicaragua, la decisión fue por las “reiteradas declaraciones y expresiones de los nuevos gobernantes”. 

Hasta el momento, Milei no ha expresado su opinión sobre la decisión de la dictadura de Nicaragua.

EL RETIRO DE MIDENCE NO ES NECESARIAMENTE UNA RUPTURA

El presidente de la Fundación Libertad, Félix Maradiaga considera que en términos diplomáticos cuando un país retira a su embajador es para expresar su protesta, sin romper relaciones diplomáticas, por acciones que ha tomado el país anfitrión y se conoce como “descenso en el nivel diplomático”.

El retiro de un embajador no significa el cese de todas las relaciones diplomáticas, pero podría ser un paso previo como la ruptura total, detalla Maradiaga.

“El hecho de que haya sido Nicaragua, es decir la dictadura de los Ortega, la que haya tomado esa medida unilateral, presenta al régimen como lo que es: inflexible, y cerrado a cualquier capacidad de diálogo diplomático”, advierte Maradiaga.

Agrega que la dictadura de los Ortega-Murillo está “autoaislada” y perdiendo espacio en foros internacionales “y con ese exabrupto diplomático se aísla aún más”, de las democracias latinoamericanas y del mundo occidental. También considera que afianza su relación con las tiranías más “perversas del mundo” como Corea del Norte, Irán, Eritrea y China entre otros.

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Al ex reo político le parece “poco convencional” el retiro de Midence cuando Milei todavía no ha tomado posesión en el cargo de Presidente de Argentina.

“La decisión es claramente una medida política para adelantarse a las acciones que podría tomar el nuevo presidente de Argentina frente a la dictadura de Nicaragua”, anota Maradiaga.

RELACIÓN ENTRE MANAGUA Y ARGENTINA SERÁ TENSA

El medio Infobae hace unos días informó que el presidente electo de Argentina había decidido excluir de la ceremonia de asunción a los dictadores de Irán, Venezuela, Cuba y Nicaragua. Juan Sebastián Chamorro, exaspirante a la presidencia de Nicaragua señala que probablemente esta podría ser una de las razones del retiro de Midence.

“Esto (el retiro del embajador de Nicaragua) tiene una implicación más que todo política, va a haber una relación tensa, con un presidente que es bastante efusivo en sus expresiones en contra de los dictadores”, valora Chamorro.

Milei durante su campaña expresó que no promovería las relaciones diplomáticas con China, Venezuela, Cuba y Nicaragua.

Chamorro considera que Ortega podría se está “curando en salud” ante las declaraciones de Milei y así dejar las relaciones al mínimo nivel, “aunque no se podría descartar la ruptura porque todo puede pasar con estos señores Ortega-Murillo”.

ORTEGA PERDIÓ A UN ALIADO CON EL TRIUNFO DE MILEI

Agrega que las relaciones entre Managua y Buenos Aires son principalmente políticas. Con el triunfo de Milei, Ortega perdió un aliado, a pesar de los altibajos en las relaciones con el actual presidente Alberto Fernández, con quien tuvo un choque en noviembre de 2021, cuando Argentina respaldó la resolución de la Organización de Estados Americanos (OEA) que desconocía el resultado electoral que lo atornilló al poder.

Chamorro añadió que a pesar de que Argentina enfrenta serios problemas económicos, es una nación con influencia en los foros internacionales, apoyo que pierde la izquierda latinoamericana. 

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En los últimos días de noviembre, Diana Mondino, aclaró en una entrevista al diario El Clarín que el Gobierno de Milei no contemplaba cortar las relaciones diplomáticas con las dictaduras de Nicaragua, Cuba y Venezuela.

 “Varía mucho, pero romper relaciones con un país no ayuda a ese país a solucionar sus problemas. La intención es que tengamos una representación lo más completa posible. Si reducís el vínculo, ¿Cómo ayudas a la población que está sometida?”, explicó la futura canciller.

Maradiaga, por su parte, manifestó que la postura crítica de Milei fue la principal motivación para el retiro del embajador Midence.

Alexa Zamora, defensora de derechos humanos, expresó que habría que ver cuál será el siguiente paso de Ortega, si dejará la sede diplomática en manos de un encargado de negocios, un funcionario de menor rango o si se inclinará por la ruptura diplomática.

“La ruptura diplomática tiene un impacto serio, esto implica una crisis, en cómo se relacionan los Estados”, detalla Zamora.

RELACIÓN DE ANTIBAJOS

La dictadura de Ortega y Murillo ha mantenido con el actual mandatario Alberto Fernández  una relación diplomática de altibajos. En junio del 2021, los gobiernos de México y Argentina llamaron a sus respectivos embajadores a sus capitales para realizar consultas sobre “las preocupantes acciones políticas-legales” del régimen para impedir a la oposición participar en las elecciones presidenciales de ese año. 

En septiembre, Ortega rechazó la candidatura de Argentina para ocupar la presidencia Pro-Tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), ya que consideraba que Fernández y su canciller han hecho pronunciamientos, "informando con gran ruido mediático, que ´trabajan con Estados Unidos para resolver la situación de Nicaragua'".

En noviembre del mismo año, Buenos Aires decidió que el embajador Daniel Capitanich, retomará de nuevo su puesto tras casi cinco meses de haber sido llamado a consulta.

El 7 de enero del 2022, Ortega cambió su voto y apoyó a Fernández, para alcanzar la presidencia de la Celac. Pero las relaciones volvieron a elevarse tres días más tarde cuando el dictador de Nicaragua en el acto de autoinvestidura recibió al terrorista iraní Mohsen Rezaí  a quien  relacionan con el atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), en 1994. 

En agosto del 2022, se dio otro altercado cuando Ortega llamó “traidor” a Fernández por la retención de un avión venezolano-iraní por posibles nexos con el terrorismo.