Monseñor Silvio Báez recuerda a los poderosos que es "inútil querer ser dioses"

Monseñor Silvio Báez recordó a quienes abusan del poder que "somos del polvo" y que la vida no es para dominar, acumular y destruir

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  • February 14, 2024
  • 03:43 AM

Este Miércoles de Ceniza, que marca el inicio del tiempo litúrgico de cuarenta días que los cristianos dedican a la preparación de la Pascua, el obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio Báez expresó una dura crítica a quienes dedican su vida a ejercer dominio: "Inútil querer ser dioses".

El jerarca que desde el exilio alza la voz para denunciar la crueldad de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, compartió el presagio bíblico de la vida: «Polvo eres y al polvo volverás» para recordar a quienes ejercen poder que "la vida no es para dominar".

"Somos polvo de la tierra a la cual volveremos. Polvo amado por Dios, con vocación de eternidad, pero polvo al fin. Inútil querer ser dioses. La vida no es para dominar, acumular y destruir. Es para convivir, compartir y hacer el bien", exhortó el obispo sin hacer alusión directa a quienes en Nicaragua ostentan el poder por la fuerza.

https://twitter.com/silviojbaez/status/1757737257178439836?s=20

CONTRA LOS ABUSOS

El religioso, que se ha ausentado del servicio eucarístico que ofrecía desde la Iglesia Santa Agatha, de Miami, esta vez, tampoco se ha referido a la compleja situación que enfrentan tanto la sociedad nicaragüense como la Iglesia.

Tras una visita a Roma el pasado 20 de enero, invitado por el papa Francisco, el religioso nicaragüense ha cambiado el púlpito, desde donde mantenía en alto su voz contra la dictadura en Nicaragua, por mensajes en redes sociales en los que reflexiona de manera indirecta sobre el abuso de poder.

Báez lleva cinco años en el exilio, pero el Papa ha decidido no separarlo de su cargo como obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua. Así se lo hizo saber en su reciente encuentro, el cual se produjo una semana después del destierro a Roma de monseñor Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa; monseñor Isidoro Mora, obispo de Siuna; quince sacerdotes y dos seminaristas que estaban detenidos injustamente en Nicaragua.

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