Coronavirus: Nicaragüenses les cierran las puertas a los brigadistas de salud de la dictadura
Ciudadanos de diversos puntos del país compartieron vídeos en redes sociales en lo que criticaban a simpatizantes de la dictadura, que se desplazaron a brindar medidas de prevención para contener el coronavirus. .


- March 22, 2020
- 01:05 PM
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Ciudadanos de diversos puntos del país compartieron vídeos en redes sociales en los que criticaban a simpatizantes de la dictadura, que se desplazaron a brindar medidas de prevención para contener el coronavirus. .
“En esta cuadra nos cuidamos. ¡Fuera de aquí, fuera, fuera!”, gritan dos mujeres, mientras se graba en vídeo a un grupo de simpatizantes del régimen de Daniel Ortega que se desplazaban por algún punto de la capital Managua a orientar medidas de prevención del coronavirus, pero que fueron rechazadas por los ciudadanos, que demandan mayor contundencia a la dictadura ante la pandemia que ya acecha al país con dos casos de contagio.
Esa escena demuestra la contradicción que vive Nicaragua. Mientras el Gobierno llama a sus ciudadanos a marchar, y a darle la bienvenida al coronavirus con “amor”, en una medida sin precedentes en salud, gran parte de la población se confina sin esperar que la máxima autoridad dicte algún decreto que los obligue a permanecer en las residencias. “Tenemos que tomar nuestras propias medidas”, dice Marta Pérez, habitante del barrio Costa Rica, en Managua.
Al parecer, los ciudadanos son los únicos que entienden de la gravedad de una pandemia que ya ha contagiado a 300,000 personas y matado a otras 14,000 a nivel mundial. Este domingo las calles de la capital Managua permanecieron desoladas, mientras negocios en el mercado Oriental, el más grande de la región, cerraron sus puertas. El miedo a contraer el virus aumenta cuando se piensa en lo frágil del sistema de salud público de Nicaragua. “Nuestras vidas están expuestas, y tenemos que cuidarnos”, comenta al teléfono otro ciudadano del barrio Pedro Joaquín Chamorro, una de las zonas más pobres de la capital.
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Tras conocerse el primer caso de coronavirus, esta semana, la vicepresidenta Rosario Murillo, y esposa de Daniel Ortega, anunció que 250,000 simpatizantes de su partido el Frente Sandinista, entre médicos, trabajadores de instituciones y de los llamados Consejos del Poder Ciudadano (CPC), se desplazarían para visitar un millón de hogares de Nicaragua para compartir medidas de prevención, que básicamente apuntan a una exhaustivo lavado de manos, que si bien contribuye a evitar a contagios, no es lo más importante.

La Organización Mundial de la Salud (OM) ante la magnitud de la emergencia ha orientado a los gobiernos del mundo a poner en cuarentena a los ciudadanos y ha recomendado el distanciamiento social como barrera de contención de los contagios. Todos los países de Centroamérica se han declarado en emergencia y mantienen confinamientos. Sin embargo, Ortega ni siquiera ha cedido al cierre de fronteras, aunque técnicamente Nicaragua lo está porque Costa Rica y Honduras ya tomaron esa medida.
El malestar contra la inacción del régimen se demostró en una encuesta de la firma CID-Gallup: El 78% de los consultados consideró que el Ministerio de Salud no tiene la capacidad para afrontar la pandemia, mientras que el 82% teme contagiarse de coronavirus. Esa reprobación se demostró hoy en las casas del país visitada por los funcionarios de la dictadura.
Según el medio oficialista El 19 Digital entre viernes y sábado las brigadas realizaron 453,347 visitas. Esta acción desoye las recomendaciones de la OMS que ha sugerido evitar las aglomeraciones. El régimen se empeña en mantener actividades culturales y el Plan Verano 2020.
En otro vídeo hecho viral, otra mujer graba el momento en que llega una funcionaria de la dictadura. “¿Qué quería?, le pregunta.
—“Le andamos haciendo una visita. Solamente recordarle sobre las prevenciones del coronavirus”, responde.
La propietaria, sin el mínimo, reparo señala: “Esa mierda ya la sé, no quiero saber ni verga de ustedes”. Y da la vuelta.
La indignación nacional se elevó en la madrugada de este domingo cuando una mujer sospechosa de coronavirus, por estar en contacto con el segundo paciente confirmado, denunció desde sus redes sociales que llevaba más de 24 horas en el Hospital Alemán Nicaragüense sin ser atendida. “Aquí uno viene a morirse”, dijo. La ciudadana dejó el hospital y puso en evidencia las flaquezas de un sistema sanitario que carece de un protocolo ante la pandemia.
Esta denuncia pública incluso puso en alerta a los ciudadanos sobre cómo el Gobierno está manejando la amenaza del coronavirus. Marta la mujer del barrio Costa Rica está clara que la acción debe venir de ella, y es por eso que orientó a su hija dejar de ir a clases y su marido permanecerá en casa porque la empresa donde trabaja orientó que siga con labores a distancia.
Se declara en cuarentena y eso incluye cerrarles la puerta a las brigadas de la dictadura.