Padre Juan de Dios Garcías: No hay noches oscuras que dure para siempre

El padre Juan de Dios Garcías exhortó este domingo a la feligresía católica a confiar en Dios, aun cuando parezca que el mal ha vencido, porque “no hay noche que dure para siempre”.

El religioso dijo que es normal que las personas teman a las sombras, porque hablar de sombra es hablar de violencia, persecución, robo, injusticias, y calumnias, pero que al final, el mal se devora a sí mismo.

“Hay luces y sombras y normalmente las sombras nos preocupan, nos inquietan. ¿Cuáles son esas sombras? La violencia, la persecución, el robo, las injusticias, las calumnias, esta oscuridad nos causan inseguridad, miedo y preocupación”, indicó.

Agregó que Dios “no ignora los problemas de los pueblos, y aunque puede parecer que el mal está ganando el terreno, no es así, Dios tiene un proyecto para el mundo. Dios tiene un proyecto para nuestros pueblos y no olvidemos que es más poderoso que el mal”.

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“No hay noches oscuras que duren para siempre, es más el mal se termina devorando así mismo”, recalcó.

Durante la homilía dominical, el padre Juan de Dios Garcías recordó el pasaje bíblico de San Marcos, cuando los discípulos iban en la barca y mientras Jesús dormía, inició la tempestad del mar, fue necesario despertarlo para que todo volviera a la calma.

“El evangelio de San Marcos nos asegura que nunca estamos solos en las tempestades de nuestras vidas, rompe todo tipo de ataduras malignas hasta ir a la otra orilla”, dijo.

Añadió que la tormenta y la tempestad simbolizan las graves amenazas a las que se ve envuelta la Iglesia en su camino, porque el mal busca obstaculizar de cualquier manera que se difunda el evangelio”.

“La iglesia siempre navega sobre mares embravecidos”. El sacerdote recordó que el mayor pecado para un apóstol es el miedo. “El miedo de un apóstol es el primer aliado de sus enemigos. Esto decía este cardenal (Juan Pablo II) en la época del comunismo en Polonia, donde se daba una fuerte persecución contra la iglesia”.

“Queridos hermanos, ante un mundo viejo y podrido que odia, que mata, que es egoísta, interesado, alejado de Dios. El amor de Dios ha de padecer, ha de sufrir, pero recordemos que sobre todo, el amor de Dios ha de vencer”, reiteró.

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Juan de Dios Garcías citó el Proverbio 4 para pedirle a la feligresía que no imiten el mal, porque Jesús es capaz de romper la arrogancia.

“En nuestro mundo, en nuestra sociedad, en nuestros pueblos, dice el libro de los Proverbios en el capítulo cuatro: no sigas el camino del perverso, ni trates de ser como ellos. Aléjate del mal, no te acerques a él. Pasa de largo y no te detengas, los perversos no descansan hasta hacer el mal y no pueden dormir hasta que no le hacen daño a alguien”, citó.