El Colectivo de Derechos Humanos pide a la comunidad internacional "no callar" ante cierre masivo de oenegés
Entre el 19 y el 22 de agosto, la dictadura orteguista ha ordenado el cierre y confiscación de 1,651 organizaciones, la mayoría religiosas y empresariales.
- Managua, Nicaragua
- August 22, 2024
- 04:12 PM
- Despacho 505
- Copyright Despacho 505
El Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más instó a la comunidad internacional a no guardar silencio ante el cierre masivo de organizaciones religiosas y de la sociedad civil perpetrado por la dictadura de Daniel Ortega.
La solicitud del organismo defensor de derechos humanos, que opera desde su exilio en San José, Costa Rica, llegó este 22 de agosto, Día internacional en conmemoración de las víctimas de actos de violencia basados en la religión o la creencia.
El organismo recordó a las víctimas de la persecución religiosa en Nicaragua que ha acabado con el destierro de 53 sacerdotes y el exilio de más de 200 religiosos entre monjas y laicos que han sido alcanzados por la represión de Ortega contra la Iglesia católica de Nicaragua.
Lea: Ortega aniquila las gremiales empresariales de Nicaragua
“Este Colectivo hace un llamado a la comunidad internacional y a todos los nicaragüenses a no permanecer en silencio ante estas violaciones de derechos humanos. Es fundamental que nos unamos en defensa de la libertad religiosa, la dignidad humana y el respeto. A las naciones democráticas, les pedimos que realicen las acciones pertinentes a Ortega y Murillo para que respete a los religiosos y las iglesias, que son santuarios de fe y comunión”, señaló el Colectivo d Derechos Humanos.
Los abogados defensores también denunciaron que desde el año 2018, al menos 53 sacerdotes han sido desterrados por la dictadura.
“En Nicaragua, lamentablemente, hemos sido testigos de un contexto alarmante en el que la libertad religiosa se ha visto gravemente atacada con al menos 53 religiosos desterrados, sumados a las más de 200 personas religiosas en el exilio que incluyen obispos, sacerdotes y evangélicos. Esto ha creado un vacío espiritual y angustia en la población nicaragüense que sufre los embates de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Estas acciones no solo constituyen un ataque a individuos, sino una agresión a la esencia misma de la vida comunitaria y espiritual de los nicaragüenses”, denunció el organismo.
El pasado lunes, el régimen, a través del Ministerio del Interior, canceló 1,500 organizaciones sin fines de lucro, más de la mitad pertenecen a las iglesias Católica y Evangélica.
El régimen impone terror entre la sociedad
Desde el año 2018, el régimen ha desatado una feroz persecución contra la Iglesia católica, con asedios y profanaciones, así como vigilancia a los sacerdotes con el fin de silenciarlos y encarcelarlos.
“El asedio policial a las iglesias y la destrucción, sabotaje y vandalismo de lugares sagrados como la bomba incendiaria contra la Capilla de la Sangre de Cristo que provocó la destrucción de la imagen resguardada en la Catedral de Managua, el 31 de julio del año 2020, busca sembrar el miedo en nuestra sociedad. Las iglesias más atacadas en Nicaragua están en Masaya, Managua, Jinotepe, Diriomo, Matagalpa y Madriz, donde la población salió a las calles masivamente contra la dictadura en el marco de las protestas iniciadas en abril de 2018”, puntualizó el organismo.
El Colectivo también denunció el cierre masivo de organizaciones de la sociedad civil, que entre el 19 y el 22 de agosto, la dictadura ha dejado a 1,651 organizaciones ilegalizadas.
Con la cancelación de 151 personerías jurídicas de este 22 de agosto, el régimen desaparece y confisca a las todas organizaciones gremiales empresariales.
Lea más: Ortega nombra a Carlos Sáenz viceministro de Salud
“En este día, reafirmamos nuestro compromiso con la paz, la justicia y el respeto a los derechos humanos en Nicaragua y en el mundo. ¡No olvidemos a quienes han sido forzados al exilio por causa de su fe porque su memoria inspira a seguir luchando por una Nicaragua libre y democrática!”, finalizó el organismo defensor de los derechos humanos de los nicaragüenses.