Imponen cadena perpetua revisable a femicida del Hospital Militar

La jueza determinó que el femicidio se cometió con alevosía y ensañamiento, porque después de asesinar a su expareja se burlaba de su cadáver.

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Despacho 505
  • Managua, Nicaragua
  • October 23, 2024
  • 09:51 AM

Geovanny Alexander Fonseca Mendieta, el femicida que el pasado 21 de agosto asesinó a su expareja Erika Judith Martínez, de 34 años, en la capilla del Hospital Militar de Managua, por negarse a regresar con él, fue sentenciado a prisión perpetua revisable.

La sentencia fue dictada el pasado 18 de octubre por la jueza Quinto de Distrito Especializado en Violencia de Managua, Henriette Casco Batres, quien determinó que el vigilante Geovanny Alexander Fonseca Mendieta cometió el crimen con alevosía y ensañamiento, ya que la trasladó a la fuerza a la capilla del hospital para que nadie la pudiera auxiliar.

La víctima trabajaba en el Hospital Militar y a inicios de febrero de este año decidió terminar la relación porque le impedía que se comunicara con sus familiares y amistades. Además, la agredía física y verbalmente.

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De acuerdo con la acusación, la relación de pareja duró apenas un año y, una vez que ella decidió separarse de él, este continuó vigilándola y acosándola, y aunque el pasado mes de febrero lo denunció por violencia psicológica, la jueza Henriette Casco Batres lo dejó en libertad el 7 de marzo, al otorgarle un principio de oportunidad mediante la suspensión condicional de la persecución penal.

Aunque el vigilante se comprometió a no realizar ningún tipo de acto de violencia, ni amenaza en contra de la víctima, aprovechó que la juez lo dejó en libertad para continuar vigilando y siguiendo a Martínez. Fonseca Mendieta tenía prohibido comunicarse con ella.

La acusación detalla que llegaba a buscarla a su casa y al hospital para proponerle constantemente que restablecieran la relación de pareja, posteriormente empezó a amenazarla.

"Si no sos mía, no serás de nadie más, porque prefiero verte muerta que con otro hombre... Te voy a matar... Si no vas a estar conmigo, no vas a estar con nadie más, porque prefiero verte muerta", eran parte de las amenazas que le hacía a su expareja.

El femicida planificó el crimen

La amenaza de muerte la concretó el 21 de agosto. Ese día, desde horas tempranas, llegó al Hospital Militar a buscarla en su puesto de trabajo para insistirle que regresaran.

Al no lograr convencerla, esperó que saliera a las 5 de la tarde de su puesto de trabajo para sujetarla con fuerza de los brazos y trasladarla a la capilla del Hospital, donde le pidió por última vez que volvieran. Pero al ser rechazado una vez más, sacó el cuchillo que andaba oculto en la cintura y la asesinó.

La jueza señaló que además de cometer el femicidio con alevosía y ensañamiento, también cobra relevancia el hecho de que Fonseca Mendieta escogió un sitio sagrado para darle muerte a la víctima.

"Cobra relevancia que el acusado escogió como lugar para darle muerte a la víctima, la capilla del Hospital Militar Dr. Alejandro Dávila Bolaños, lugar considerado como un sitio sagrado, donde los creyentes acuden en busca de consuelo y misericordia ante el ser supremo Dios", señaló la judicial en la sentencia.

También argumentó que le impuso prisión perpetua revisable, porque el femicida expresó regocijo ante oficiales del Ejército, vigilantes y trabajadores del hospital que llegaron a tratar de auxiliar a la mujer cuando la estaba asesinando.

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