Fátima Vivas a Rosario Murillo: “Dejá de usar el nombre de mi hijo”
Rosario Murillo anunció la apertura de una estación policial con el nombre del oficial Faber Antonio López, pero su mamá señala a “los terroristas de El Carmen” como los responsables del asesinato de su hijo.


- July 14, 2020
- 01:00 AM
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Rosario Murillo anunció la apertura de una estación policial con el nombre del oficial Faber Antonio López, pero Fátima Vivas, su mamá, señala a “los terroristas de El Carmen” por el asesinato de su hijo.
Rosario Murillo anunció la inauguración de una estación policial en La Conquista, Carazo, bajo el nombre de Faber Antonio López Vivas, el oficial que, según su mamá, Fátima Vivas, fue asesinado por miembros de la Policía en julio de 2018 por negarse a reprimir las manifestaciones contra el régimen.
“Yo quiero que esta mujer (Rosario Murillo) deje de usar el nombre de mi hijo, porque mi hijo no es ninguna figura y no es ninguna marca para que ande haciendo campaña política y seguir queriendo engañar al pueblo nicaragüense”, dijo Fátima Vivas a DESPACHO 505
Murillo detalló que la estación se inaugurará el 24 de julio. Esta obra es una remodelación de una estación que ya existía bajo el nombre de otro agente policial. Ahora para la reapertura le cambian el nombre a Faber Antonio López Vivas.
“Fue asesinado ya sabemos por quiénes, el 8 de julio del año 2018”, anunció este lunes Rosario Murillo, sancionada por Estados Unidos por su responsabilidad en la represión a las protestas ciudadanas que dejaron al menos 328 muertos en el país.
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La manipulación y el uso del nombre de Faber Antonio López Vivas no es nueva, dice su mamá, Fátima Vivas. En el acto del 40 aniversario de la Revolución asegura que el régimen llevó a una “falsa esposa” del oficial y un curso de graduación de técnica canina de la Policía llevaba el nombre de su hijo.
“Mi hijo nunca fue asesinado por ningún terrorista, a mi hijo lo asesinaron los terroristas de El Carmen junto con la Policía, pero el pueblo azul y blanco de Nicaragua no es ningún terrorista. Somos el pueblo que hemos demandado libertad, justicia y democracia en nuestro país y por exigir nuestros derechos nos han arrebatado la vida de nuestros hijos y nos han mandado al exilio”, comenta Vivas.
Cuando Fátima Vivas escucha que el nombre de Faber Antonio López Vivas es mencionado por Rosario Murillo, dice sentir impotencia y rabia.
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“Deseara tener el poder para hacer que no sigan haciendo más daño, que no se sigan burlando del dolor de las madres que hemos perdido a nuestros hijos a causa de su obsesión de poder. Siento que me siguen quitando la vida poco a poco. Me quitaron a mi hijo y (con estos anuncios) siguen lastimándome la llaga que ya me hicieron”, afirma Fátima Vivas, ahora exiliada en España.
EL CRIMEN DEL OFICIAL
Faber Antonio López Vivas fue asesinado 48 horas después de pedir su baja por no estar de acuerdo con reprimir a los manifestantes. Su nombre apareció en los listados de víctimas del ataque armado que policías y paramilitares ejecutaron en las ciudades de Diriamba, Jinotepe y Dolores; la sanguinaria Operación Limpieza que dejó 29 muertos en un solo día.
A Fátima las autoridades policiales le aseguraron que su hijo de 23 años había sido asesinado de un disparo entre las cejas por “los terroristas”, pero sin ver su cadáver rechazó esa versión y señaló a la Policía como responsable.
En las últimas pláticas que sostuvo con Faber este le confesó que había sido amenazado por haberse rebelado a la orden de reprimir y pedir su baja del cuerpo policial.
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La versión policial certificada en el acta de defunción emitida por el Instituto de Medicina Legal, Fátima Vivas la refuta con las imágenes que guarda en su teléfono celular: Faber luce con el rostro desfigurado, tenía las uñas desprendidas, marcas de quemaduras hechas con cigarrillos, raspones y heridas provocadas con arma blanca, además de otras fracturas y moretones. Son signos de “tortura” sostiene su madre.
“Había sido arrastrado, le habían arrancado las uñas, le sacaron los ojos y le habían dado un golpe en el tabique nasal, que eso fue lo que llevó a mi hijo a la muerte, después de 24 horas de tortura”, refiere citando el dictamen de dos forenses privados que analizaron el cadáver.