POR MAURICIO GONZÁLEZ | 28-09-200

Nicaragua se mueve a ciegas frente a la pandemia de coronavirus. Aunque el país estuvo casi siempre en normalidad, el país intenta ahora volver al ritmo habitual que tenía antes de la pandemia sin que el régimen de Daniel Ortega haya ideado un plan para hacerlo. Lo más preocupante, dicen los especialistas, es que los ciudadanos también han relajado las medidas, más cuando persiste la amenaza de una segunda ola, como ya ha ocurrido en las demás naciones de Centroamérica. 

Muestra de esta vuelta a la normalidad es que más negocios continúan abriendo, los bancos atienden con normalidad y los estudiantes han vuelto a los colegios públicos y los vuelos empiezan a llegar al país. Incluso, la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) anunció el 26 de septiembre que abrirá las puertas de las iglesias católicas en Nicaragua a partir del 4 de octubre. Todas las diócesis, eso sí deben tener sus protocolos para recibir a la feligresía y disminuir la posibilidad de contagios. 

Pero desde mayo y junio, el país empezó a retomar actividades poco a poco. Ante la falta de datos oficiales sobre la cantidad de personas que fallecieron y se contagiaron durante ese primer brote, la nueva normalidad se ha ido imponiendo. Desde el Gobierno nunca se contempló medidas estrictas. A toda costa la Administración de Daniel Ortega mantuvo actividades recreativas, políticas y religiosas, sin el consentimiento de la Iglesia, y desoyendo las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud. Incluso datos de Google reportan que hay más movilidad en país en zonas de recreación, súpermercados y centros de recreación.

Anely Pérez, secretaria de la Unidad Médica Nicaragüense (UMN) expresó preocupación porque en los últimos meses, agosto y septiembre, las personas no se estaban cuidando mucho, es decir que hay bastante relajamiento de medidas. “En esta nueva realidad no hemos visto mucho compromiso de la población en cuanto a asumir medidas como el uso de tapabocas, distanciamiento de un metro y medio y tener las manos limpias”, aseguró.

La responsabilidad de prevenir contagios es compartida con el Gobierno. Y si bien este no ha anunciado ninguna medida aplicada al transporte público o en las mismas instituciones del Estado, por mencionar, los pobladores tampoco han asumido a conciencia el uso de la mascarilla o el distanciamiento social. La empresa privada a medias, por su parte, ha hecho campañas para prevenir contagios y ha lanzado campañas a través de plataformas digitales, sin que tenga un impacto, aseguran los especialistas. 

El 22 de septiembre el Ministerio de Salud (Minsa) reportó el fallecimiento de 149 personas debido al coronavirus y 5,075 casos confirmados. Sin embargo, el Observatorio Ciudadano Covid 19, apuntó que las muertes por Covid-19 alcanzan los 2,735 y los casos sospechosos 10.396. Los últimos cinco informes de la organización independiente han mostrado una baja en el número de contagios, pero llaman a la población a no relajar las medidas por la amenaza de una rebrote. 

“Prácticamente, la gente se está comportando como si no hubiera pandemia. Salvo algunas excepciones como las empresas que exigen el distanciamiento y el uso de las mascarillas”, plantea la médica Pérez. Según estimaciones de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides), una nueva ola de contagios provocaría que al menos 15,454 personas más se enfermen, contabilizando 96,677 casos durante los primeros doscientos días desde que se conoció el primer contagio en el país. 

Pérez aseguró que mientras exista el virus, habrá el riesgo de que exista una segunda ola, como la de mayo y junio.  “El problema es que en este país el Estado no da información, es la fecha y no sabemos cuál fue la tasa de afectación de la población en la primera ola, el riesgo existe”, alerta la especialista. 

 ADAPTARSE A LA REALIDAD 

Los especialistas creen que el país debe adaptarse a la realidad del coronavirus. Y entre lo más básico para esa vuelta a la normalidad, los expertos recomiendan las “3 M”:  “Las 3 M son, mantener distancia, mascarillas puestas y manos limpias, así el riesgo de contagio es menor, pero antes se debe concientizar a la comunidad”.

Parte de esa vuelta a la normalidad es que algunas aerolíneas reiniciaron operaciones el pasado 19 de septiembre, y otras lo harán a partir del 1 de octubre. El régimen ha exigido a los  extranjeros o nacionales que pretendan ingresar al territorio una prueba de PCR negativa para Covid 19.  Otros países de Centroamérica también lo han hecho como el caso de El Salvador y Guatemala. Panamá lo hará el 19 de octubre. En Suramérica, solo Argentina, Chile y Uruguay, no permiten el ingreso de extranjeros y aun no se reactivan totalmente los vuelos internacionales. 

Los empresarios había urgido que se abrieran los aeropuertos, pero que se tomaran de seguridad para evitar contagios. Una reanudación de vuelos implicaría la llegada de turistas al país y para eso se han estado preparando, según la Cámara Nacional de Turismo de Nicaragua (Canatur).

Raúl Lacayo, presidente de la Fundación Cocibolca, organización que administra la Reserva Natural Volcán Mombacho, comentó que han reactivado fuertemente la visita de turistas que llegan a disfrutar de los senderos. Y parte de las medidas que han adoptado es que si un turista no porta mascarilla se les da una, debido a que para entrar se requiere esta protección. “Se les aplica alcohol en gel a los turistas. Hay un desinfectante de calzado y se toma la temperatura en la entrada.  En el camión que lleva a los turistas arriba del volcán Mombacho, las personas van separadas, es decir no se llena el vehículo”, explica.

El empresario menciona que en comparación con los meses de mayo y junio de 2020, cuando ocurrió la ola de contagios, ha habido un aumento de turistas. “Estamos recibiendo hasta 300 turistas los fines de semana, fluctúan mucho además por la lluvia. La gente está saliendo nuevamente, esperamos más gente en noviembre”, expresa. 

El infectólogo Carlos Quant, afirmó que la nueva ola de Covid-19 en Europa demuestra que la pandemia continúa y ya casi alcanza el millón de personas fallecidas. “Esta nueva normalidad consiste en que nos tenemos que adaptar a este nuevo virus,  que va a estar viviendo por un tiempo largo”. 

El especialista expone que no hay opción ante la nueva normalidad y es una obligación de todos los ciudadanos y Estados aceptarla, mientras no exista una vacuna. En ese sentido recordó, que gran parte de los países en Latinoamérica buscan reiniciar los vuelos internacionales, ya que las economías no soportan. 

“Eso también explica la nueva normalidad, es decir poner restricciones, pero tratando de convivir y hacer una vida relativamente normal”, dice Quant. “Los países deben arriesgarse a aplicar la política de la “danza y el martillo” que implica que, si se comienzan a ver aumento de casos, van a tener que hacerse cierres. En España, por ejemplo, las autoridades han tenido que prohibir el ocio nocturno por el aumento de los casos de Covid 19”, agrega. 

“Para ningún país es viable seguir cerrado, es decir, hay que adaptarse a esta nueva realidad”, concluye Quant.