Vivir con el sueldo mínimo: Hogares donde la necesidad aprieta y no se negocia

Desde el 14 de enero en Managua se negocia el ajuste al sueldo mínimo, una variación que no trae esperanzas a los trabajadores cuyas pagas están sobre la mesa.

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  • febrero 15, 2021
  • 03:47 AM

Ana trabaja como conserje en una empresa de Managua y cada mes cobra 5,800 córdobas, según la tabla salarial mínima vigente en Nicaragua, cuyo ajuste anual contemplado en ley lleva varias semanas en negociación, sin que se alcance consenso. Ana, que es parte de un bolsón de 238 mil ciudadanos que forman parte de la fuerza laboral agrupada en el escalafón salarial más bajo, no sigue con interés lo que resulte de la discusión salarial que se instaló el pasado 14 de enero, porque una variación de 180 córdobas -el promedio de los últimos ajustes recibidos en los últimos años- no resuelve las urgencias en su hogar.

"Es una nada”, dice con cierta frustración. “Todos los años hablan de ese salario mínimo, pero eso es un engaño, me lo quitan en el Seguro (Social) allí queda. Literal no los veo”.

"Resuelve" la manutención de su hogar gracias a que su marido también trabaja, pero eso apenas ajusta para lo esencial, indicó.

Juan Carlos Sánchez, quien vive en San Juan de Oriente, municipio de Masaya, tampoco ve con esperanzas la negociación de la paga mínima. A raíz de la pandemia del coronavirus perdió su empleo como cocinero y los beneficios sociales. En los últimos meses solo trabaja los fines de semana en un restaurante, por una paga de 500 córdobas.

Lo toma “porque la situación está dura, no hay un buen salario, ni trabajo y uno tiene que jugársela”, explica el joven que tiene más de 11 años de experiencia en cocina.

El resto de la semana Juan Carlos se dedica a preparar comida que vende en su casa, “para medio mantener a mi familia”. Indica que una situación similar atraviesan muchos de sus conocidos que se dedican a la misma actividad.

“Uno lo que tiene que hacer es rebuscarse las tres libras de arroz, sus frijoles, aceite, así tiene que hacer las cosas para comprar, como se compraba antes no”, dice resignado.

En hogares como los de Ana o Juan Carlos, donde poner comida en su mesa es una lucha diaria, las discusiones como las que se llevan en Managua no so objeto de interés. Los sería, dice Ana, si el ajuste le permitiera cubrir el costo de la cesta básica: C$ 14,526.39 a diciembre de 2020, según estadísticas oficiales.

Mientras en los últimos tres años Ana el sueldo de Ana ha aumentado 540 córdobas, el costo de los 53 productos de la canasta básica han incrementado casi mil (C$14,526.39 en 2020; C$ 14,284.56 en 2019; y C$ 13,564.7 en 2018).

La canasta básica tampoco es accesible a los trabajadores de zona franca quienes desde el 1 de enero de este año recibieron un ajuste del 8.25 por ciento en la paga mínima, con lo que sueldo básico en este sector alcanzó los 6,926 córdobas.

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A pesar del alza, María quien hace dos años labora en una maquila no cubre lo básico con su sueldo. Cuenta que con su salario más el de su esposo siempre tienen que hacer “ajustes” en su economía para lograr adquirir lo necesario para la casa, la manutención de su hijo de 11 años y el pago los servicios básicos.  “Pero igual uno siempre sobrevive”, comenta.

SIN SALARIO FIJO

En Managua, la mesa de discusión que afecta las vidas de trabajadores que subsisten con el mínimo se encuentra estancada. A las últimas dos dos sesiones el Frente Nacional de los Trabajadores (FNT) ha asistido sin una propuesta de incremento.

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Las propuestas que están sobre la mesa son la del Consejo Nicaragüense de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Conimipyme), que propone un alza diferenciada: 1 % por ciento para el sector turismo y 3 % para el resto de los sectores. La Asociación de Promoción al Desarrollo y Sostenibilidad de Nicaragua (Aprodesni) propuso un incremento general del 2.9%; mientras que la Central Sandinista de Trabajadores (CST) 3% para todos los sectores.

La Ley del Salario Mínimo establece que esta paga se debe fijar en base a tres factores principalmente: el costo de la canasta básica de 53 productos, el crecimiento de la economía y la inflación. 

El economista Luis Murillo considera que las propuestas no están de acuerdo a la realidad económica del país. A su juicio el alza debería de ser del 5% "porque con ese porcentaje al menos se puede enfrentar la inflación".

Explica que están en juego los salarios para nueve sectores económicos, el sueldo más bajo es el sector agropecuario con 4,286.33 córdobas y el más alto es el sector financiero con 9,592.40 córdobas.

“Siempre he dicho que estas propuestas se deben de mejorar no utilizando la negociación de la canasta básica, sino que los índices de productividad, mientras sigamos utilizando la canasta básica que fue una metodología que se creó en la década de los 80, vamos a seguir teniendo el mismo problema de los trabajadores de bajo nivel de poder adquisitivo”, considera el economista.

En el 2019, el Ministerio del Trabajo decidió congelar el salario mínimo y en 2020 el incremento fue de 2.63% para los empleados de al menos nueve sectores económicos

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