Excarcelados políticos temen por su vida tras asesinato de Ernesto Jarquín en Mulukukú

El asesinato del excarcelado político Ernesto Jarquín en Mulukukú, Caribe Norte de Nicaragua, es visto con preocupación por otros opositores que tras salir de la cárcel siguen manifestándose en contra del régimen de Daniel Ortega, pues consideran es "un mensaje" de lo que les puede pasar.

Ernesto Jarquín, de 48 años, fue asesinado de dos disparos la tarde del lunes mientras se encontraba en un autolavado. Un hombre, hasta ahora no identificado, entró al negocio y sin mediar palabra, le disparó. Hasta ahora la Policía no ha podido capturar al victimario.

El Grupo de Reflexión de Excarcelados Políticos (GREX), sostiene que cada uno de los ataques a otros excarcelados, acoso, amenazas y en este caso la muerte, "son vistos como señales y mensajes de lo que nos puede pasar ante una dictadura que se niega a dejar el poder".

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Los opositores excarcelados por el régimen demandan a países miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA), y a su secretario Luis Almagro, así como a los organismos de derechos humano "tomar cartas de esta denuncia, darle seguimiento e incorporar el asesinato de Ernesto Jarquín a la lista de víctimas y casos que no pueden quedar en la impunidad”.

En una nota de prensa, la Policía destacó los “antecedentes” del opositor asesinado, quien en 2018 fue detenido y procesado en el contexto de las protestas contra el régimen de Daniel Ortega.  

El régimen lo señaló de supuestamente haber atacado la estación policial de Mulukukú cuando estuvo atrincherado en un tranque de ese municipio.   

IMPERA IMPUNIDAD

El Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más, condenó el asesinato de Jarquín, y añadió que su muerte “se ejecuta en un generalizado panorama de crimen e impunidad que impera en el país desde hace varios años, agravado desde abril de 2018”.

La Policía Orteguista indicó que la víctima registraba antecedentes de asesinato, asociación ilícita para delinquir, daños a la propiedad, exposición de personas al peligro, atentar contra la autoridad y sus agentes, entre otros delitos.

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El organismo de derechos humanos señala que la actitud policial evidencia la descalificación de la víctima y la falta de un “pleno esclarecimiento y sanción a los responsables”.

“Este hecho evidencia que la violencia en Nicaragua va en aumento por la impunidad y las constantes violaciones a los derechos humanos que sufre el pueblo nicaragüense”, expuso el organismo.