El despertar de Cuba es señal de peligro para Ortega y podría desatar represión indiscriminada
Las protestas en Cuba trastoca a los regímenes de Daniel Ortega, en Nicaragua, y Nicolás Maduro, en Venezuela. Ortega está ante dos escenarios: reflexionar y repensar su política dictatorial o arreciar la represión indiscriminada.


- July 13, 2021
- 12:26 AM
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Cuba vive días históricos. Desde el domingo 11 de julio miles de cubanos están en las calles exigiendo libertad al grito de "Patria y vida". Las seis décadas de represión y miseria son la fuente de energía que está impulsando a la población a salir a las calles para decir "basta" a una dictadura que no tolera el derecho a la protesta y que con mano de hierro castiga a quien disiente.
El mundo tiene la mirada puesta en Cuba porque la rebelión cívica y espontánea es una remecida sin precedentes al máximo referente de la izquierda en la región, el faro ideológico para los regímenes de Nicaragua y Venezuela.
La “troika de la tiraría” a como llamó el ex asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Bolton, a los gobiernos Cuba, Venezuela y Nicaragua, ahora enfrenta graves conflictos internos generados por falta de libertades, represión y la pobreza agravada a niveles alarmantes por la crisis sanitaria del coronavirus.
Expertos consultados por DESPACHO 505 coinciden en que lo que pasa en Cuba trastoca a los regímenes de Daniel Ortega, en Nicaragua, y Nicolás Maduro, en Venezuela.
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ORTEGA FRENTE A DOS ESCENARIOS
Para Edgard Parrales, analista político y exembajador de Nicaragua en la Organización de Estados Americanos (OEA), las protestas en la isla deben de poner en alerta a Daniel Ortega y a Rosario Murillo ya que es una situación inédita ya que el último referente de rebelión en la Isla fue el éxodo de Mariel en 1980, cuando miles de cubanos abandonaron la Isla rumbo a Estados Unidos.
“Después de ese fenómeno no había vuelto a haber otro, hasta ahora que realmente es significativo por lo masivo, por lo contundente por el significado que conlleva, porque la gente grita '¡libertad! ¡abajo la dictadura!' y aboga por la salud y la economía”, valora Parrales.
Destacó que estas protestas surgieron a pesar de la férrea represión que existe bajo el mandato presidencial de Miguel Díaz-Canel.
A la luz de los acontecimientos de Cuba, Parrales prevé dos escenarios para Nicaragua. Uno que Ortega y su mujer, la vocera y vicepresidenta Rosario Murillo, reflexionen, que se tomen el tiempo para ver al espejo y repensar su proceder, ya que está sucediendo en un país que es “mentor” tanto para el sandinismo, como para el chavismo y el movimiento del expresidente boliviano Evo Morales.
“Los debe de hacer pensar, decir sí está pasando en Cuba algo no está bien y hay que preocuparse, hay que analizar la cosa bien. Lo mínimo que supongo yo hará el gobierno es reflexionar al respecto, analizar bien la situación, hacer un análisis comparativo con lo que pasa en Nicaragua y tomar la decisión de amainar o suavizar las medidas represivas que ha estado realizando, sobre todo en los últimos 15 días”, plantea el experto.
Sin embargo, el escenario más probable, es que escale la violencia política contra oposición, advierte el exdiplomático, pues los Ortega-Murillo han puesto en marcha una filosofía y una política de represión indiscriminada e incrementada.
“Considero que más bien van a arreciar su actitud, su posición, viéndose que están en peligro, que, si Cuba, la cuna y la sede de toda este pensamiento socialista-marxista de todos estos países en los que hay estas dictaduras, está siendo objeto de embates internos, entonces dirán ellos vamos a ponernos en guardia, vamos a prepararnos, organizarnos para que no nos pase a nosotros”, expone Parrales.
DETERIORO DE LA CALIDAD DE VIDA
Por otro lado, Eduardo Solórzano, economista y especialista en Políticas Públicas, advierte que el manejo de la economía en sistemas autoritarios lleva al deterioro de la calidad de la vida de los ciudadanos de cualquier país del mundo.
Y ese componente de precariedad es parte del detonante de las protestas en Cuba: "Es un despertar de insatisfacción de sus necesidades básicas”, dice Solórzano en referencia al racionamiento de los alimentos, salarios precarios y la falta de acceso a la salud, como la crisis sanitaria del Covid. 19.
Solórzano recuerda además, el desencanto generalizado hacia los modelos de izquierda, en un tiempo romantizados por la revolución. En América Latina, las organizaciones que admiraban a los regímenes de izquierda ahora están reflexionando sobre qué está pasando con la insatisfacción popular. Cree que ante este tipo de escenarios todo gobierno necesita escuchar a su pueblo: “En el caso de Nicaragua habrá que ver cómo lo recibe ese mensaje de protestas del pueblo cubano”.
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El exembajador Julio Icaza considera que es muy pronto para evaluar y medir el impacto de las protestas en Cuba, las cuales son producto de una combinación de factores y representan el “despertar” de un pueblo que se esfuerza por recuperar su dignidad “frente a un sistema opresivo y esclavizante”.
“Podríamos decir que esta ola de protestas no es más que el inicio de una decadencia más pronunciada y acelerada del sistema político, cada vez más falto de liderazgo y legitimidad, minado por la ineficiencia y la corrupción. Pero falta mucho por ver”, explicó.
Indicó que la debido a la crisis interna, Cuba podría disminuir su presencia y asesoría en países como Venezuela y Nicaragua.
Icaza es de la opinión que las nuevas tecnologías han roto el aislamiento de Cuba y son importantes en las protestas, “pero el régimen cuenta todavía con muchos recursos para contener por algún tiempo el descontento. Es una lucha de muchas batallas, que exigirá persistencia, organización, resistencia y tiempo”.
ORTEGA Y MURILLO REEDITAN DISCURSO DE INJERENCIA
En Nicaragua, Daniel Ortega y Rosario Murillo han salido en defensa del régimen de Cuba con la misma narrativa de que se tratan de acciones dirigidas por Estados Unidos que emplearon para descalificar la Rebelión Cívica en Nicaragua en abril de 2018. Ortega acusó directamente a Washington de estar detrás de las manifestaciones contra el régimen de Díaz-Canel para crear “una desestabilización” en la Isla.
Rosario Murillo en su acostumbrada comparecencia antes los medios oficialistas, también acusó sin pruebas a Estados Unidos: “Conocemos cada uno de los aspectos de ese formato. Todas las mentiras, difamaciones, calumnias las conocemos. las hemos combatido. Estamos combatiendo las mentiras, las calumnias, las provocaciones, las alteraciones de la paz; las hemos combatido y las estamos combatiendo con firmeza, con determinación, con convicción, allá en Cuba, aquí en Nicaragua, allá en los pueblos hermanos de América del Sur, en Venezuela bolivariana, revolucionaria, en Bolivia”, dijo Murillo en clara alusión a las acciones emprendidas contra partidos políticos, precandidatos presidenciales, periodistas y defensores de derechos humanos de cara a las elecciones del 7 de noviembre próximo.
Murillo, además, aprovechó para cuestionar la “autoridad moral” de Estados Unidos y de otros países del mundo para imponer sanciones y reclamar por represión en Nicaragua que tiene en la cárcel a más de 130 presos políticos, entre ellos al menos 20 líderes de oposición y seis aspirantes a la Presidencia arrestados en el último mes, la mayoría bajo cargos de traición a la patria.
“¿Qué autoridad moral tienen los yanquis para hablarnos de derechos humanos, cuando son los principales violadores de derechos humanos en el mundo junto a los europeos? Potencias coloniales que tanto le deben al mundo, que tanto sufrimiento han generado a los pueblos del mundo”, cuestionó la funcionaria que hace parte de la lista de sancionados por ser responsables de graves violaciones a los derechos humanos.
RETÓRICA DE DICTADORES
El exdiputado y economista Enrique Sáenz en declaraciones a Voz de América calificó el discurso del régimen de Managua como “hipócrita” y alejado de la realidad, pues uno de los principales socios comerciales de Nicaragua es Estados Unidos y constantemente lo ataca y cataloga de “imperialistas”.
Recordó que Ortega ha aprovechado tratados de libre comercio como el DR-Cafta para incentivar su economía y se beneficia de las remesas que en un 60% provienen de los Estados Unidos. “Las actitudes de Ortega es un antiimperialismo de mentira, hipócrita, porque él habla en contra del imperialismo, sin embargo, se desvive por las inversiones de Estados Unidos”, criticó Sáez, y pone como ejemplo que en 2020, más de la mitad de las exportaciones llegaron el mercado norteamericano.
“Si Ortega hablara en serio, debería de rechazar créditos del BID, de Banco Mundial, donde el principal socio es Estados Unidos por ejemplo”, agregó.
Según Sáenz, en Cuba lo que hay son movilizaciones que muestran la expresión ciudadana en contra “de un régimen que ha dicho sus pretenciones de aplastarlas”, pero advierte que tratándose de un hecho que no se veía en décadas, refleja que aún hay esperanza de un cambio.
En tanto el exembajador de Nicaragua en Venezuela, Róger Guevara Mena, explicó que la retórica de culpar a otros países por sus crisis sociales, es una vieja estrategia utilizada “por dictadores” ante la “inoperancia política”.
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Mena considera que en Cuba hay es un hartazgo social ante casi 70 años “de un modelo dictatorial fracasado”.
“Es natural que un gobierno como el de Nicaragua, afín, en métodos y en comportamiento políticos y sociales apoyen a Cuba. Ambos comprenden que los pueblos se agotan, agotan su paciencia, en este caso el caso cubano tiene casi 70 años y las protestas reflejan el cansancio del pueblo”, dijo y ante la falta de la imagen “carismática” de un Fidel Castro que pudiese contener la inconformidad social, lo que hay son “herederos de una dictadura” que en algún momento llegará a su fin.